El símbolo de reciclaje, su inventor y un antiguo malentendido
La autoridad supervisora de esfuerzos de reciclaje en EE. UU. dice que, tras 50 años de fama, el logotipo de las “flechas que se persiguen” debería retirarse de ciertos plásticos. Que dice el creador.
Gentileza: Chang Che es el corresponsal del Times para temas de tecnología en Asia
En 1970, Gary Anderson era un estudiante de arquitectura de 23 años en la Universidad del Sur de California, en Los Ángeles, cuando participó en un concurso de diseño patrocinado por un fabricante de cajas para crear un logotipo que promoviera el reciclaje de papel.
Ganó con la creación de un símbolo que se convirtió en la representación internacional de la reutilización de materiales de desecho.
Su diseño consistía en tres flechas dobladas que se perseguían en un triángulo infinito.
No fue sino hasta el final de la década cuando Anderson, ahora de 75 años, vio que su creación “cobraba vida propia”, más allá de los 2500 dólares que ganó con el premio, según relató la semana pasada en una entrevista telefónica. Recuerda que un día caminaba por una acera de Ámsterdam y, al doblar la esquina de una plaza del barrio, vio un montón de cubos de reciclaje con su diseño estampado.
Desde entonces, los fabricantes han usado el logotipo en todo tipo de productos, no solo artículos de papel como cajas de cereales y bolsas de compras.
“El símbolo y yo tuvimos vidas diferentes durante un tiempo”, comentó Anderson, consultor de arquitectura y planificación jubilado en Baltimore, pero que posee un “orgullo de autor”.
Ahora, la agencia medioambiental que supervisa los esfuerzos de reciclaje en Estados Unidos dice que, tras casi cinco décadas a la vista del público, el logotipo de las “flechas que se persiguen” debería retirarse de los plásticos difíciles de reciclar.
La Agencia de Protección del Medioambiente (EPA, por su sigla en inglés) pidió en abril a la Comisión Federal de Comercio (FTC, por su sigla en inglés) que sustituyera el logotipo de las flechas en los plásticos por triángulos sólidos, una decisión que la agencia cree que podría ayudar a aclarar la confusión en torno al etiquetado. El objetivo es aliviar a las instalaciones de reciclaje de la carga que implica tratar con artículos de plástico que no pueden procesar.
Jennie Romer, administradora adjunta de la EPA, escribió en abril a la FTC que desde hace tiempo los consumidores consideran que el logotipo de las flechas indica que un artículo puede reciclarse.
Durante mucho tiempo, los consumidores han considerado que el logotipo de las flechas indican que un artículo puede reciclarse, escribió Jennie Romer, administradora asistente adjunta en la EPA, en una carta dirigida a la FTC en abril.
Sin embargo, cuando se trata de plásticos, el logotipo puede ser “engañoso y equívoco”, escribió Romer. Los fabricantes suelen asociar el archiconocido logotipo a un código de identificación de la resina, con números del 1 al 7 que indican el tipo de plástico del producto.
“No todos los códigos de resina pueden reciclarse actualmente en Estados Unidos”, escribió. Muchos plásticos, especialmente los numerados del 3 al 7, “no son económicamente viables para reciclar”.
Durante mucho tiempo, los consumidores han considerado que el logotipo de las flechas indican que un artículo puede reciclarse, escribió Jennie Romer, administradora asistente adjunta en la EPA, en una carta dirigida a la FTC en abril.
Sin embargo, cuando se trata de plásticos, el logotipo puede ser “engañoso y equívoco”, escribió Romer. Los fabricantes suelen asociar el archiconocido logotipo a un código de identificación de la resina, con números del 1 al 7 que indican el tipo de plástico del producto.
“No todos los códigos de resina pueden reciclarse actualmente en Estados Unidos”, escribió. Muchos plásticos, especialmente los numerados del 3 al 7, “no son económicamente viables para reciclar”.
Anderson estaba de acuerdo en que el símbolo que creó no estaba pensado para ser utilizado de esa manera. Pero también esperaba que el logotipo conservara su estatus de símbolo omnipresente del reciclaje para otros fines.
“Entiendo lo que quieren decir”, afirmó Anderson. “Debía ser un símbolo general que dijera: ‘Oye, esto es reciclado, esto ha sido reciclado o es algo que puedes reciclar’. Eso es lo que debía ser”.
Más de mil grupos ambientalistas e individuos, junto con la EPA, enviaron comentarios a la FTC entre diciembre y abril, argumentando, entre otras cosas, que el uso indebido del logotipo de reciclado en productos de plástico puede estar contribuyendo a una creciente crisis de residuos plásticos.
Aproximadamente entre el 5 y el 6 por ciento del plástico en Estados Unidos fue reciclado en 2021, una caída en comparación con el 9,5 por ciento de 2014, según un estudio de 2022 de las instalaciones de reciclaje realizado por Greenpeace, la organización de defensa del medioambiente. La mayoría de los tipos de envases de plástico eran “económicamente imposibles de reciclar”, en parte debido a los costos asociados a su recolección y clasificación, y podrían seguir siéndolo en el futuro, según los investigadores.
En diciembre, la FTC anunció que estaba recabando comentarios del público sobre la modificación de su normativa en materia de publicidad y etiquetado medioambiental, conocida como Guías Verdes. Las guías, que se revisaron por última vez en 2012, pretenden proteger a los consumidores de las empresas que hacen afirmaciones falsas sobre sus esfuerzos para proteger el medioambiente.
Desde entonces, el problema de cómo gestionar los residuos plásticos se ha intensificado. Un factor que ha contribuido a ello, según la EPA, ha sido un cambio de política en 2018 en China, que solía recibir millones de toneladas de residuos plásticos estadounidenses. El país cortó las importaciones de plástico de baja calidad en un esfuerzo por limpiarse de “basura extranjera”.
Al no haber un reciclaje efectivo del plástico, las etiquetas han llegado a hacer más daño que bien, señaló John Hocevar, director de la campaña de océanos de Greenpeace Estados Unidos.
“He tenido las peores y más deprimentes conversaciones con la gente sobre este tema”, dijo Hocevar. “Una persona normal quiere hacer lo correcto. Miran las cosas que han comprado en la tienda, ven símbolos de reciclaje en ellas y las tiran al contenedor de reciclaje”.
No obstante, la mayoría de esos artículos no se reciclan, afirmó Hocevar. En cambio, los residuos saturan los centros de reciclaje, desviando el esfuerzo de los artículos de papel, aluminio y vidrio, que son más fáciles de reciclar.
Las etiquetas también contribuyen al mito de que el reciclaje es una solución al alarmante aumento de los residuos plásticos, añadió Hocevar.
La EPA no pide que se elimine el logotipo de Anderson en su totalidad, explicó Romer en una entrevista telefónica la semana pasada. Pero las empresas que utilicen el símbolo deberían “cumplir un estándar muy alto”.
Para que un producto pueda anunciarse como reciclable, la FTC exige que al menos el 60 por ciento de los clientes de la empresa tengan acceso a instalaciones de reciclado donde puedan ser procesados. La EPA ha pedido a la FTC que eleve ese porcentaje “mucho más”.
Aunque Anderson comparte las preocupaciones, se muestra escéptico ante los esfuerzos por crear alternativas a su logotipo, que según él surgió de una mezcla de su fascinación por la imprenta, el arte que desafía la lógica de M. C. Escher y la banda de Möbius, una forma geométrica unilateral que hace un bucle sobre sí misma.
“Los buenos gráficos son maravillosamente sencillos y, además, funcionan”, aseguró. “Transmiten los conceptos que hay que transmitir sin tener que explicarlos”.
Fuente: NyT