Eugenia Tobal y Francisco García Ibar: un perro, un amor sanador, un sueño hecho realidad y la “familia ensamblada” que pudieron construir
El Cupido de la historia de amor Eugenia Tobal y Francisco García Ibar se llama Romeo y es el maltés de la actriz. La pareja se conoció en el 2017, cuando ella fue al campo que él tiene en Zár...
El Cupido de la historia de amor Eugenia Tobal y Francisco García Ibar se llama Romeo y es el maltés de la actriz. La pareja se conoció en el 2017, cuando ella fue al campo que él tiene en Zárate, con su emprendimiento canino. No fue un flechazo, pero hubo buena onda desde el primer momento y se hicieron amigos. Y entre risas y perros se enamoraron, se fueron a vivir juntos y en diciembre del 2019 nació Ema.
Cada vez que Tobal habla de su amor, le brillan los ojos. Y es que un amor como el que ahora tiene fue muy esperado. La forma en que se encontraron fue inesperada y, según dijo alguna vez, no lo esperaba. “Romeo fue el celestino porque conocí a Fran gracias a él. En realidad, Mariano Zabaleta, con quien trabajaba en Pura química, me habló de Fran porque lleva a sus perros a su campo, y me lo recomendó. Yo quería que mi perro viviera la experiencia de compartir en manada porque es un maltés que vivía a upa mío, en un departamento. Le escribí a Fran varias veces por Instagram y le decía que iba a ir, pero no iba (risas). Hasta que un día, después de algunos meses, llevé a mi perro que pasó la evaluación y parece que yo también (risas). Tuvimos buena onda, pero yo estaba en otra, muy cegada con otras cosas, venía de otra relación y hasta evaluaba la maternidad sola. Y la vida cambió todo. Empezamos a charlar y nos hicimos amigos; no fue inmediato. Con el tiempo nos fuimos conociendo y llegó el amor”, le contó la actriz a LA NACION.
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“Charlábamos mucho en esas sesiones de adiestramiento y, casi sin querer, nuestras charlas empezaron a profundizarse, fuimos abriendo nuestros corazones y dándonos cuenta de que nos gustaba encontramos por la razón que fuera”, confesó Tobal.
El largo camino hacia la maternidad“Nada más emocionante y hermoso que confirmar que vamos a ser padres. Fueron meses de mucha ansiedad y temores, también… Hoy a la distancia entiendo que sólo hay que comprender los tiempos de la vida. Que las cosas suceden, si tienen que suceder, cuando es el momento indicado, que desear con el corazón es imbatible y estar rodeado de amor es lo que sostiene y da fortaleza. Tengo al hombre más maravilloso del mundo, que complementó mi vida, y hoy juntos hacemos camino al andar. Francisco García Ibar, te amo, amor…”, escribió en sus redes Tobal, en la primavera de 2019. Hacía mucho tiempo que deseaba ser madre, sobre todo luego de la pérdida de un embarazo, en el 2011. Pero esa oportunidad no llegaba.
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La beba nació en medio de una enorme felicidad que oscureció un duro golpe. Cuando la pequeña Ema tenía apenas dos meses, falleció la mamá de Eugenia Tobal: “Fue un camino difícil que me tocó atravesar. La extraño muchísimo. Mamá todavía era muy joven para partir, pero luchó muchísimo contra una enfermedad. Fue muy contradictorio porque durante mi embarazo transitamos la vida y la muerte. Por suerte, mi mamá y mi hija pudieron conocerse. Y hoy Ema es la flor más hermosa que me pudo dar la vida”, dijo emocionada hace un tiempo, en una entrevista radial.
Tobal le contó a LA NACION que es “una madre bastante relajada”, algo distinta a lo que pensaba. “Me había imaginado más apegada e histérica, pero la verdad es que no; lo estoy haciendo con más tranquilidad de la que esperaba o quizá la edad me lleva a tener otro aplomo. Y también tiene que ver mucho mi compañero. Fran hace que todo esté bien, aunque a veces tengo mis ataques como cualquier madre. Una madre sin dormir es una madre peligrosa, mejor es tenernos felices (risas)”.
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Ya con su beba en brazos, contó en el programa de Mirtha Legrand que años antes de quedar embarazada había congelado óvulos: “Antes no lo decía, pero ahora creo que es válido decirlo, congelé óvulos a los 37 después de haber perdido un embarazo a los 36, y me parece que es importante que eso se tenga presente. No sos menos madre porque hacés un tratamiento”.
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En la casa todos son amantes de los animales que, claro, son parte de la familia. “Somos una familia ensamblada bastante grande, porque además de Romeo están los dos perros de Fran. Somos seis en la casa y es un número (risas). Fran y yo tenemos una idea de crianza parecida, de conectar a nuestra hija con la naturaleza, que le va a enseñar más que nosotros, seguramente”, detalló.