IMPORTANTE AVISTAMIENTO EN EL PARQUE NACIONAL ANSENUZA.
Se trata del gato del pajonal (Leopardus colocolo) que se encuentra en estado VULNERABLE en nuestro país.
- Nombre científico: Leopardus colocolo
- Estado de conservación en Argentina: Vulnerable
- Estado de conservación internacional (IUCN): Casi Amenazado
Tamaño y apariencia
El Gato del Pajonal es un felino de cabeza redonda, cuerpo robusto y patas cortas, de pelaje largo y con las orejas en punta, lo que recuerda vagamente al lince.
Es de tamaño pequeño, midiendo entre 53 y 65 cm, a lo que hay que agregar la cola, con unos 23 a 30 cm. Tiene un peso aproximado de 2 a 4 kg.
Presenta varias diferencias geográficas, aunque siempre conservando su característico largo pelaje.
Su coloración tiene como rasgo fundamental que las patas delanteras están rayadas transversalmente de pardo oscuro a negro. Por lo común el dorso es grisáceo y las patas amarillentas, anaranjadas o acaneladas, pudiendo la cola ser de color uniforme o tener anillos incompletos o difusos. La parte trasera de las orejas es usualmente gris o negra. El rinario por lo general es rosado.
El Gato del Pajonal ha atravesado varios cambios en su clasificación sistemática de acuerdo a discusiones sobre su parentesco con otras especies. Actualmente los llamados Gato del Pajonal (antes Lynchailurus pajeros), Gato del Pantanal (antes Lynchailurus braccatus) y Gato Colocolo (antes Lynchailurus colocolo) han pasado a conformar una única especie: el Gato del Pajonal (Leopardus colocolo). Esto explica sus variaciones morfológicas a lo largo de su amplia distribución.
Es posible también encontrar formas melánicas de esta especie.
Comportamiento
El Gato del Pajonal es un felino terrestre y acostumbra cazar al nivel del suelo. No suele trepar a los árboles.
Rara vez es observado y sus hábitos, si bien varían con las distintas subespecies y rangos geográficos, son mayormente nocturnos o crepusculares, aunque no es imposible encontrarlo de día.
Se oculta entre matas, en oquedades de árboles o entre piedras. Cuando es amenazado eriza su tupido manto y puede llegar a trepar árboles y lanzar bufidos.
Se alimenta de aves terrestres, mayormente de sus pichones y huevos. En la Patagonia es conocida su afición por los nidos de pingüinos. También preda sobre pequeños roedores, como cuises o ratas de campo y otros de mayor tamaño como chinchillones o vizcachas.
Se lo ha visto refugiarse en cuevas de vizcachas, y se sospecha que la gran merma en las poblaciones de estos típicos roedores pampeanos puede haber influido en su enrarecimiento.
Su período de gestación es largo en relación a su tamaño, pudiendo durar entre 80 y 85 días. Suele tener entre 1 y 3 crías. Las hembras alcanzan la madurez sexual a los 2 años y la longevidad promedio de la especie es de 9 años.
Habitat y distribución
El Gato del Pajonal prefiere zonas de pastos altos y matorrales secos y abiertos, con pocos árboles. Habita las ecorregiones de los Altos Andes, la Puna, el Monte, el Espinal, los límites del Chaco Serrano y de transición, los pastizales de altura en las Yungas, las Pampas secas y la Estepa patagónica (hasta el estrecho de Magallanes).
En los Altos Andes y la Puna, donde comparte hábitat con el Gato Andino (Leopardus jacobita), alcanza densidades relativamente altas sosteniendo poblaciones estables.
En las pampas del centro de Argentina, así como en el Espinal y el sur del Monte, sus poblaciones se encuentran en fuerte retracción, siendo un felino muy escaso.
Los registros del Gato del Pajonal de la Mesopotamia, excesivamente raros e indirectos, parecen ser de la subespecie gato del pantanal.
Se lo ha registrado excepcionalmente en el Parque Provincial Potrero de Yala, dentro de los bosques de alisos. Aunque dentro de las Yungas es más frecuente en los pastizales de altura.
En la Patagonia se lo considera raro, siendo mucho más frecuente el Gato Montés (Leopardus geoffroyi).
Su distribución del Gato del Pajonal incluye las provincias argentinas de Buenos Aires, Catamarca, Córdoba, Chubut, Formosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Salta, San Juan, San Luis, Santa cruz y Tucumán.
Situación
El Gato del Pajonal sufrió grandes presiones. Históricamente ha sido seriamente afectado por la caza. Entre 1976 y 1979 se exportaron 78.000 pieles, sucediendo la última exportación legal en 1987, cuando salieron de Argentina 10.000 cueros de Gato del Pajonal.
En la actualidad, si bien el comercio de su piel es prácticamente nulo, todavía se lo persigue activamente con perros o cepos por considerarlo dañino para las aves de corral o incluso para utilizar su piel como ornamento.
La gran modificación de su hábitat, en particular el pastizal pampeano –una de las ecorregiones más amenazadas del país–, ha impactado fuertemente en su tamaño poblacional, eliminando no solo los pastizales que le sirven de refugio sino también su alimento, principalmente roedores.
Los atropellamientos en rutas, el avance de la frontera urbana y los incendios también lo han afectado, aunque en una menor medida.
Sus poblaciones se encuentran hoy gravemente fragmentadas, lo que impide el intercambio genético entre ellas, fomenta sus diferencias y las hace más vulnerables a amenazas. Se estima que su tamaño poblacional total es inferior a 50.000 individuos con un índice decreciente.
Se considera al Gato del Pajonal prácticamente extinto de la pampa húmeda, uno de sus hábitats característicos y la región más modificada del país.
Principales amenazas
- Pérdida de hábitat por avance de la frontera agropecuaria, la minería y la extracción de petróleo.
- Caza como represalia por predación sobre aves de corral
- Atropellamientos en rutas