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Vladimir Putin frena la sublevación del Grupo Wagner, pero desnuda la fragilidad de su sistema

La retirada de los mercenarios no es un triunfo para el presidente de Rusia. Al contrario, tendría importantes consecuencias para su gobierno.

El líder ruso, Vladímir Putin, logró frenar la rebelión de los mercenarios del Grupo Wagner. Pero dejó en evidencia la fragilidad de su sistema, tras comprobarse que en 24 horas un grupo armado puede tomar una ciudad rusa, acercarse a Moscú y encender todas las alarmas en las fuerzas del Kremlin.

Las tropas rusas que fueron desplegadas para proteger la capital se retiraron el domingo después de que fuerzas mercenarias emprendieran la retirada, pero la breve revuelta podría tener consecuencias a largo plazo para las dos décadas de poder del presidente Putin y para su guerra en Ucrania.

La imagen de Putin como un líder duro ya había sido dañada gravemente por la guerra de Ucrania, que lleva ya 16 meses y que ha cobrado la vida de un número importante de soldados rusos. La marcha del sábado hacia Moscú de las fuerzas bajo el mando de su antiguo protegido, Yevgeny Prigozhin, expuso más debilidades, opinaron los analistas.

También significó que algunas de las mejores fuerzas que lucharon por Rusia en Ucrania fueron retiradas de ese campo de batalla: las propias tropas del Grupo Wagner de Yevgueni Prigozhin y las chechenas que fueron enviadas para detenerlos.

"Tuvo lugar una situación revolucionaria. Una sublevación en Moscú podía haber cambiado el poder. Dejamos escapar la posibilidad, esto es un menos. Pero el régimen se debilitó a consecuencia de eso, esto es un más", escribió en su canal de Telegram el conocido empresario opositor ruso Mijaíl Jodorkovski.

El presidente ruso, Vladimir Putin, quedará debilitado, según analistas. Foto: AP

El presidente ruso, Vladimir Putin, quedará debilitado, según analistas. Foto: AP

No obstante, el ex magnate, quien fuera el hombre más rico de Rusia hasta su condena y exilio, afirmó que "surgirán más situaciones como esta".

La fugaz asonada

Después de llamar a una rebelión armada destinada a derrocar al ministro de Defensa de Rusia, Prigozhin y sus combatientes parecieron tomar el control del cuartel general militar ruso en Rostov-del-Don, que supervisa los combates en Ucrania.

A continuación, avanzaron hacia Moscú prácticamente sin obstáculos. Los medios de comunicación rusos informaron que las fuerzas mercenarias habían derribado varios helicópteros y un avión militar de comunicaciones. El Ministerio de Defensa no hizo comentarios al respecto.

Sólo se detuvieron gracias a un acuerdo en el que se había decidido enviar a Prigozhin a la vecina Bielorrusia, principal aliado de Moscú.

Según el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, se retirarán los cargos contra el líder de Wagner por organizar una rebelión armada. Aparentemente como parte del acuerdo, Prigozhin ordenó a sus tropas que regresaran a sus campamentos en Ucrania.

El gobierno ruso dijo también que no enjuiciará a los combatientes de Grupo Wagner que hayan participado en el alzamiento y el Ministerio de Defensa anunció que ofrecerá contratos a los que no lo hicieron.

Vallas y seguridad reforzada en la Plaza Roja de Moscú, este domingo, tras la fallida rebelión del grupo Wagner. Foto: EFE

Vallas y seguridad reforzada en la Plaza Roja de Moscú, este domingo, tras la fallida rebelión del grupo Wagner. Foto: EFE

Aunque Putin había anunciado antes que castigaría a los responsables del alzamiento militar encabezado por su otrora protegido, Peskov defendió la marcha atrás, diciendo que el “máximo objetivo” de Putin era “evitar el derramamiento de sangre y la confrontación interna con resultados impredecibles”.

Los comentaristas en las redes sociales señalaron la ironía de que Prigozhin evadiera un enjuiciamiento por una rebelión armada, mientras muchos rusos que se han limitado a criticar la guerra en Ucrania han recibido sentencias largas de prisión.

¿Qué pasará ahora?

Aunque el acuerdo puso fin a la crisis inmediata, puede haber puesto en marcha otra a más largo plazo, advierten los analistas.

“Para una dictadura construida sobre la idea de un poder indiscutible, esta ha sido una humillación extrema, y es difícil que el genio de la duda pueda volver a meterse en la botella”, comentó Phillips O’Brien, profesor de Estudios Estratégicos de la Universidad de St. Andrews, en Escocia.

Un simpatizante de Vladimir Putin agita una bandera con su imagen, este domingo, frente al Kremlin. Foto: EFE

Un simpatizante de Vladimir Putin agita una bandera con su imagen, este domingo, frente al Kremlin. Foto: EFE

“Así que, si Prigozhin puede haber perdido a corto plazo, es probable que Putin sea el perdedor a largo plazo”, agregó.

Aún quedan muchos interrogantes.

Prigozhin, quien publicó varios mensajes de audio y video durante su revuelta, se ha mantenido en silencio desde que el Kremlin anunció el acuerdo. No está claro si ya está en Bielorrusia o si alguno de sus mercenarios de Grupo Wagner lo seguirá.

La retirada

El gobernador de la región de Rostov-del-Don  dijo este domingo que todas las tropas habían abandonado la ciudad. Según las agencias de noticias rusas las autoridades de Lipetsk, unos 360 kilómetros al sur de Moscú, confirmaron que las fuerzas de Grupo Wagner ya habían abandonado esa región.

Moscú se había preparado para la llegada de las fuerzas mercenarias erigiendo retenes de control en las afueras del sur de la capital rusa, con vehículos blindados y efectivos armados con metralletas.

Unos 3.000 soldados chechenos fueron retirados de la lucha en Ucrania y trasladados a Moscú a primeras horas del sábado, dijo la televisión estatal en Chechenia. Las cuadrillas excavaron zanjas en las carreteras para frenar la marcha.

Para el domingo por la tarde, las tropas rusas ya se habían retirado de la capital y la gente retomó las calles en un ritmo habitual de domingo. Pero la Plaza Roja permaneció cerrada a los visitantes.

Fuente: AP y EFE

Fuente: AP y EFE

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