El triunfo de Caster Semenya: la sudafricana consiguió que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos determinase que fue discriminada
Una lucha durísima. Años y años de peleas y discriminación. Después de más de una década pudo demostrar que fue injustamente discriminada. Caster Semenya sonrié, aunque el sabor amargo que ...
Una lucha durísima. Años y años de peleas y discriminación. Después de más de una década pudo demostrar que fue injustamente discriminada. Caster Semenya sonrié, aunque el sabor amargo que vivió es imposible de explicar. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) falló a favor de la atleta sudafricana y determinó que fue discriminada al impedírsele participar en ciertas carreras por haberse negado a medicarse para bajar su tasa natural de testosterona.
La bicampeona olímpica, de 32 años, se consideraba discriminada como mujer porque la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) le negaba la participación en ciertas pruebas femeninas por tener un nivel de testosterona muy elevado. En su sentencia, los jueces europeos formalmente condenaron a Suiza -país donde tiene su sede el Tribunal Arbitral Deportivo (TAS)-, que había rechazado el arbitraje que pedía Semenya para que no se le exigiera someterse a un tratamiento hormonal que le redujera el nivel de testosterona por debajo del umbral que le había fijado la IAAF como condición para permitirle competir.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) aclaró que la mediofondista sudafricana no tuvo las garantías institucionales y de procedimiento suficientes en Suiza para hacer valer sus argumentos de estar siendo discriminada. De hecho, el TEDH puntualiza que el mismo TAS reconoció sus dudas sobre el reglamento que elaboró la IAAF, que la obligaba a someterse a tratamientos hormonales con efectos secundarios “significativos” y que además no le daban una garantía total de permitirle bajar la testosterona a un nivel suficiente. Además, hace notar que en recientes informes, órganos competentes en los derechos humanos del Consejo de Europa (al que pertenece el Tribunal de Estrasburgo) se enfocaron en sus “serias preocupaciones” por la discriminación de mujeres o de atletas intersexuales en el deporte con reglamentos como los de la IAAF.
Semenya y otras atletas al negarse a reducir de forma artificial sus niveles naturalmente altos de testosterona no pudieron competir en citas importantes como los Juegos Olímpicos y campeonatos del mundo en las pruebas que van de los 400 metros a la milla (1.609 m). En 2019 la sudafricana renunció al Mundial de Atletismo al no poder competir como mujer, por lo que no tuvo la oportunidad de defender su título mundial de 800 metros. “Estoy muy decepcionada por no poder defender el título que tanto me costó ganar, pero esto no me hará renunciar a seguir en mi lucha por los derechos humanos de todas las atletas involucradas”, había declarado Semenya en un comunicado.
La IAAF determinaba que las tasas de testosterona elevada suponen una ventaja en el atletismo femenino. La máxima autoridad del atletismo aseguraba que las mujeres como Caster Semenya, con atributos masculinos debidos a una cierta diferencia de desarrollo sexual son “hombres biológicos”, una consideración muy criticada por la defensa de la deportista y que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) determinó que supone una discriminación.
Semenya, está expectante acerca de cómo se desarrollará de ahora en más todo, ya que no está claro si podrá competir en los Juegos Olímpicos de París de 2024. La deportista ganó los 800 metros en los Juegos de 2012 y 2016, pero desde 2019 tiene prohibido competir en esa prueba debido a las normas de testosterona y no defendió su título en los Juegos de Tokio.