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El Zunder: gloria y leyenda

Se trata de un invento que revolucionó al mundo y al país con su nacimiento Y nos posicionó en un lugar de prestigio a nivel internacional.

Por: Bianca Ruggia

 

Se trata de la historia del Zunder, un auto cordobés que fue creado por perseguir un sueño. La historia se remonta a la década del 60. Desde sus casas, unos hermanos de Río Cuarto perseguían la idea de crear su propio auto. Con una marca registrada que los hiciera triunfar.  Eligio Oscar y Nilson José Bongiovanni, para 1948, se zambulleron en una nueva aventura. Importar y vender autos era el negocio del momento, así que decidieron traer a los modelos del gigante de Detroit para su concesionaria riocuartense. Siempre fierreros, la idea era ir acercándose a un proyecto propio: la creación de un modelo único.  

Mientras la concesionaria seguía en pie en la provincia cordobesa, Nilson decidió ir a explorar modelos de producción. Viajó a Estados Unidos y a Europa, en reiteradas ocasiones. Sobre todo para traer los secretos y enigmas que utilizaban los grandes éxitos automovilísticos. Obvio, para hacer uso de ellos en la construcción del modelo propio. Para estos viajes, ya había un boceto común sobre el que iban trabajando e imaginando el resultado final. Sin embargo, la construcción de un auto no es cosa simple. Así que hicieron uso de diferentes contactos, asesoramientos, viajes, formaciones y, sobre todo, de su creatividad cordobesa. 

Los números del premio ganador

Para 1959, ya estaba finalizado el primer prototipo. Él fue quien definió el nombre del modelo: Zunder, que significa "chispa" en alemán. Sin embargo, era el primero de muchos intentos. El comienzo de la historia, el gérmen de un éxito. Para el primer prototipo habían elegido un motor de cuatro cilindros y 33 HP que no terminaba de convencerlos. Así que decidieron seguir con la osadía del Zunder, y se inspiraron en su referente Porsche. El elegido sería un motor TYP 616/20 de 1500 cm3 y 58 HP. Habiendo tomado esta decisión, consiguieron el aval de la firma para el proyecto cordobés. Este pase a la victoria llegaría junto a una partida inicial de motores de este tipo. Una glorieta. 

La presentación de este modelo se dio en el Alvear Palace Hotel de Buenos Aires. Y la reconocida empresa de autos Porsche envió a uno de sus más altos referentes para conocerlo. Así era como este modelo tomaba relevancia y fama en el mundo automotriz. 

El plan original buscaba posicionarse rápidamente en el mercado. Con la ambición de un sueño perseguido por años y el impulso de un nuevo proyecto. Con la certeza del éxito, proponían llevar a cabo una producción de 200 unidades. Esto, para el año 1960, era todo una apuesta. Además, la intención era ir creciendo paulatinamente hasta alcanzar las 1600 unidades anuales en 1964.

Relato de parto

“Hicimos un modelo muy especial de auto para ahorrar una barbaridad. El motor, la caja de velocidad y el diferencial tenían que ser un solo bloque; diseñamos un chasis tubular reforzado con dos largueros centrales de metal para amortizar mejor el techo; usamos para la carrocería una mezcla de fibra de vidrio y plástico armada capa por capa; lo que más me gustaba era que le había dibujado los faros oblicuos y levantado bien el guardabarros. Nuestros obreros aprendieron rápido el proceso, comprábamos tambores gigantes de resina a Shell; los frenos eran hidráulicos de tambor en las cuatro ruedas, con freno de mano en las traseras; hasta le grabamos en las tasas cromadas la ‘Z’ en negro. Mi hermano viajó a Alemania y compró 100 motores Porsche. En 1959 estaba listo el prototipo. ¿Si era bueno? Yo no lo califico, solo le cuento que mandaron de la fábrica alemana de motores a un tal Doctor Grupillo a Río Cuarto, para que probara el Zunder y él dijo: ‘Está aprobado. Pero tengo una duda, ¿cómo hicieron para que adentro no se escuche el motor?’. Habíamos mejorado al Escarabajo, porque con esos motores enfriados a aire, el ruido se siente, y nosotros le hicimos una doble pared de fibra prensada que aislaba el sonido”, cuenta  Eligio Bongiovanni a los medios, pasado medio siglo.

La chispa que no prendió el fuego

Pero, como casi todos los proyectos automotrices nacionales del momento, fracasó. Luego de un efímero éxito comercial en un período corto de producción, surgieron problemas financieros. Además, esta tirada se vio afectada por vaivenes políticos, económicos, y dio lugar a un abrupto final para nada feliz. En 1963, se abandonaba el prototipo de Zunder y quedaba en el olvido. Sin embargo, recordarlo es darle vida a esos proyectos que concretaron sueños, pero al fin y al cabo no perduraron en el tiempo. Los hermanos Bongiovanni nos posicionaron a los cordobeses en el mercado mundial, aunque por corto tiempo. 

 

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