El Festival de Cosquín comenzó a bajar el telón de esta 60a edición anclada en la histora y las emociones, antes de la décima luna cordobesa de este lunes que tendrá a Carlos "La Mona" Jiménez como gran protagonista. Tras una calurosa jornada que concentró a multitudes en los ríos, la noche del domingo presentó una grilla con varios artistas emblemáticos, la entrega de los esperados premios y un homenaje a maestros de ceremonia de todos los tiempos que fueron invitados a presentar diferentes segmentos.
La ceremonia de premiación se demoró más de lo previsto y llegó al filo de la 1.30 de la mañana. El galardón más codiciado, el de la Consagración, fue para Adrián Maggi, el cantor surero oriundo de San Andrés de Giles ( provincia de Buenos Aires) que conmovió a la plaza en la tercera luna con su homenaje a los tripulantes del ARA San Juan.
El premio revelación, que se otorga a uno de los ganadores del Pre Cosquín, fue para el conjunto de malambo Picahueso por su homenaje al ejército libertador de América. Por su parte, el premio destacado de la Peña oficial fue para Dúo Los de Minetti, el destacado de los escenarios callejeros para Los Videla y el Cuarteto Karé se quedó con el galardón que entrega Ancrof-Sadaic votado por la prensa.
Además se entregó el Camin Cosquín Legendario para Juan Carlos Saravia, el ex Chalchaleros recientemente fallecido. La distinción fue recibida por sus hijos Facundo y Carolina.
Apertura de emociones
La noche había comenzado con una superlativa presentación de Jairo que también recibió el premio Camin por los 50 años de trayectoria y tuvo al destacado percusionista Minino Garay como invitado. Arrancó evocando a Atahualpa Yupanqui con Chacareras de las piedras y a la emblemática dupla tanguera Astor Piazzolla-Horacio Ferrer con Milonga del trovador.
El cantor de Cruz del Eje protagonizó un momento cúlmine cuando entonó a capela y sin micrófono la primera parte de la zamba La pobrecita para luego dar paso a un sentido y necesario homenaje al gran Rafael Amor. "Un cantautor que amaba mucho el festival", dijo antes de interpretar "una de las canciones más hermosas contra la discriminación, No me llames extranjero".
Si en ese momento la plaza quedó a flor de piel, mucho más aún fue después de la conmovedora El ferroviario, que hizo lagrimear a más uno. La plaza lo ovacionó de pie y se ganó el merecido bis, que no fue otro que Indio Toba con un gran contrapunto entre la voz de Jairo, la percusión de Garay y el resto de la banda. Para recordar.
Para destacar fue lo que ofreció el espectáculo Sureras, que reunió a Lucía Ceresani, Marta Suint, Karen Arranz, Liliana Salvat y Susana Repetto. El segmento comenzó con las tres payadoras (Suint, Repetto y Acevedo) y unas décimas de presentación en las que reivindicaron la ley de ensañanza en las escuelas y los derechos de las mujeres y hasta acompañando el grito de #NiUnaMenos, una consigna que se hace cada vez más urgente.
Tras sendas canciones de Ceresani y Arranz, las payadoras volvieron a arremeter con su impronta y se ganaron un cerrado aplauso de la plaza.
Otros que fueron muy ovacionados: primero Carlos Di Fulvio, quien recibió el Camin a su trayectoria, recordó su debut en la segunda edición de 1962 y repasó algunos de sus clásicos (Cerro Salamanca, Campo afuera) dando lugar para una pieza instrumental de su guitarrista Pablo Alessia. El otro que hizo poner a la plaza de pie fue Luis Landriscina, también honrado con una distinción. El decidor chaqueño se sentó bien cerca del público y regaló momentos de humor y emoción.
Más tarde pasaron el bonaerense Enrique Espinosa con un variado repertorio, el necesario aporte de la música cuyana de la mano de Pocho Sosa junto al dúo Palma-Sandoval, los himnos inoxidables de Por Siempre Tucu y los celebrados 4 de Córdoba. Para el cierre quedaba un extenso show Los Nocheros, ante una plaza que no llegaba al 50 por ciento de ocupación.