Fórmula 1: la llamada de Max Verstappen para un cambio de gomas que agitó a Red Bull y no conformó a Adrian Newey en el Gran Premio de Austria
Un juego en el que correr los límites señala la capacidad y la gestión, pero también la seguridad ante el peligro que esconde la maniobra. Una movida que expone la destreza del equipo y la habi...
Un juego en el que correr los límites señala la capacidad y la gestión, pero también la seguridad ante el peligro que esconde la maniobra. Una movida que expone la destreza del equipo y la habilidad del piloto, aunque el riesgo de la ejecución conlleve que se enciendan las alarmas por una recompensa que puede resultar nula y derrumbar la estrategia que conduce a la victoria. Una voz que por radio anima al desafío y varios interlocutores que pretenden, con estadísticas e información que explota en la computadora, desanimar al protagonista del cambio de planificación. El Gran Premio de Austria de Fórmula 1 ofreció un episodio extra, fuera del guion, en la hoja de ruta que conduce a Max Verstappen a la tercera corona mundial.
El neerlandés hizo aflorar la voracidad que lo envuelve y calibrar en la balanza el valor de un punto frente a los 25 que estaba embolsando por el cómodo triunfo. Y además, convidar a que el conjunto fuera parte de un éxito rotundo, contundente, aplastante: MadMax y Red Bull Racing se fundieron para ondear la bandera del liderazgo absoluto frente al resto y enviaron un mensaje interno acerca de la suma de poder que el piloto edificó con talento, astucia y fiereza, desde 2021, dentro de la escudería.
Vuelta 62 sobre las 71. Verstappen, después de renunciar con un plan de carrera ambicioso a ingresar a los boxes durante el tiempo de Virtual Safety Car para un cambio de neumáticos, marchaba en la cabeza del pelotón con una diferencia devastadora de 24 segundo sobre Charles Leclerc (Ferrari). Como si la rutina lo incomodara, el neerlandés elevó el listón y en una comunicación con su ingeniero, Giampiero Lambiase, sugirió la posibilidad de realizar una parada extra para calzar gomas de compuesto blando y atacar por el récord de vuelta, que se traducía en un punto adicional en la tabla de posiciones. Conocido en el paddock como “GP”, el técnico ítalo-británico –fue entrevistado extensamente por Sebastian Vettel para convertirlo en el reemplazante de Guillaume Rocky Rocquelin y luego se convirtió en el interlocutor de MadMax- argumentó diferentes razones para desalentar el pedido.
Max was hungry for that extra point, and @redbullracing didn't put a foot wrong 👌#AustrianGP #F1 pic.twitter.com/1QxZx595VR
— Formula 1 (@F1) July 3, 2023La insistencia del piloto generó un rápido debate. Verstappen apuntaba al desgaste de las gomas y en el muro se multiplicaron los cálculos para ejecutar la maniobra. “¿Asumimos el riesgo con un juego de neumáticos que no funcionan o es menos arriesgado parar en boxes y montar el compuesto blando?”, lanzó el jefe, Christian Horner, en una consulta que pedía respuestas a Lambiase y a la jefa de estrategias, Hanna Schmitz, mientras con la mirada escrutaba los rostros del asesor Helmut Marko y de la estrella del diseño Adrian Newey.
“Era la primera vez que volvíamos a Red Bull Ring desde el fallecimiento de Dietrich , así que fue conmovedor que el equipo tuviera una actuación tan brillante hasta el final de la carrera. Decidimos ir por la vuelta rápida en el último giro, a pesar del riesgo que suponía fallar en una parada en boxes. El mantra de Dietrich estuvo en mi mente: «sin riesgo no hay recompensa»”, explicó Horner por qué se había aceptado el desafío lanzado por Verstappen desde el cockpit.
El más reticente a asumir el peligro fue Newey, que se mostró preocupado por el desarrollo del fin de semana del equipo. “Las cosas nos pueden salir muy mal muy rápidamente”, advirtió en el podcast de la Fórmula 1, y en la misma frase apuntó tanto a la feroz pelea que Verstappen y Sergio Checo Pérez habían sostenido en el giro inicial de la carrera sprint en Spielberg como a la decisión de modificar la estrategia con la detención extra. El punto de la vuelta más rápida ya era propiedad del equipo de Milton Keynes, porque la ostentaba el mexicano Pérez y ninguno de los rivales clasificados entre los diez primeros estaba en condiciones de arrebatárselo ni entrar a los pits sin perder la posición. “Estaba un poco nervioso, pero Max es así y no podés cambiar su estilo. Siempre quiere ir por todo. El equipo, los mecánicos, están haciendo un gran trabajo en cada parada en boxes, por lo que el desafío no causó demasiado estrés”, expuso Newey sobre el momento en que en el muro aceptaron la sugerencia del bicampeón.
“Vamos a tomar el riesgo”, informó Lambiase. Finalmente, en el penúltimo giro de la competencia, el piloto del auto Nº 1 entró a la calle de los garajes, ubicó el suyo, se detuvo y 2,3 segundos después enfiló de regreso a la pista. Cuando reingresó, el margen sobre Leclerc era de 3,9 segundos. Hizo la vuelta de calentamiento en carrera, y después, ya en la meta, el cronómetro señaló 5,1. Verstappen, con 1m7s12/1000 y a un promedio de 231,970 km/h, conquistó el último premio que ofrecía el GP de Austria y completó el rito de conseguir la pole position y ganar la sprint y la carrera principal. “Para mí no había riesgo, pero creo que el equipo estaba un poco más nervioso”, disparó, con una sonrisa, el neerlandés. Y argumentó: “Vi la brecha con Leclerc y pensé que debíamos intentarlo, porque cuando tengo la oportunidad también quiero marcar la vuelta más rápida. Desde fuera quizás parecía un riesgo, pero en el auto no sentí que fuera un peligro, en absoluto”.
El desenlace no tuvo la polémica ni la tensión que envolvió a Red Bull en el Gran Premio de Arabia Saudita, en cuyo giro final Verstappen le había quitado el punto extra a Checo Pérez y le había impedido ser el líder del Mundial de Pilotos. “¿Conseguiste la vuelta más rápida al final?”, preguntó el mexicano en el circuito de Jeddah, mientras esperaban la ceremonia de premiación. El neerlandés deslizó: “Sí, en la última vuelta”. Después de un silencio incómodo, el tapatío apuntó: “¿No te dijeron que mantuvieras el ritmo?”. “Ah, 33,0, sí. Pero luego pregunté cuál era la vuelta más rápida y creo que era una décima más rápida que lo que estábamos haciendo”, explicó MadMax, y produjo más fastidio en el compañero de equipo, que pidió una revisión de la información de ambos pilotos. Marko y Horner apoyaron al bicampeón, y ya camino a Australia para el tercer GP de la temporada Pérez compareció ante los medios y manifestó que todo estaba aclarado.
Los 81 puntos con los que Verstappen aventaja ahora a Pérez y la consistencia en el manejo del neerlandés ante el encadenamiento de fallos que protagonizó Pérez en las últimas pruebas de clasificación desactivaron toda confrontación, más allá de que Red Bull brinde alas a los dos conductores para pulsear por la victoria sin entorpecer la tarea del conjunto. En Austria, MadMax mostró que es piloto y su propio jefe, y que está dispuesto a correr los límites para agigantar su figura en el mundo de la Fórmula 1.