El testamento de María escenifica la Pasión de Cristo desde una perspectiva muy humana
El testamento de María. Dramaturgia: Colm Tóibín, con versión en español de Agustí Villaronga y Enrique Juncosa. Intérprete: Eleonora Wexler. Música en escena: Fernando Albinarrate. Cantant...
El testamento de María. Dramaturgia: Colm Tóibín, con versión en español de Agustí Villaronga y Enrique Juncosa. Intérprete: Eleonora Wexler. Música en escena: Fernando Albinarrate. Cantante: Rocío Noziglia. Iluminación: Julio Panno. Vestuario: Ana Sanz. Escenografía: Jorge Ferrari. Dirección: Julio Panno. Sala: Teatro San Martín, Corrientes 1530. Funciones: jueves a domingos, a las 19.30. Duración: 70 minutos. Nuestra opinión: buena.
En 1998, el irlandés Colm Tóibín se dio a conocer en la Argentina a través de una magnífica novela titulada Crónicas de la noche. A ese texto, en el que el autor se involucra con la realidad nacional dado que había llegado al país como corresponsal periodístico, le siguieron una serie de obras que lo confirmaron dentro del mundo editorial y recibió destacados reconocimientos por su labor. Entre otros títulos pueden destacarse, The Master (2004), Madres e hijos (2006) y El mago: La historia de Thomas Mann (2022).
Por estos días Tóibín se instala nuevamente en Buenos Aires y lo hace a través de un monólogo teatral, El testamento de María. Un material narrativo que luego se trasladó a la escena y que, en 2013, se estrenó en Broadway interpretado por Fiona Shaw bajo la dirección de Deborah Warner. Además, la destacada actriz Meryl Streep grabó el material en un audiolibro. Un años después la española Blanca Portillo lo estrenó en el Centro Dramático de Madrid, con notable repercusión.
El autor decide sacar a María de Nazareth de su lugar icónico para mostrarla como una madre, que ya mayor, decide contar su historia. “Lo que tengo que decirles –aclara– tal vez no quieran escucharlo, pero no voy a decir nada que no sea verdad”. Y a continuación narrará de manera descarnada la historia de su vida. Esa campesina que vive en el exilio comenzará detallando su vida tranquila hasta que su hijo comienza a mostrar ciertos poderes divinos que, no solo convencerán a un grupo de sus amigos más cercanos, sino a toda la comunidad en la que vive.
Y aunque en su relato resulten muy conmovedores momentos como la descripción de la resurrección de Lázaro y las bodas de Caná, ella no podrá sobreponerse al momento en el que su hijo, perseguido, es crucificado. La descripción de ese acontecimiento provoca una notable conmoción en el espectador. María entonces reflexiona, “su sufrimiento era necesario para salvar a la humanidad. ¿Salvar? ¿quién se va a salvar?”. Y esa pregunta golpeará de manera certera al espectador quien no podrá de dejar de confrontarla con el universo social y político contemporáneo.
El director Julio Panno construye sobre el escenario de la sala Cunill Cabanellas una experiencia en la que decide quitarle buena parte de su dramatismo a la acción. Aquí María va desarrollando su relato de manera sencilla, sin arrebatos, marcando sí algunos potentes momentos, pero no de forma apasionada. Su forma de construir el espectáculo es poner el texto en primer plano, dejando un tanto de lado el cuerpo de la intérprete. Seguramente su intensión está puesta en que el público siga los acontecimientos sin que su emoción se ponga en juego. Prefiere mantener a la virgen en su lugar, despojándola de la carnalidad en la que la ubica el autor.
Eleonora Wexler, una actriz con reconocidos recursos expresivos, queda un tanto opacada en esta representación, aunque logra sostener su imaginario intacto y así consigue que instantes, como los detallados con anterioridad, se revelen con el vigor necesario que ayuda a comprender en profundidad la vida de esa mujer que, en el original, se expresa de forma muy descarnada.
El testamento de María es una experiencia que merece verse porque expone un costado diferente al que aparece en el relato bíblico y aunque, para muchos puede resultar polémico, a otros los posibilitará ingresar en un campo reflexivo muy atractivo.