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Coronavirus en la Argentina | Escuelas de danzas, en alerta: piden medidas al Gobierno para evitar cierres masivos

Dueñas de instituciones señalan que al menos el 45% evalúa dejar de funcionar. Qué dicen desde el Gobierno.

Después de seis meses con las puertas cerradas debido a la cuarentena por coronavirus, las escuelas de danzas de toda la Argentina atraviesan una situación crítica. Agrupadas en un colectivo nacional, señalan que la escasez de ingresos ya empujó a la quiebra a muchas de estas instituciones y advierten que, ante la falta de respuestas gubernamentales, al menos el 45% evalúa dejar de funcionar definitivamente en los próximos meses. Proponen protocolos y alternativas para cuidar las fuentes de trabajo.

Antes de que se desatara la pandemia no había estadísticas oficiales del sector, pero la situación desesperante llevó a las escuelas de todo el país a organizarse. Así nació la “Cámara Argentina de Institutos de Artes Escénicas”, que integran alrededor de 250 instituciones. Quienes las dirigen realizaron un relevamiento para conocer el panorama actual y tener estadísticas aproximadas.

De acuerdo con los datos que recogieron, el 70% de las personas que están al frente de las escuelas alquilan los lugares para poder dar clases, por lo que, después de seis meses sin usar esos espacios, casi la totalidad de quienes respondieron la encuesta acumulan deudas que van desde 50 mil hasta 300 mil pesos.

Aunque el 95% decidió continuar con las clases de manera online, detallan que los ingresos no alcanzan para sostener las fuentes de trabajo de todos los docentes y el resto del personal, así como para pagar los servicios y alquileres. Un dato importante: menos del 30% del alumnado que asiste regularmente de forma presencial a las escuelas decidió seguir con el ciclo de formar virtual.

Con este panorama y sin un fecha de vuelta a clases, el 45% analiza cerrar su estudio definitivamente. “Esa es la muestra de que las clases online no terminan de ser redituables. Hay muchos factores que influyen: los espacios, los dispositivos y la falta de costumbre”, explicó Verónica Gregorio, directora de un instituto y una de las voceras de la Cámara.

Desde el Ministerio de Cultura indicaron que las escuelas de danzas no son de su competencia, sino que corresponden a la cartera de Educación. Por su parte, desde la cartera conducida por Nicolás Trotta señalaron a este medio que solo es de su competencia “todo lo referido a educación formal”. “Hay un universo de academias que dependen de Comercio o de Cultura. Algunos son habilitados jurisdiccionalmente”, explicaron.

La adaptación a la virtualidad de las escuelas de danzas

Enero y febrero son, generalmente, meses de poco trabajo para los estudios de danzas. Su fuerte es marzo, cuando comienza el ciclo escolar y la mayoría retoma actividades extracurriculares. Sin embargo, este año la llegada del coronavirus cambió todo.

“La segunda semana de marzo tuvimos que cerrar las puertas anticipándonos a lo que se venía”, contó a este medio Daniela Degano, dueña y directora de una escuela de Lomas de Zamora, en el conurbano bonaerense. “Los 15 días siguientes estuvimos esperando a ver qué ocurría y enseguida decidimos arrancar con las clases virtuales”, indicó.

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El 95% de las escuelas de danzas continuó con las clases de manera online, pero menos del 30% del alumnado se sumó.

Sobre la modalidad virtual, precisó que la cantidad de alumnos que tienen “representa solo entre el 10 y el 20 por ciento de la población que asiste a clases presenciales”. “Rinden muy poco porque la gente ya no se quiere conectar”, analizó.

La situación es prácticamente la misma para Gisela Migliano, dueña de una escuela de danzas árabes de Villa del Parque. “Este año, apenas abrí ya tuve que cerrar. Tenía alrededor de 120 alumnas y, cuando empezamos con las clases online, se anotaron 55, o sea, menos de la mitad”, indicó. “Al día de hoy siguen 44. La mayoría son adultas que están haciendo el profesorado. Perdí ese porcentaje que lo hacían a modo de hobbie o que se habían anotado en marzo para probar”, agregó.

Las razones por las que la mayoría decidió dejar de tomar clases son varias: falta de espacio o de dispositivos para hacer la actividad en casa, problemas de conectividad, dificultades económicas para costearlas y, en muchos casos, poca motivación.

“Cuesta mucho que la gente se enganche con una actividad deportiva, a veces por cuestiones de comodidad y de espacio. Por otro lado, el público infantil y adolescente, a esta altura ya nos manifiesta que hay mucho cansancio de todo lo que es online y que no quiere sumarse más virtualidad”, explicó Degano.

Mientras tanto, los docentes se reinventan día a día y continúan en la búsqueda de nuevas propuestas que atraigan a los alumnos. “Fui cambiando desde el principio de la cuarentena hasta ahora, porque fue todo tan repentino e inesperado que no sabía qué hacer”, contó María Florencia von Rentzell, dueña de un estudio de Recoleta. “Probamos con clases online por zoom y grabadas, fuimos cambiando continuamente los horarios, la publicidad, la página, la parte administrativa y un montón de cosas más. Mucha prueba y error”, explicó.

En su estudio trabajan tres secretarias, personal de limpieza y 17 profesores, de los cuales continúan 13. “Todos empezamos dando las clases como podíamos y ahora tenemos, prácticamente, sets de filmación en nuestras casas”, aseguró. “Muchos tuvieron que invertir en cosas como Internet o cambiar los teléfonos, pero hay algunos que no pudieron hacerlo y siguen dando sus clases como sea, a través de videollamada de Whatsapp, de a dos alumnos y en espacios muy chicos”, detalló.

Todas coinciden en algo: no fue fácil adaptar las lecciones de danza a la virtualidad. “Con el pasar de los meses nos fuimos amoldando, pero llegué a tener alumnas que se largaron a llorar de la frustración que les generaba no tener a la maestra al lado para corregirlas”, explicó Migliano. “La calidad del aprendizaje no es la misma”, sostuvo.

Escuelas de danzas, un pedido urgente

“Estoy haciendo malabares”, resumió von Rentzell. Su testimonio representa a cientos de escuelas que en estos días piden ayuda al Estado para no tener que cerrar las puertas definitivamente. “Soy inquilina hace 17 años y ahora había sumado una nueva sala enfrente de mi estudio. Invertí en arreglos durante dos años y finalmente el 15 de octubre me voy de ese espacio", explicó. “Es muy triste. Tengo 58 años y son sueños que se pierden”, lamentó.

QUE PASA EN MERCEDES?

Según pudimos saber de una fuente de la secretaría de cultura de la municipalidad local, se estarían evaluando protocolos para iniciar pronto la actividad de las escuelas de danzas, que en su mayoría son folklóricas, la mísma fuente, indicó a nuestra web, que no se tienen muy claros cuales serán las medidas a tomar, pero que de seguro están trabajando en el tema desde el municipio.

Los reclamos de la "Cámara Argentina de Institutos de Artes Escénicas". Hasta el momento no obtuvieron respuestas oficiales. (Foto: Instagram/ @caiae.argentina)

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