Evgeny Afineevsky: “El régimen de Putin ya colapsó parcialmente”
ROMA.- El cineasta israelí-norteamericano Evgeny Afineevsky nació hace 5...
ROMA.- El cineasta israelí-norteamericano Evgeny Afineevsky nació hace 50 años en Kazan, capital de Tatarstán, una de las repúblicas de la ex Unión Soviética, donde vivió hasta los 18 años. Como allí no veía futuro como artista, se fue de la URSS en junio de 1991, pocos meses antes de su colapso. Por sus raíces judías, primero aprovechó de una repatriación a Israel y, años más tarde, optó por irse a vivir a Estados Unidos, donde se nacionalizó y donde reside.
Afineevsky, que habla perfectamente ruso y que jamás se olvidó de la parte del mundo donde nació, es hoy uno de los máximos promotores de la causa ucraniana. Después de los últimos acontecimientos, está convencido de que el régimen de Vladimir Putin, que en el pasado intentó envenenarlo, según contó, “ya colapsó en parte”, según aseguró en una entrevista con LA NACION.
Nominado al Oscar y a los premios Emmy por su documental “Winter on fire”, sobre la Revolución de Maidan de fines de 2013-2014, con la que los ucranianos le dijeron basta a gobiernos títeres de Putin, presentó hace unos días en Roma “Freedom on fire, Ukraine’s fight for freedom”, su última película sobre la guerra en curso, que considera la continuaciónn de la también llamada “Revolución de la Dignidad” ucraniana.
“Los 93 días que duró la protesta de Maidan, de la que fui testigo directo y en la que quedé fascinado al ver cómo la idea de democracia y libertad puede unir a todos, ricos y pobres, razas y religiones, pese a las diferencias, no sólo cambiaron a Ucrania y la vida de esos patriotas y héroes que murieron por esos ideales. Cuando Maidan ganó, en febrero de 2014, Putin se dio cuenta de que había perdido el control de Ucrania porque el presidente prorruso, Viktor Yanukovich, se fue del país. Y entonces decidió comenzar la guerra: los soldados rusos a fines de febrero de 2014 entraron a Crimea, puntapié inicial de la agresión. Pero el mundo se quedó callado entonces”, evocó el cineasta. “El mundo siguió cerrando los ojos durante ocho años, en los que muchísima gente perdió la vida en el Donbass y hasta que el 24 de febrero de 2022 Putin lanzó una invasión a gran escala que es una Tercera Guerra Mundial”, agregó.
Fue entonces que Afineevsky -quien en 2020 hizo Francesco, un documental sobre el papa Francisco, a quien ve seguido en el Vaticano y antes, uno sobre la guerra civil en Siria, Cries from Syria-, sintió que tenía que hacer una segunda parte de su documental sobre Ucrania. Y que tenía que mostrarle al mundo la actual guerra a través de las personas concretas, niños, soldados, periodistas, médicos, madres, cuyas vidas han sido trastocadas, pero que no bajan los brazos.
“El documental se convirtió en mi exploración del coraje de los ucranianos, que están fieramente determinados a resistir hasta la última gota de sangre y que han demostrado una impresionante habilidad para unirse como pueblo para defender la soberanía de su país y una impactante resiliencia, pese a estar rodeados de muerte, destrucción y crímenes atroces”, explicó.
-¿Qué piensa de la reciente rebelión de Yevgeny Prigozhin?
-Pienso que lo que vimos es solo el comienzo y que en los próximos meses veremos más. Esta rebelión dejó en claro que el régimen de Putin es muy débil y está en un callejón sin salida. Como vimos esta semana, Prigozhin todavía está en Rusia, al igual que su gente. Prigozhin preparó su rebelión-marcha en silencio absoluto y con muchos aliados dentro del gobierno y del sistema militar. Por eso no me sorprendería que ahora, en silencio, estuviera preparando su próxima movida y su próximo capítulo de esta rebelión. Y esta vez podría ser el final del régimen.
-¿No cree que pueda haber represalias contra él y el grupo Wagner?
-No va a pasar nada. Como pudimos ver esta semana, Prigozhin y su grupo siguen en Rusia. Nadie fue castigado ni lo será
-¿Cree que Putin se ha debilitado con el fallido putsch?
-Esta rebelión demostró al 100% que el régimen de Putin es muy débil y está con la espalda contra la pared.
-¿Piensa que puede colapsar en el corto plazo?
-El régimen ya colapsó parcialmente. La máquina de propaganda del Kremlin, que era la herramienta más fuerte del régimen para controlar a la gente, no pudo justificar nada de lo que pasó con el putsch y no pudo explicar el hecho de que nadie fue castigado y que todos están libres y moviéndose dentro de Rusia. Es una cuestión de muy poco tiempo que Yevgeny Prigozhin o alguien cómo él atacará a Putin y al resto de los miembros de este régimen semicolapsado. Pero esta vez sucederá inesperadamente y desde el interior de Moscú y simplemente lo derrocarán.
-¿Qué piensa de la misión de paz del papa Francisco, que envió al cardenal italiano Matteo Zuppi a Kiev y a Moscú?
-El cardenal Matteo Zuppi tiene relaciones muy estrechas con la Comunidad de San Egidio y estuvo muy involucrado en negociaciones de paz y resolución de conflictos en diversos países del mundo. La Comunidad de San Egidio también creó muchos corredores humanitarios y evacuó a civiles de las zonas de guerra. Esto le da al cardenal Zuppi gran credibilidad y yo aplaudo al papa Francisco por haberlo elegido. Pero creo que todos saben que en la actual situación de Tercera Guerra Mundial hay muchas limitaciones y muy bajas chances de negociaciones en este momento. ¿Puede haber negociaciones de paz ahora? Desde la posición de Ucrania y de Rusia, la respuesta es no. Ucrania no comenzó esta guerra y no anexó el territorio de nadie. Ucrania está combatiendo a los invasores rusos adentro de su propio territorio ucraniano. Ucrania está defendiendo a su madre patria y al pueblo ucraniano de una brutal e inhumana agresión de Rusia. Por lo tanto, Ucrania no se va a sentar a la mesa de negociaciones a discutir nada hasta que el último soldado ruso esté disparando o caminando adentro de territorio de Ucrania. Y me refiero también al territorio ocupado a partir de 2014, como la península de Crimea. Por eso me parece que, al momento, la misión del Santo Padre puede ayudar a salvar las vidas de los inocentes que son víctimas de esta guerra, es decir, los 19.493 niños que han sido robados y deportados a Rusia desde Ucrania. Además, puede ayudar con el intercambio de prisioneros y a evacuar a civiles y soldados de zonas de guerra, creando corredores humanitarios, como hizo el año pasado en Mariupol con personas atrapados en la planta de acero Azov. Sé que el presidente Zelensky le pidió al Santo Padre y al cardenal Zuppi ayuda en esta misión de salvar vidas, que son gestos nobles y humildes que el Santo Padre sigue haciendo todos los días en formas diferentes.
-¿Cómo cree que terminará esta guerra?
-Ucrania ya comenzó su contraofensiva. Puede ser lenta, pero está ocurriendo y a veces es mejor hacer las cosas lenta, pero seguramente. Pienso que cuando Ucrania retome la península de Crimea y después los demás territorios ocupados, el régimen de Putin estará acabado. Pienso que la otra parte del fin de Putin será una rebelión interna que tendrá lugar en Rusia, como le mencionaba antes. Para un régimen semicolapsado como el de Putin manejar dos guerras importantes –una interna y otra externa, en Ucrania-, es absolutamente imposible. Por eso, creo que la guerra terminará y Ucrania, con la ayuda y el respaldo de la comunidad internacional, ganará.