Esta semana, agentes del Kamata Precinct del Departamento de Policía Metropolitana de Tokio arrestaron a Hatori en relación con un robo de bicicletas que tuvo lugar en Ota Ward el 29 de agosto, después de que el análisis de las imágenes de la cámara de seguridad lo mostrara quitando el asiento y colocándolo en la canasta propia. bicicleta antes de partir. Otras imágenes mostraron a Hatori montando su bicicleta con múltiples asientos removidos en la canasta, y una búsqueda posterior en su casa reveló que había estado guardando los artículos mal adquiridos, aferrándose a los 159 de ellos .

El hecho de que Hatori se aferrara a todos y cada uno de los asientos podría hacer que pareciera que los estaba almacenando para usarlos como reemplazos en caso de que su propio asiento fuera robado nuevamente, pero resulta que ese no es el caso. Al hablar con los investigadores, Hatori, quien ha admitido los robos, dijo: "Quería que otras personas sintieran lo que había pasado y robé los asientos como una venganza".

Dejando a un lado la pregunta de si algo cuenta como "venganza" cuando estás apuntando a alguien que no sea la persona que originalmente te perjudicó, es triste ver que Hatori eligió continuar girando la rueda de la ira y la tristeza por el robo del asiento de bicicleta, no solo porque debería haber sabido mejor que nadie lo molestas que estarían las víctimas, pero también porque si cada una de ellas decidiera lidiar con su ira de la misma manera, él sería indirectamente responsable de 25,281 robos adicionales. En el futuro, es de esperar que Hatori encuentre formas más aceptables de lidiar con sus emociones negativas, ya que hasta ahora ha demostrado menos de la mitad del autocontrol que el ladrón de bragas de Tokio que odiaba los sujetadores y que solo robó 78 pares de ropa interior femenina .