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El Zorro, dejó el corazón en Argentina - Estacion 21 FM
EcoShow

El Zorro, dejó el corazón en Argentina

El héroe a bordo de un caballo y enfundando una espada

Pasaron 30 años de su muerte en Buenos Aires, Guy Williams, inmortalizado por su personaje de Diego de la Vega en la mundialmente famosa serie televisiva El Zorro, que produjeron los estudios de Walt Disney entre 1957 y 1959, aún se mantiene en vigencia, aunque no se lo pueda ver más en la tele.

Su verdadero nombre era Armand Joseph Catalano y era hijo de dos humildes inmigrantes sicilianos oriundos de la ciudad de Messina que cruzaron el océano y se instalaron en el popular barrio neoyorquino de Little Italy (Pequeña Italia), en la isla de Manhattan, donde transcurrió su infancia.

El periodista Mariano Medina recordó el paso de Williams por San Luis y su noviazgo con una mujer de Potrero de los Funes con quien iba a casarse de no haber sido por su repentino fallecimiento. La nota hacer referencia a que El Zorro amaba el vino blanco mendocino.

Un Zorro suelto en las sierras de Potrero de los Funes se titula el artículo del diario sanluiseño, que recuerda que su pareja en Argentina eligió vivir en ese emblemático sitio turístico para cumplirle el deseo a su amado Guy Williams:

Dice el periodista Medina: "El héroe estuvo más cerca de los puntanos de lo que se pueden imaginar. El actor Armando Joseph Catalano, popularizado como Guy Williams, visitó la provincia alguna vez y hasta evaluó la posibilidad de quedarse a vivir y filmar una película de su personaje. Su recuerdo permanece intacto a poco mas de treinta años de su fallecimiento, el 30 de abril de 1989 en Recoleta, Buenos Aires".

La nota

"Noviembre de 1979. Guy paró dos días en el Hotel Dos Venados. En esas jornadas puntanas actuó durante dos días seguidos: una en el anfiteatro Ave Fénix de Juana Koslay, que por entonces se llamaba Cepes, y otra, en un lugar no determinado de Villa Mercedes, contratado por un sindicato.

"Acá tendríamos que vivir. Esto es muy parecido a New Mexico, California", le dijo entonces Guy a Araceli Lizazo, su pareja de entonces, tras conocer los paisajes de la provincia. "Y acá estoy, yo me vine sola", reconoció a Cooltura Araceli, que vive en Potrero de los Funes desde 2010.

Para Guy, el paisaje de San Luis no era uno más en sus viajes por el mundo. Las bondades puntanas le recordaban a su pueblo de nacimiento. Los zorritos sueltos por Potrero eran "sus hermanos" y ellos respondían al hombre acostumbrados al contacto cotidiano con los lugareños.


El combo de placer lo completaron las sierras, la vegetación y la tranquilidad. En esa época se estaba escribiendo una película, cuyo guión permanece en el museo del cine argentino, y los escenarios eran parecidos a California y el link directo era San Luis. Sin embargo quedó todo como un deseo y la película jamás se filmó.

En 1977 corría un rumor de que la película "El Zorro y su hijo" sería producida por Ramón "Palito" Ortega. "Eso fue todo mentira, Guy nunca se enteró. La película que estábamos escribiendo se iba a llamar 'El Zorro vivo o muerto'. Pero un día apareció un intermediario diciendo que ‘Palito’ podría poner los tres millones y medio de dólares que costaba, en ese momento, realizar el filme", comentó Araceli. Años después, por medio de Fernando Lúpiz, quien tenía el permiso para ser "El Zorro" en Argentina por su habilidad con la espada, Lizazo comprobó que Ortega nunca tuvo intenciones de financiar el filme. Guy ya había elegido a Alfredo Alcón para que interprete al capitán Laplacette, porque los derechos del resto de los personajes pertenecen a Disney.

Pero lo cierto es que Juana Koslay había llamado la atención del norteamericano. Fue lo único que pudo recorrer en su primera visita a la provincia a la que llegó en un avión privado ya que estaba de gira por Mendoza y San Juan. De su paso por Villa Mercedes no hay nada, ningún rastro, ni recuerdo, sólo un recorte periodístico en el que se informa el arribo de la obra.

Lizazo recuerda los almuerzos con chivito que compartió con su amado —"Le encantó", aseguró—. "Me vine a vivir acá porque era uno de los lugares elegidos por él y porque la gente hablaba maravillas de San Luis", sostuvo la mujer sobre su llegada a la provincia.

El recuerdo de su pareja permanece en su vivienda puntana. Cuando construyó su casa, el arquitecto Julio Rodríguez le regaló la zeta de "El Zorro" marcada en el cemento de la terraza de su casa.

El galán de la espada

Con un 1,91 de altura y ojos verdes era difícil que Williams pasara desapercibido para la gente. Saludaba a los niños, amablemente, y se sacaba una foto cuando le pedían. Su fuerte era la paciencia hasta en restaurantes. Rara vez comió caliente ante las constantes visitas de los clientes que le pedían un autógrafo o pasaban a saludar. "Yo era el cuco y los tenía que sacar", recordó, entre risas, Araceli.

Guy prefería el bife de chorizo casi crudo. Hasta era común verlo comer carne picada de la bolsa, una vez que salía de la carnicería. Le gustaba el pescado y "cocinaba como los dioses", según recordó su pareja argentina, a tal punto que el actor escribió un libro de comidas en el que enseña al hombre a seducir a una mujer por medio de la cocina. Explica desde qué vino debe tener el primer plato y cuál debe ser el siguiente y el postre. El vino Carcassone era para acompañar la carne y si era blanco prefería Castel Chandon.

El actor caminaba entre 100 y 150 cuadras por día por todo Buenos Aires. Pasaba encantado sus días en el campo de Los Toldos, provincia de Buenos Aires. Allí no se sintió atosigado durante los siete meses que permaneció. Recién ahora los pobladores cayeron en la cuenta del ciudadano que los acompañó. Montaba a caballo y, a pesar de que Alejandro, el hermano de Araceli, le aflojaba las monturas, Guy demostró sus dotes como jinete.

Las cuatro visitas

Williams tuvo cuatro etapas en Argentina. La primera comenzó el 1 de abril de 1973. Accedió a disfrazarse de "Zorro" en varios programas de Canal 13 (algo que en Estados Unidos había rechazado enfáticamente) y a hacer una pequeña exhibición de esgrima en el programa Teleshow, conducido por Víctor Sueiro.

Guy y Lúpiz, su hijo artístico, se conocieron en Porcelandia, en un duelo recreado para una escena de esgrima donde participó el campeón argentino, que por entonces tenía 20 años. Todo lo que tocaba Williams era oro. Sus apariciones en televisión medían más de 40 puntos de rating. Por eso decidió volver al país ese mismo año.

El sábado 14 de julio de 1973 volvió y unas 3.000 personas lo esperaron en el Aeropuerto internacional de Ezeiza, al grito de "¡Zorro, Zorro!". Allí profundizó su amor por la cerveza y el vino blanco mendocino. El lechón adobado fue infaltable en las eternas reuniones con conocidos.

La tercera visita fue en diciembre de 1974, esta vez llegó solo y de incógnito. En 1979 Guy Williams retornó a Buenos Aires para producir sus propios shows. Ya se había separado de su esposa Janice y comenzado la relación con la argentina Araceli.

Guy no hablaba español, balbuceaba un "itañol". Hacía esfuerzos para entender, no le costaba el idioma, pero pronunciar las palabras era otro cantar. De hecho, solía confundirse y nombraba "la espada con punto" en vez de “punta”.

Era divertido y se reía de sí mismo. A todos los lugares a los que viajaba miraba sus programas y observaba cómo "hablaba" en otros idiomas. En Japón le hablaban en la lengua de ese país y creían que Guy los comprendería. "Mirá qué bien hablo en español", le decía a su círculo íntimo cuando miraba la versión latina, aunque no le gustaba la voz del personaje en Argentina.

A pesar de su amabilidad y generosidad, Williams sufría la fama. Ser una figura de Disney tenía sus riesgos porque no era dueño de hacer lo que quería. "No podía andar en shorts, por ejemplo. Siempre debía estar bien vestido porque era ‘El Zorro’", comentó Lizazo. A pesar de haber filmado las series Perdidos en el Espacio y Bonanza; de participar en El Llanero Solitario  y en películas en Europa, en la memoria popular Guy quedó como el enmascarado de negro.

Vivió en Argentina durante la dictadura y entre todas las anécdotas una ocurrida en Santiago del Estero fue de las más complejas. El gobernador anunció que Guy actuaría gratis en un estadio a pesar de que un empresario, Carlos Patiño, lo había contratado para un show en un teatro. No hubo ni una entrada vendida. Los organizadores estaban preocupados por la falta de espectadores. Mientras Williams, Lizazo y Lúpiz esperaban la compra de tickets, dos tanques militares fueron a buscar a "El Zorro". Guy se plantó y se negó a hacer el show gratuito, aunque finalmente accedió a presentarse ante los pedidos de sus acompañantes que le imploraban llorando.

El tanque lo dejó directo en el escenario y la gente estalló en una ovación. Guy no quiso vestirse de "Zorro" pero subió al escenario, saludó a la gente y les dijo que ese show no había sido notificado. Los invitó al espectáculo por el cual fue contratado pero les advirtió que tenían que pagar la entrada. La función finalmente fue con la mitad del teatro ocupado.

El espectáculo duraba 15 minutos. Si el lugar era grande, aparecía montado a caballo y si no, caminando. El público hacía preguntas (si Bernardo era mudo, si el Sargento García tomaba mucha cerveza, o si Tornado contaba con un doble). Después salía Lúpiz a escena y la "pelea verbal" terminaba en un desafío en vivo entre padre e hijo. El traje de "El Zorro" era la apuesta. El show terminaba con la espada clavada en el techo o en el piso, de acuerdo a las condiciones del sitio. El joven aprendiz obtenía siempre el premio.

Diez años vivió “El Zorro” en Argentina hasta que un día cuando tenía 65 años desapareció de Buenos Aires. Los vecinos llamaron a la Policía ante su ausencia y lo encontraron el 6 de mayo de 1989 en su departamento de la calle Ayacucho 1964 en Recoleta. Había sufrido un aneurisma cerebral. En 1983, había tenido la misma enfermedad en California.

Fué el héroe de millones, pero sobre todo, fué el hombre querido por todos...fué...EL ZORRO.

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