"Gringo", "yanqui", "yuma" y "gabacho": por qué los estadounidenses tienen tantos apodos y de dónde viene cada uno
Los estadounidenses tienen varios apodos en español. Y muchas veces se usan de modo despectivo.
Por: Analía Llorente
🎼"Ya me gritaron mil veces que me regrese. A mi tierra porque aquí no quepo yo. Quiero recordarle al gringo. Yo no crucé la frontera la frontera me cruzó".
Esta canción se llama "Somos más americanos" y la cantan Los tigres del norte, un premiado grupo de música regional mexicana, formado en San José, California, en 1968, y el "gringo" hace claramente referencia a una persona nacida en Estados Unidos.
Pero este apodo -que muchas veces, pero no siempre, se usa de manera peyorativa- no es el único que tienen los estadounidenses. También están "yanqui", "gabacho" y "yuma", por enumerar los más conocidos.
Los apodos son "nombres que suelen darse a una persona, tomados de sus defectos corporales o de alguna otra circunstancia", define el diccionario de la Real Academia Española (RAE).
Y "entre pueblos vecinos es relativamente normal la aparición de 'gentilicios', que no pocas veces son despectivos", le dice a BBC Mundo, Pedro Álvarez de Miranda de la Gándara, catedrático de Lengua Española de la Universidad Autónoma de Madrid.
¿Pero de dónde surgen los motes de los estadounidenses?
Empecemos por el más conocido:
1. "Gringo"
Según la RAE, "gringo" es "extranjero, especialmente de habla inglesa, y en general hablante de una lengua que no sea la española".
"Gringo es un viejo vocablo español que evolucionó de la palabra griego, pues cuando uno escuchaba una lengua que desconocía, decía que 'le hablaban en griego'", le explica a BBC Mundo el lingüista mexicano Luis Fernando Lara, sobre la teoría más extendida sobre su origen.
Era el equivalente al "le hablan a uno en chino", que se usa hoy en muchos países.
La tercera entrada del diccionario de la RAE es más específica y describe gringo como sinónimo de estadounidense que es usado en Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
Pero también se usa en países no mencionados por la Real Academia, como México, donde "el adjetivo se generaliza a los que tienen piel blanca, cabello rubio, etc.", dice Lara, que también es director del Diccionario del español de México.
Y a veces también es utilizado para referirse a hispanos que hablan muy poco o nada de español, o que no están en contacto con sus raíces latinas.
El término ha sido ampliamente difundido en la música, la literatura y el cine.
Uno de los ejemplos más conocidos es "Gringo viejo", la novela de 1985 del escritor mexicano Carlos Fuentes, que cuenta la historia de un columnista estadounidense que abandona todo para cruzar la frontera con México y unirse a las tropas de Francisco Villa durante la revolución mexicana.
Esta novela, que catapultó a Fuentes a la fama, llegó también a la pantalla grande en 1989 protagonizada por Jane Fonda y Gregory Peck.
En el ámbito musical, Los tigres del norte también la usan en "El gringo y el mexicano", y aparece en temas como "Frijolero", de la banda mexicana Molotov -cuyo baterista y vocalista es Randy Ebright, "el gringo loco"-, y hasta los Rolling Stones la mencionan en "Little indian girl" ("Please Mister Gringo, please find my father / Por favor Mister Gringo, por favor encuentre a mi padre").
Sí, porque gringo ha traspasado fronteras lingüísticas, y es un término que se usa en muchos idiomas.
2. "Yanqui"
"Natural de Nueva Inglaterra, zona de los Estados Unidos de América", dice el diccionario de la RAE y aclara en su tercera entrada que "yanqui" es, de manera coloquial, sinónimo de estadounidense.
"Yanqui" surge de la palabra inglesa yankee y se remonta al siglo XVIII para designar a los habitantes de la región del norte de EE.UU. donde abundaban inmigrantes
La teoría más extendida es que yankee surge de Janke, un diminutivo del nombre holandés Jan.
Más tarde, durante la Guerra de Secesión (1861-1865), este apodo los distinguía de los confederados del sur y "fue natural que también se tomara en México", describe Lara.
El uso del apodo "yanqui" para referirse a los estadounidenses se extiende por España y prácticamente en todos los países que hablan español en América Latina, y muchas veces se usa en manifestaciones y protestas políticas contra Estados Unidos y sus gobernantes.
No está claro cuándo comenzó a utilizarse en ese contexto, pero la frase Yankee go home (Yanqui, vete a casa) fue profusamente utilizada por los movimientos que se oponían a la guerra de Vietnam.
Aquí les dejamos imágenes de pancartas en un desfile en Alemania Oriental en 1948...
Y más recientemente, en 2019, en una protesta en Caracas, Venezuela... Muchas veces, como se ve, hasta en América Latina el slogan se usa en inglés.
En el español de Venezuela también se usa la palabra "pitiyanqui".
Según describe Daniel Fernández de Miguel, profesor de Historia contemporánea de la Universidad Carlos III de Madrid, "se trata de un término despectivo" que empezó a usarse en la década de 1950 para aquellos que profesan una admiración exagerada por cualquier cosa que venga de Estados Unidos.
3. Yuma
Yuma no existe en el diccionario de la RAE.
Pero en Cuba, es común que alguien diga que "fulana de tal se casó con un 'yuma' (estadounidense)" o que "fulano se fue a 'la Yuma' (Estados Unidos)".
Yuma es también el nombre de una ciudad ubicada en el desierto de Sonora, en Arizona (EE.UU.), cerca de la frontera con México.
Según le explicó a BBC Mundo en 2019 Ted Henken, profesor del Departamento de Estudios Negros y Latinos de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), se cree que los cubanos empezaron a llamar a los estadounidenses "yuma" por una deformación del nombre del país en inglés: United States.
Como "Estados Unidos" es muy largo de decir, los cubanos extendieron el uso de "yunai", derivado del "United", que puede ser tanto el nombre del país o de "United Fruit Company", la compañía bananera estadounidense que en Cuba operó hasta la revolución de 1959, nos contó Henken, que tiene un blog bajo el nombre de "El Yuma"
Otra teoría dice que el apodo surge del western "3:10 to Yuma" ("El tren de las 3:10 a Yuma"), de 1957.
Los westerns están estrechamente relacionados con la cultura estadounidense, por lo que es probable que en Cuba se identificara lo que se veía en estas cintas con todo Estados Unidos,
4. "Gabacho"
Para el diccionario de la RAE, "gabacho" es la persona "natural de algún pueblo de las faldas de los Pirineos".
Y así lo confirma a BBC Mundo el lingüista Álvarez de Miranda: "En España tenemos dos (apodos), ambos despectivos, para referirnos a los franceses: gabacho y franchute"
Según el etimólogo español Joan Corominas, gabacho es de origen occitano, una lengua romance que se habla en el sur de Francia, Italia, noreste de España y en Mónaco.
Gabacho cruzó el Atlántico y se instaló en México, pero no para criticar a los franceses.
"Yo asocio esta palabra con México, país que conocí por primera vez en 1958, y allí me han llamado gabacho alguna vez", le cuenta a BBC Mundo el estadounidense Edward Baker, profesor de Literatura española retirado.
"En México, sobre todo en el norte, se usa gabacho para nombrar a los estadounidenses, con la misma amplitud de significaciones que tiene la palabra gringo", afirma el lingüista mexicano Lara.
Y en las redes sociales se pueden encontrar múltiples referencias a los "gringos" como "gabachos y gabachas".
Pero ¿cuáles son las razones detrás de que los estadounidenses tengan tantos apodos?
"La abundancia de los apodos aplicados a nosotros es de fácil explicación", dice el profesor Baker.
El antiamericanismo
En poco más de dos siglos, Estados Unidos pasó de ser una tierra con colonias de inmigrantes a una potencia mundial.
Para muchos, ese crecimiento exponencial hizo que se convirtiera en un país de referencia, mientras que para otros, se transformó en una amenaza.
"En el siglo XIX, los círculos progresistas europeos, veían al país como un faro: era uno de los pocos del mundo en los que había una república y un sistema democrático", describe el profesor Fernández de Miguel.
"Pero era todo lo contrario para los sectores más conservadores que veían a EE.UU. como un gran peligro, porque era un país subversivo, amenazante de las monarquías y tenía una tolerancia religiosa que tampoco era la norma", agrega a BBC Mundo.
Entonces se empiezan "a crear una serie de estereotipos sobre EE.UU. muy negativos que luego en el siglo XX, se transforma en el antiamericanismo", explica Fernández de Miguel.
La principal crítica al país y a sus habitantes es a su imperialismo. Además, se crean una serie de prejuicios basados en la cultura y la forma de vida de sus habitantes.
Pero ese discurso antiamericano estaba en manos de unos pocos.
"En el siglo XIX la población alfabetizada era muy escasa y muy poca gente tenía la capacidad de crear opinión. En general eran diplomáticos, políticos y periodistas", detalla Fernández de Miguel.
"Entonces la imagen de EE.UU. va a estar muy relacionada a su condición de rival frente a lo que hasta entonces había sido un monopolio de los países europeos", añade el profesor, que es autor de "El enemigo yanqui: Las raíces conservadoras del antiamericanismo español".
Ese rechazo se consolida con el tiempo y se propaga a otras clases sociales, y términos como "gringo", "yanqui", "gabacho", etc. empiezan a proliferar tanto en España, como en los países de América Latina que hablan español.
"Si combinamos el gran número de países con una variedad léxica, que desde mediados del siglo XIX sufrieron incontables roces, desencuentros, intervenciones/invasiones del EE.UU. en fase de expansión imperial, el resultado es una cantidad importante de apodos, en general insultantes", describe Baker a BBC Mundo.
"Y cuanta más cercanía hay con EE.UU., por ejemplo México y Cuba, mayor es la sensación de amenaza, y la capacidad del lenguaje para crear términos despectivos hacia los estadounidenses", indica Fernández de Miguel.
Obviamente, las cosas han cambiado y la relación que los distintos países tienen con Estados Unidos va desde franca admiración a un rechazo visceral a sus costumbres y gobernantes. Y Trump no ha hecho sino radicalizar las posiciones.
En ese contexto, no sería raro que surjan nuevos apodos para referirse a nuestros vecinos del norte. Es cosa de esperar.