Escuchas y filmaciones. La historia secreta detrás de la bandera narco que llegó de La Matanza para copar el estadio de Newell’s
ROSARIO.-La bandera que exhibieron Los Monos el 24 de junio pasado, durante la despedida de Maximiliano Rodríguez, que tenía tres caricaturas de integrantes de la banda –un mono con lentes, un ...
ROSARIO.-La bandera que exhibieron Los Monos el 24 de junio pasado, durante la despedida de Maximiliano Rodríguez, que tenía tres caricaturas de integrantes de la banda –un mono con lentes, un pollo y un toro- fue confeccionada por pedido de los integrantes de este grupo criminal en Isidro Casanova, en el partido de La Matanza. Tuvo un costo superior a los 2.000.000 de pesos. Los investigadores calculan que el valor podría haber sido superior a esa cifra.
En una audiencia que encabezaron los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra, de la Unidad de Criminalidad Organizada de Rosario, se expusieron detalles de cómo fue el operativo montado por Los Monos para confeccionar y entrar luego al estadio la bandera que usaron para provocar un fuerte impacto en la opinión pública, ya que ese sábado a la noche en el estadio de Newell’s participaban de la despedida de La Fiera Rodríguez varios jugadores del seleccionado argentino, entre ellos Lionel Messi.
Schiappa Pietra consideró, tras la audiencia en la que fue imputado Cristian David Ayala, el empleado de una empresa de logística, que fue uno de los que trasladó la bandera, que la maniobra de Los Monos “se trató de una forma de ostentar el dominio de los negocios ilícitos”.
“Por eso consideramos que este hecho está encuadrado en el delito de intimidación pública en el contexto de una ciudad en la que esta puja de las bandas criminales provoca violencia y muertos. Esto no tiene nada que ver con el club ni con el fútbol”, aseguró el fiscal.
En la audiencia se reprodujo una escucha telefónica entre Ariel Guille Cantero, líder de Los Monos, que está preso actualmente en el penal de Marcos Paz, con Leandro Vinardi, alias Pollo, uno de sus lugartenientes, que se encuentra detenido actualmente en la penitenciaría Nº1 de Ezeiza. Ambos conversan sobre el impacto que provocaría que desde la tribuna que da al sur se extendiese la bandera con los rostros caricaturizados de los miembros del clan criminal, que dominan, entre otros negocios, la barra de Newell’s, donde se desataron problemas internos durante los últimos meses.
En esa intervención telefónica Vinardi le señala a Cantero que “mañana o pasado terminamos la banderita tuya”. El líder de Los Monos respondió: “¿Vos decís que la pongan? La tienen que poner después”. Los investigadores dedujeron que como Cantero sospecha que monitorean sus comunicaciones dejaba dudas en la charla.
Por eso, Cantero, entre risas, dice: “Hagan lo que ustedes quieran, si el quilombo lo van a tener ustedes, no yo. Yo no tengo nada que ver”. Vinardi le responde: “Vos estás abrazado con nosotros. Es una caricatura nada más”.
En la audiencia, los fiscales exhibieron las grabaciones de las cámaras de seguridad en la que se ve que al otro día del partido de despedida de Maxi Rodríguez, el domingo 25 de junio, un grupo de 26 personas busca la bandera poco después de las 11. Lo llamativo de este episodio es que el presidente de Newell’s Ignacio Astore llegó minutos antes de que sacaran la bandera del club. En las imágenes se ve que su camioneta está estacionada a pocos centímetros de la combi en la que cargan el “trapo” de 40 metros.
La policía allanó el estadio un día después. La bandera está siendo buscada. Una sospecha era que se encontraba escondida en Villa Gobernador Gálvez, ciudad vecina a Rosario. En la investigación los fiscales señalaron que la empresa de Isidro Casanova informó que el costo de la bandera fue de 2.000.000 de pesos, pero los funcionarios del MPA están convencidos que el valor fue muy superior.
La exhibición de la bandera se dio en un clima atravesado por extrema violencia dentro de la barra de Newell’s, por una disputa entre dos sectores de la banda de Los Monos. Las facciones encabezadas por Eric Mansini y Leandro Vilchez, presos en Rawson, junto con el ideólogo de los ataques y los crímenes, Pablo Nicolás Caminos, querían vengarse de gente cercana a Guille Cantero, a los que le reclamaban una deuda de 60.000 dólares.
En el penal de Rawson se secuestraron decenas de celulares y se detectaron irregularidades en el control de los reclusos. Fue allí, a más de 1400 kilómetros de Rosario, donde se tramó el atentado contra el supermercado del suegro de Messi y cinco crímenes. Este sector del clan criminal quería desplazar a Vinardi y Escobar, que son del entorno de Cantero.
Con la bandera Guille salió a respaldar a sus protegidos, quienes aparecían referenciados con los dibujos de un pollo y un toro.
En las dos audiencias que se realizaron en el Centro de Justicia Penal, durante el jueves y el viernes de la semana pasada, el equipo de la fiscalía, integrado por las unidades de Criminalidad Organizada y Balaceras, describió paso a paso cuáles fueron los crímenes que cometió una facción de la banda para dejar expuesta una grieta dentro de la barra.
Las escuchas telefónicas de los presos que pertenecen a Los Monos, que están detenidos en las cárceles de Rawson, Ezeiza y Marcos Paz, dejan claro que detrás de la sangre que corrió durante tres meses había un interés económico: una deuda impaga de 60.000 dólares por un cargamento de cocaína. Camino, Mansini y Vilchez reclamaban el dinero.
Los fiscales señalaron que desde el penal federal de Rawson Pablo Nicolás Camino, sicario de relevancia dentro de la banda, fue quien planeó el ataque al supermercado del suegro de Messi. El fiscal Franco Carbone expuso que con ese atentado a un familiar del astro futbolístico Los Monos buscaron “infundir temor e intimidar a los habitantes de la ciudad”. La balacera contra el supermercado, de acuerdo al funcionario, se enmarcó “en una serie de ataques armados y hechos violentos que tuvieron por objeto perjudicar los negocios formales e informales realizados por los integrantes de la barra brava de Newell’s”.
En la investigación detectaron que la pistola que se usó el 2 de marzo pasado para atacar al supermercado de Roccuzzo, padre de Antonela, esposa de Messi, se había utilizado en otro atentado, que ocurrió el 19 de febrero. Ese día sicarios de Los Monos dispararon con esa arma contra un carrito de comidas rápidas que pertenecía a Agustín “Tato” Leguizamón, integrante de la barra que se había alejado de Los Monos, quien se encuentra preso en la cárcel de Piñero.
El fiscal Matías Edery delineó que los ataques, sobre todo el que llevaron adelante contra el suegro de Messi, buscaban “tener una fuerte repercusión” y pretendían que fueran visibles para que lo “conociera la organización antagónica. Esto generó homicidios y balaceras, en las que se dejaban carteles pasándose mensajes entre ellos”. Lo mismo ocurrió con la bandera.
El 1° de febrero dos jóvenes en moto dispararon contra la comisaría 26 de Villa Gobernador Gálvez, cercana a Rosario, donde dejaron carteles que ya habían aparecido en otros lugares, en los que nombraban a Vinardi. Ese día un cartel similar, casi con el mismo texto, apareció en el cadáver de un joven Lorenzo Altamirano, que fue raptado al azar en la calle y luego asesinado a metros del estadio de Newell’s. Los fiscales definieron que el único objetivo fue usar el cuerpo de este artista callejero como “envase” para pasar un mensaje hacia dentro de la barra del club. Los familiares de Jimi se movilizaron esta semana a los tribunales para reclamar justicia. No quieren que quede “como un caso más”.
En esta trama también ocurrieron otros crímenes, que fueron ideados por Camino desde el penal de Rawson. Entre ellos, el de Jorge Gustavo Maturano, a quien dos sicarios ejecutaron en su casa el 20 de febrero. Al otro día, el preso en la Patagonia ordenó a otros soldaditos que dispararan contra los familiares de Maturana que estaban en su velorio. Y así ocurrió. Jóvenes en un auto pasaron con una ametralladora y tiraron a mansalva contra la gente que estaba en la puerta de la sala velatoria. Seis personas resultaron gravemente heridas y Pablo Sebastián Latorre falleció.
El 28 de febrero, según Caminos ordenó matar a un hombre cercano a Tato Leguizamón, que era cercano a Vinardi, uno de los capos de Los Monos en la barra. El elegido fue Benjamín Echavarría, a quien llevaron en una camioneta de dejar un mensaje en la casa de Leguizamón, y luego lo mataron de nueve balazos. Algo similar ocurrió con Wilson Daniel Perdomo Silveira, a quien también acribillaron por estar cercano a esta facción de la barra.