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Por qué el Martes 13 es un día de “mala suerte”

La historia y el misterio sobre el origen del Martes 13

Hoy no es un día cualquiera: todos conocemos la reputación de los días martes 13, y muchísimas personas alrededor del mundo sufren ante esta fecha un temor ingobernable, una fobia cuyo nombre técnico es Trezidavomartiofobia.

Tal es el miedo que en algunas personas provoca el 13, que muchos aeropuertos y hoteles evitan numerar pisos, elevadores y puertas de abordaje con ese número.
Eso sí, las connotaciones negativas que se le dan al martes 13 no tienen fundamentos científicos, por lo cual se debe tener muy claro que sólo se trata de un mito.
Incluso hay mucha gente que lo ha tomado al revés, por lo cual dentro de sus creencias, lo consideran como un día de buena suerte. Tanto así, que durante ese día muchos apuestan por ese número en los juegos de azar.

DE MALA SUERTE. Martes 13 y gato negro, mala combinación para supersticiosos (AP).

 
¿Y el Viernes?
Las connotaciones aplicadas a este día son iguales a las del viernes 13 en las culturas anglosajonas o el viernes 17 en Italia. La unión del viernes y el 13 se popularizó como consecuencia de la serie de películas de terror “Viernes 13”.

             

Ahora bien, ¿de dónde proviene este tradicional miedo? ¿Cuáles son sus fuentes, las causas que lo hacen efectivo? Queda claro que no es un asunto nuevo, ni de un lugar del mundo en particular: el martes 13 tiene mala fama en las culturas más diversas, y desde tiempos inmemoriales. En realidad, se tiende a creer que se trata de dos supersticiones conectadas: la que recae sobre el día martes, y la que pesa sobre el número trece.

Ambas se combinaron, tal vez por primera vez, o por vez definitiva, el martes 13 de abril de 1204, cuando cayó Constantinopla en la Cuarta Cruzada.

Desde muchos siglos atrás, el día martes implicaba mala fortuna tanto para griegos como para romanos, ya que se lo vinculaba con Ares y con Marte, dioses de la guerra. Algunas leyendas indican que también un martes 13, todavía antes, se produjo la mítica confusión de las lenguas en la Torre de Babel.

Respecto del número 13, que todavía hoy, en nuestros tiempos de razón y ciencia, falta entre los pisos de algunos edificios o en las filas de ciertos aviones, las causas de la maldición son variadas y numerosas: se cree que Judas, quien traicionó a Cristo, era el número trece en la mesa de la Última Cena; del mismo modo que Loki, el dios tramposo, maligno y atrevido de la mitología nórdica fue el treceavo invitado en una catastrófica cena de dioses en el Valhalla.

 

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