Editorial/Cultura/Arte

Una transformación necesaria

La clausura definitiva del Zoológico de Luján se da en medio de un replanteo sobre la relación entre las personas y los animales.

Por: GABRIELA SAAVEDRA

La única forma que tenemos de avanzar como sociedad y como personas es replanteándonos aquello que dábamos por cierto. Sin cuestionarnos, sin cambiar la mirada, es imposible una evolución. Por suerte, en los últimos tiempos, ese cambio de perspectiva se está dando en muchos ámbitos. Por ejemplo, en nuestra relación con los animales. Cada vez más, entendemos que no nos pertenecen, que son seres que merecen el mismo respeto y la misma vida digna que cualquier ser humano.

En este sentido, mientras antes el zoológico era un paseo familiar aceptado, hoy se volvió un lugar cuestionable y cuestionado. En la Ciudad de Buenos Aires, hace años ya que el antiguo zoológico de Palermo se convirtió en un ecoparque. Y lo mismo está sucediendo en otros lugares del país. Recientemente, en la ciudad de Luján (provincia de Buenos Aires), el Gobierno nacional decidió la clausura definitiva del zoológico que allí funcionaba, en medio de incidentes entre los trabajadores del lugar y representantes de organizaciones ambientalistas.

En medio de las denuncias por irregularidades en el establecimiento, el viceministro de Medio Ambiente de la Nación, Sergio Federovisky, encabezó un operativo, en el que se cruzó en discusiones con los empleados del lugar, que se oponían a la medida. Según Federovisky, la intención es que el zoo se reconvierta en un ecoparque. También estaban presentes en el lugar representantes de asociaciones defensoras de los animales, lo que produjo momentos de tensión.

Un paseo peligroso

El establecimiento, de gestión privada, está situado en el kilómetro 58 de la Autopista del Oeste. Son conocidas las historias sobre los riesgos que corrían las personas que visitaban el lugar, debido al contacto que se permitía entre el púbico y los animales.

El Zoológico de Luján se encontraba cerrado por las restricciones impuestas debido a la pandemia, pero se decidió que no volverá a abrir. “La sociedad está reclamando otra relación entre las personas y los animales, no es solo del Zoo de Lujan, pero el Zoo de Luján sí ha incumplido con las normas”, aseguró Federovisky.

El cierre del establecimiento se llevó a cabo debido a que quienes lo administran no han podido acreditar un plan de reconversión, no cuentan con una habilitación nacional y provincial y, además, se han detectado irregularidades dentro del predio, luego de los procedimientos de fiscalización que llevó adelante la Secretaría de Control y Monitoreo Ambiental. Esto sumado a las denuncias sobre irregularidades manifestadas por visitantes y vecinos.

“Lo que estamos haciendo es garantizar que un zoológico que no responde a la normativa vigente, ni a la ética que la propia sociedad reclama, se reconvierta y no siga explotando la peor faceta de la exhibición y el contacto con los animales”, afirmó Federovisky.

Una reconversión

Por delante queda plantear una reconversión del zoológico, que permita definir el destino de cada animal, solucionar la situación laboral de los trabajadores y todo lo que conlleva este proceso, hasta el cese definitivo de esta actividad comercial. Este reclamo por la situación actual de los animales y su destino final tuvo gran repercusión entre la población. En la plataforma change.org hay una petición con la consigna #CierrenZooLujan que junto más de 460 mil adhesiones.

Estamos virando hacia una nueva sociedad, en donde los derechos de todos sean tenidos en cuenta. Bienvenida sea esa transformación, que siempre cuesta, pero a la larga trae su recompensa.

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