SAN CARLOS DE BARILOCHE.- En esta ciudad en la que las montañas son protagonistas, una nueva propuesta gastronómica llama la atención por su eslogan. Se llama Terraza y se presenta como “el primer bar de altura de la Patagonia”.

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Ubicado en el piso 11 del edificio Catedral del centro de Bariloche, el espacio tiene magníficas vistas hacia el lago Nahuel Huapi y sus islas, la meseta hacia el este y los cerros, hacia el oeste. Aunque su altura es menor a la que pueden tener los paradores gastronómicos del cerro Catedral e incluso la confitería giratoria del cerro Otto, Terraza resulta pionero como rooftop o sky bar.

La moda de disfrutar de un cóctel desde las terrazas de altos edificios comenzó en Nueva York y fue replicándose en las grandes ciudades de todo el mundo. El nuevo bar de Bariloche busca recrear ese tipo de experiencia aprovechando el entorno patagónico.

“Terraza nació con la idea de generar una atracción distinta en la ciudad, para ser disfrutada tanto por locales como por turistas. Este último piso iba a ser en realidad una pileta y hace menos de dos años se decidió cambiar la piscina por un bar de altura”, cuenta Luciano Rivas, uno de los encargados del lugar.

Terraza pertenece a la empresa desarrolladora que construyó el edificio, con unidades en las que vive gente de forma permanente y otras que son de alquiler turístico. Por eso, para acceder al bar hay que reservar previamente. En la web terrazalacatedral.com.ar pueden hacerse consultas y reservas.

La inauguración del espacio gastronómico hace menos de un mes sorprendió a los dueños. Ya hay reservas completas para las próximas dos semanas. Los turistas, especialmente los extranjeros, están entre los que más movilizan el éxito del bar de altura. El nuevo rooftop bar ofrece desayunos de martes a domingos, de 8 a 10, y coctelería y picadas de 18 a 23.

A la mañana, las opciones incluyen un desayuno buffet a $4500 (medialunas, tostadas, queso, jamón, dulce de leche, queso crema, jugo detox, café, leche, jugo de naranja, fruta + opción salada + opción dulce), un desayuno “Terraza Catedral” por $2000 (jugo de naranja, café, dos medialunas y queso crema), otro “Terraza Patagónica” por $2500 (yogurt con granola, café, jamón, queso y tostadas), “Terraza Fusión” por $2800 (huevos revueltos, tostadas y café) y “Brusqueta Terraza” por $3000 (huevos revueltos, palta, queso crema, tostada y café).

A su vez, los visitantes pueden desayunar a la carta: hay café de especialidad ($550), chocolate en taza ($550), smoothie de frutos rojos ($850), omelette con jamón y queso ($1500) y brownie ($900), entre otras opciones.

Luego de una jornada de esquí, los turistas también eligen ver el atardecer desde las alturas. Iván, el barman de Terraza, creó cinco tragos para este invierno. “Tiki de altura” lleva ron añejo, amaretto, jugo de ananá, horchata y frutos rojos; “Paloma Patagónica” a base de tequila, jugo de pomelo, frutos rojos, sidra del valle rionegrino, ahumado con romero; “Pink Russian” incluye vodka de frambuesa, vermut blanco, vermut dry, jugo de naranja y frutos rojos; “Sweet Beermut” (vermut rosso infusionado con canela y clavo de olor, miel, jugo de naranja y cerveza roja); y “Piña colada clarificada” (jugo de ananá, ron cubano, leche condensada, clarificado con leche de coco y aroma de piñas asadas). Valen $3300 cada uno.

Con capacidad para unas 40 personas, el bar de altura también ofrece picadas, empanadas, pizzetas, platos aptos para celíacos, sándwiches, cervezas y vinos. Además, se organizan eventos para grupos reducidos con menús de cinco pasos. Hay uno diseñado especialmente para turistas brasileños (aunque no es exclusivo para ese público) que fusiona comidas de aquí y de allá: empanada de hongos ahumados y lomo; coxinhas de pollo, remolachas asadas y emulsión de rúcula; trucha ahumada, palta asada y crema de ajo y lima; feijoada con carnes, hierbas, especias y arroz verde; y, de postre, brownie, helado y frutos rojos. Cada paso va acompañado de un cóctel distinto.

Además de los desayunos y los tragos, los responsables de Terraza piensan sumar opciones para la merienda. Lo cierto es que durante el día la experiencia resulta completa: con la Catedral diseñada por Alejandro Bustillo en primer plano, las vistas de 360° son inolvidables.

La buena repercusión del espacio también hace que los responsables del lugar se entusiasmen de cara al verano: la idea es sumar mesas en los márgenes de la terraza, que están al aire libre, e incluir jardines verticales.