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Esencia

No falla nunca. En cuanto se estrena una producción audiovisual basada en una historia real irrumpen irritados los puristas de la precisión. Que tal frase nunca fue dicha por nadie; que aquello...

No falla nunca. En cuanto se estrena una producción audiovisual basada en una historia real irrumpen irritados los puristas de la precisión. Que tal frase nunca fue dicha por nadie; que aquello asignado a un personaje en realidad le sucedió a otro; que lo que se cuenta primero en verdad ocurrió después y así hasta el infinito. Sin olvidar los faltantes de hechos significativos que cada espectador considera inauditos que se hayan obviado.

Cuando todavía no se acalló del todo la interminable lista de reclamos hacia la película Argentina, 1985, en cuanto Netflix dio a conocer El amor después del amor, la miniserie sobre la infancia y juventud de Fito Páez, se armó una nueva fila de implacables observadores dispuestos a hacer sin descanso los consabidos reparos mencionados.

Las ficciones no son documentales, recrean libremente lo que pasó y se toman licencias para que la historia fluya amena y comprensible.

Cuando se estrenó Amadeus en el cine, le pregunté a un reconocido crítico de música clásica cuán fidedigno consideraba que era el film respecto de la vida de Mozart. Su primera respuesta me decepcionó: “Poco”. Luego completó: “Pero capta absolutamente su esencia”. Entendí todo.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/esencia-nid11052023/

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