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La supercomputadora más potente del mundo identificó los químicos que podrían detener la propagación del coronavirus

El superordenador fue desarrollado por IBM para su uso en el OAK Ridge National Laboratory de Estados Unidos.

La pandemia del nuevo coronavirus originada en la ciudad de Wuhan, en la provincia de Hubei, en el centro de China, ya contagió a 275.469 y ha provocado la muerte de más de 11.402 personas en todo el mundo. El brote presenta un desafío sin precedentes para los científicos: la velocidad a la que el virus se propaga obliga a acelerar la investigación.

Justamente para esto se construyó la supercomputadora más rápida del mundo. Summit, equipada con un cerebro de Inteligencia Artificial, realizó miles de simulaciones para analizar qué compuestos de drogas podrían evitar que el virus infectara las células huésped. La máquina, que está siendo empleada por un equipo de investigadores del Laboratorio Nacional de Oak Ridge (Estados Unidos), identificó 77 químicos, lo que supone un paso prometedor para crear el tratamiento más efectivo.

Summit_Supercomputer_2018

Según los hallazgos publicados en la revista ChemRxivla supercomputadora modeló cómo diferentes compuestos de drogas podrían prevenir que el coronavirus se propague a otras células. Los virus infectan a las células huéspedes inyectándoles material genético en su interior usando un “pico” compuesto por proteínas. El trabajo de Summit es encontrar compuestos de drogas que puedan unirse a ese material genético y potencialmente detener la propagación.

El investigador de Oak Ridge, Micholas Smith, creó un modelo basado en una investigación publicada en enero. Con Summit, simuló cómo los átomos y partículas de la proteína viral reaccionarían a diferentes compuestos, y si alguno era una solución viable como tratamiento.

¿CÓMO TRABAJA SUMMIT?

Los virus infectan las células huésped al inyectarlas con material genético. Por lo que las simulaciones ejecutadas por la supercomputadora buscan compuestos que podrían unirse a la proteína del virus y así limitar su capacidad de propagarse a las células huésped.

"Las simulaciones por ordenador permite conocer cómo diferentes combinaciones reaccionan con diferentes virus, cada una de las cuales supone procesar miles de millones de variaciones, algo que llevaría mucho tiempo utilizando un ordenador normal", dicen desde IBM.

Sin embargo, a pesar de todo su poder, Summit solo proporcionó el primer paso en el análisis: identificar compuestos prometedores. A continuación, se requieren estudios experimentales para probar qué productos químicos funcionan mejor. Esto permite delimitar las pruebas de laboratorio a las opciones más prometedoras.

Sin la existencia de Summit, los investigadores tendrían que cultivar el virus y observar la reacción del mismo cuando queda expuesto a compuestos nuevos o existentes, un proceso lento que con métodos convencionales puede llevar años.

En su estación en el Laboratorio Nacional Oak Ridge en Tennessee, Summit ya ha realizado importantes aportes a investigaciones relacionadas con el Alzheimer, la adicción a los opioides y el clima extremo en base a simulaciones climáticas.

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