EcoShow

César Banana Pueyrredón, a fondo: el día que cantó para Sting y cómo renació después de un drama

El músico se reinventa en cuarentena y es contratado para shows por Skype. Una charla con el señor de los hits románticos.

Por Marina Zucchi - Clarín Marina Zucchi

1952 - BANANA PUEYRREDÓN. Nace en Buenos Aires el músico, cantante y compositor César “Banana” Pueyrredón (César Honorio Pueyrredón), ganador de dos premios Prensario, quien lleva publicados trece discos. Es el autor de “Conociéndote” y “No quiero ser tu amigo”, entre otras populares canciones. Banana”, apodo que responde al nombre de la banda que él creó, es nieto del diplomático y dirigente radical Honorio Pueyrredón.

En octubre se cumplirán 30 años de su mayor temblor de piernas. Todavía tiene un papel intacto que le recuerda la sensación: "To César with Love, Sting". Tres meses antes alguien lo había llamado: "¿Querés cantar antes que Sting en el Centenario de Montevideo?". César Banana Pueyrredón solo atinó a preguntar descreído: "¿Cuánto hay que pagar?".

El avión que lo llevaba a Montevideo a cumplir su misión como telonero del británico transportaba también al colega Eric Clapton. "Mr. Clapton", se animó a titubear Banana, pero dos enormes hombres de negro se pararon para frenarlo

Un martes ensayó y al otro día cantó. 1990. Hiperinflación, menemismo, subcampeonato del mundo. En los ranking eran reyes temas como Nothing Compares 2 U (versión Sinéad O'Connor) y Vogue, de Madonna. César tenía ya dos décadas de recorrido musical y había toreado su peor momento personal: con el nacimiento de su hija Juana, su mujer estuvo al borde de la muerte.

César Banana Pueyrredón junto a Sting, en 1990.

César Banana Pueyrredón junto a Sting, en 1990.

"Terminado el ensayo, me puse a hablar con el guitarrista de Sting, que era argentino, de Hurlingham, Dominic Miller. Me decía que necesitaban más tiempo para ensayar, si le cedíamos tiempo porque su baterista era nuevo", cuenta el nieto de Honorio Pueyrredón. Compartíamos hotel, a la noche vamos al bar con mi hermano y Dominic me dice: 'Vení que Sting quiere hablar con vos'".

La charla fue fugaz, pero de museo. Sting le agradeció el tiempo cedido para los ensayos y todos se fueron a dormir. Al día siguiente, César como telonero le cantó a los uruguayos Conociéndote y otros hits para la previa, que duró 35 minutos. Terminado el show de Sting, el argentino y el británico se reunieron en el camarín. La foto que César recuperó hace poco más de un año documenta el gran ánimo de la estrella rubia. "Entramos al camarín, agarró algo para hacerse el gracioso, una especie de fruta, y posamos".

César Banana Pueyrredón en sus comienzos, jugando a armar bandas.

César Banana Pueyrredón en sus comienzos, jugando a armar bandas.

Banana es como ese arquero que Carlos Salvador Bilardo mandaría a cabecear en el minuto noventa y uno. Esa máquina expendedora a la que hay que ponerle una ficha y siempre entrega algo. Basta repasar su periplo en 67 años para entender que es más que el señor de Felicidad no tienes dueño, que logró más que ser el infalible de los karaokes al ritmo de No quiero ser más tu amigo o Toda una noche contigo.

Puede entonar (I Can't Get No) Satisfaction, cual Rolling Stone, en un auditorio de Belgrano, al rato prestar sus servicios en la Fiesta del Surubí o de la Cebada cervecera, y a la semana hacer dupla en televisión con el Zorrito Von Quintiero. Puede cantar acompañado por una filarmónica en Costa Rica y a los meses actuar en el consulado argentino en Nueva York.

Hace unos días Don César debutó en la virtualidad paga: fue contratado por un marido que le contrató un show para su esposa vía Skype.

César Banana Pueyrredón y su nieta (Instagram).

César Banana Pueyrredón y su nieta (Instagram).

La cuarentena lo tiene capturando recitales en el living de su casa. A su hit Quédate lo recicló: ahora cantando implora “quédate en tu casa, lavate las manos”. Su pedido en redes sociales es el de cientos de colegas: "Por favor, no devuelvas tus tickets, escuchá música en streaming, dale Play a los videos, comprá singles de manera digital para que no se apague. La industria de la música será una de las últimas en recuperarse, millones vivimos de ella". Cuenta que está viviendo de ahorros. Que necesita desesperadamente salir a tocar, "no solo por una cuestión del lucro, más bien por un sentido existencial".

-Sos habitué de bodas, celebraciones empresariales, pero ¿cuál es el evento más extraño para el que te contrataron?

-Una vez me contrataron para dar un show para unos 300 chicos sordomudos. Yo estaba en el escenario y me acompañaban las profesoras de lengua de señas. Todos cantaban, y yo terminé llorando: esa noche entendí que música no es sonido, es algo mental. Y que un músico te diga eso es raro. Esa actuación me dejó una gran enseñanza.

-¿Alguna vez te estafaron? Preferiste el camino independiente... 

-Estafa no. En 1994 había firmado para grabar tres discos en los Estados Unidos. Fui a grabar allá el segundo, no me dieron plata, hubo indiferencia, me dijeron que no iban a poder promocionarlo. Algo muy común. Fue un buraco. Ahí decidí irme de BMG y empecé con mi sello, CBP. La independencia te da paz.

César Banana Pueyrredón

César Banana Pueyrredón

-Con la muerte de Sergio Denis, ¿no creés que hay cierta hipocresía de un público que homenajea al músico cuando ya no está, pero denosta esa música cuando el músico está vivo?

-Hipocresía no es la palabra. Es cierto que se valora a muchos cuando se mueren. Yo creía que Sergio iba a zafar. Se había recuperado de un infarto masivo, de adicciones. Yo no era su amigo, nuestras hijas sí se hicieron amigas y nos juntaron en una cena que nunca voy a olvidar y en la que se abrió increíblemente. Hay que celebrar a un tipo que nos da una música llena de luz. Él era mucho más popular que yo. 

-¿Qué tipo de artista te considerás?

-Un artista de culto, pero de un culto grande. No me da para hacer un River, pero puedo hacer un Ópera. He entrenado mi voz para que sea cada más expresiva. No fumé nunca, no me drogué, no tomo más que medio vaso de vino en una cena con amigos. Estoy muy bien de caudal de voz todavía.

-¿Cómo es la relación con colegas del rock? ¿Te hicieron sentir "de otro pozo?

-Me llevo perfecto. Con Javier Martínez (ex Manal), con Juanse. Juanse me dijo alguna vez que le encanta lo que hago.

César Banana Pueyrredón, hincha de Independiente.

César Banana Pueyrredón, hincha de Independiente.

-¿Cómo fue ese capítulo triste que lograste superar tras el nacimiento de tu hija?

-En 1987, cuando nació mi hija Juana, mi esposa casi se muere en la terapia intensiva. Ahí escribí la canción Más cerca de la vida. Yo le iba escribiendo todo eso mientras ella atravesaba una oclusión después del parto. Fue una semana, la beba y yo en casa, mi suegra que me dio una mano, yo ya tenía a mi otro hijo. Fue muy difícil. Cuando despertó, con todo eso que le iba escribiendo hice el tema y ese álbum fue bisagra en mi vida. Transformé un momento crítico en un álbum lleno de luz y garra. 

-Esa historia fue posterior a "Conociéndote". ¿Podrías cantar aquel hit por el resto de tu vida sin hartazgo?

-Sí. No me cansa. A pesar de que a mi mujer no le gusta, tiene celos retroactivos. Ese fue un tema que le compuse a una compañera de facultad, un amor de tres o cuatro meses. Supe después que esa chica se fue a vivir a los Estados Unidos. Mi esposa cree que cada vez que la canto recuerdo a mi ex novia, y no. Los músicos un poco nos engañamos, pensamos que le estamos dedicando la canción a alguien, pero ese alguien es la excusa. Uno elige excusas para escribir. Yo usé el deslumbramiento para componer algo poético. No fue amor, pero la canción duró por siempre. Los cancerianos somos así. Todavía guardo las canciones que le hice a mi mujer. Guardo de todo.

-¿No te aferrás demasiado al pasado? ¿No tenés ganas como de un salto?

-No se puede vivir del pasado, pero tampoco se puede vivir sin pasado. Yo uso el pasado como trampolín para ir hacia adelante. ¿Por qué me voy a ir de mi zona de confort si me hace bien? No me voy a poner a hacer tango electrónico por cambiar. Yo me elevo y voy de una zona de confort a otra. Para mí no hay almanaques. Estoy por arriba del tiempo. Yo surfeo por encima del tiempo.

Comentarios

¡Sin comentarios aún!

Se el primero en comentar este artículo.
Volver arriba