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Boca, aturdido y sin respuestas, propició una goleada histórica de Godoy Cruz

La agenda de Boca está repleta entre la Liga Profesional, la Copa Libertadores y el partido despedida de Juan Román Riquelme, uno de los mayores ídolos futbolísticos y actual vicepresidente. La...

La agenda de Boca está repleta entre la Liga Profesional, la Copa Libertadores y el partido despedida de Juan Román Riquelme, uno de los mayores ídolos futbolísticos y actual vicepresidente. La agitada actividad nubló al equipo en la visita a Mendoza, donde Godoy Cruz lo goleó 4 a 0 y lo dejó aturdido para lo que viene. La simpleza en la ejecución del libreto de los mendocinos, un conjunto sin nombres de relieve, pero que se comporta como estructura, pinchó el globo de prueba xeneize. Una actuación decepcionante, sin rebeldía para sobreponerse frente a la adversidad y con una fragilidad que genera desconfianza y abre interrogantes sobre el futuro de algunas de sus piezas.

Entre la expectativa de las figuras y excompañeros que estarán presente el domingo en la Bombonera para escoltar a Riquelme, el entrenador Almirón ensayó movimientos –condicionado por la cantidad de bajas por lesión; Advíncula, Merentiel, Fabra, Rojo, Langoni, Zeballos, Briasco…– y diseñó una formación en que la aparición de Barco como volante –una función que desempeñó en las divisiones inferiores- y de Génez en el lateral resultó lo más destacado. La redistribución impuso como dibujo un 4-4-1-1, con Benedetto como único referente de ataque y el paraguayo Romero en la función de enlace. Pero los dos quedaron aislados, en solitario y sin acompañamiento de los volantes, y Godoy Cruz -que atacó menos- fue directo y punzante: Hernán López Muñoz –el pase pertenece a River, Godoy Cruz haría uso de la opción de la mitad del pase valuado en un millón de dólares– hirió con sus estocadas; Tadeo Allende y Salomón Rodríguez, otras dos pesadillas ofensivas.

En tiempos de cambios de reglas, como la anulación de un descenso a mitad de la temporada y cuando restan seis juegos para terminar el actual torneo, puntualizar el espantoso estado del campo de juego del estadio Malvinas Argentina asoma como un detalle mínimo, pero que atenta contra el espectáculo, el deseo de desarrollar un estilo futbolístico y el famoso producto al que se le hace más hincapié con el discurso que desde los actos. Dieciséis partidos del reciente Mundial Sub 20 se jugaron en Mendoza, por esa razón las últimas tres presentaciones de los tombinos fueron en su cancha –dos victorias y un empate- y el retorno tuvo una causal económica –17 mil hinchas de Boca acompañaron- y también deportivo. La espectacular producción futbolística, la goleada y la recaudación combinó todos los aspectos que los dirigentes de Godoy Cruz imaginaron ante la visita de Boca.

Los xeneizes, que tuvieron un llamado de atención cuando en los primeros compases López Muñoz puso de frente al área a Allende -Génez lo acompañó y desacomodó para que definiera incómodo y Chiquito Romero enviara la pelota al córner- y se derrumbaron a partir de la mano-penal de Weigandt, tras el cabezazo del uruguayo Rodríguez. El árbitro Tello sancionó después de la revisión del VAR una acción que no conllevaba complejidad para el cobro. El Ruso Rodríguez se encargó del remate y el arquero anotó su undécimo gol. Las irrupciones de Medina, lanzado y con gambetas o engaños, fueron el mejor argumento para lastimar que expusieron los xeneizes, que insinuaron más de lo que ejecutaron en ofensiva.

Los mendocinos, en cambio, desnudaron cada falla, explotaron cada error con concentración, actitud, velocidad y precisión. De una encerrona a Barco –lo empujaron a equivocarse– partió el segundo festejo: Allende le ganó el duelo a Figal, atacó el área y habilitó a López Muñoz –la participación del charrúa Rodríguez sin tocar la pelota fue magnífica– para que el estratego anotara el 2-0.

La cuesta se hizo empinada para Boca y solo Medina contagiaba y jugaba. Sin una referencia –Vázquez reemplazó a Benedetto– Romero no descubría su función de lanzador; Barco era más barullo que desequilibrio –se molestó con Pol Fernández en el área rival– y en el siguiente ataque Allende tuvo la complicidad del destino: de un rebote en Figal aumentó la ventaja. Conechny, recién ingresado, selló el histórico triunfo de Godoy Cruz, que no le ganaba a Boca desde 2011 -4-1 en la Bombonera- y en Mendoza desde 2008, cuando con el Gato Oldrá como entrenador –como ahora- lo vapuleó 4-1.

Boca, confundido, generaba acciones insólitas, como un pelotazo en el rostro de Weigandt a Varela. También era la imagen del desconcierto de un conjunto que se quedó sin energías antes de comenzar, se enseñó ausente apenas quedó tocado y nunca descubrió las respuestas anímicas para levantarse.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/boca-aturdido-y-sin-respuestas-propicio-una-goleada-historica-de-godoy-cruz-nid23062023/

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