Por fortuna, nuestro cielo está lleno de maravillas para contemplar de manera libre y gratuita. Se aproximan los días más cálidos y eso nos anima a permanecer pacientes por minutos (y hasta largas horas) expectantes del firmamento, todo sea para captar el mejor momento del fenómeno natural que sea.
Detrás de cada uno de estos eventos que tienen como escenario nuestra bóveda celeste, existen millones de espectadores. Los seres humanos solemos sentir admiración, sorpresa, temor, y hasta inspiración para el arte mientras los contemplamos. De hecho, el concepto “destello o rayo verde” fue popularizado por la novela homónima de Julio Verne en 1882; este escritor francés describe su color como “un verde que ningún artista podría jamás obtener en su paleta”. Por otro lado, la ciencia nos propone una explicación calculadora y exacta frente a cada fenómeno natural encantador.
El origen del fenómeno óptico
El concepto de “rayo verde” engloba en realidad los destellos de luz en la gama de los verdes (azulados y hasta violetas), que ocurren por diferentes causas. Los más comunes se producen por la refracción y dispersión de la luz solar, cuando nuestro astro rey se encuentra cerca del horizonte y se forman espejismos.
Es necesaria una fuerte estratificación por capas en la atmósfera, el haz de luz se mueve más lentamente en el aire más denso (capas bajas), que en el aire menos denso (capas superiores). Este gradiente de densidad en la atmósfera incrementa la refracción, provoca que los rayos solares tomen una trayectoria ligeramente curva, en la misma dirección que la curvatura de la Tierra
La luz toma una trayectoria ligeramente curva, los rayos rojos y naranjas quedan debajo del horizonte.
La luz de alta frecuencia (verde/azul) se curva más que la luz de baja frecuencia (roja/naranja), de esta manera los rayos verdes y azules de la parte superior del disco solar permanecen visibles en el horizonte, mientras que los rayos rojos y naranjas están tapados ya por debajo del horizonte.
Los destellos verdes se refuerzan, mientras que el posible color azul no se logra ver porque se dispersa más en el aire. Es por eso que existe un breve instante (uno o dos segundos) antes de la puesta del Sol o de la salida, en el que en el borde superior del disco se aprecia un destello o punto verde muy brillante.
Cómo verlo
El destello de luz verde se puede ver en dos momentos del día, tanto en la salida como en la puesta del Sol. El más popular suele ser el del atardecer, simplemente porque la mayoría de las personas están activas y pueden tomarse un instante para contemplar la línea del horizonte.
Aunque no existe una lista de condiciones ideales para poder contemplarlo, es fundamental buscar la línea del horizonte, contemplando el punto cardinal este al amanecer y el oeste al atardecer. Lo ideal es que esa línea se encuentre lo más nítida posible, cuando el aire se encuentra libre de polución y de partículas en suspensión existe mayor probabilidad de observar este fenómeno, porque la luz evita ser dispersada antes de llegar al observador.
El rayo verde aparece uno o dos segundos antes de la salida o puesta del Sol.
Se suele dar con mayor intensidad por ejemplo sobre el mar, cuando el horizonte se encuentra libre de objetos, también puede aparecer en presencia de nubes o montañas y desde cualquier altura; incluso lo podrías ver desde la ventanilla de un avión. Este curioso fenómeno que ocurre con el Sol también puede producirse con la Luna.
Te propongo el desafío de encontrar el rayo verde en estos cálidos atardeceres, con un poco de paciencia hasta podrías sacarle una foto y compartirla con nosotros.
