Francisco Gonçalves generó un accidente con otro jockey, que terminó internado, y fue suspendido en el hipódromo de la Plata
Una caída es algo con lo que conviven los jockeys con cierta frecuencia en una profesión de riesgo como la que desarrollan. A veces, por algún infortunio que las hace inevitables. Otras, por dec...
Una caída es algo con lo que conviven los jockeys con cierta frecuencia en una profesión de riesgo como la que desarrollan. A veces, por algún infortunio que las hace inevitables. Otras, por decisiones equivocadas en una carrera que terminan involucrando a un colega. Fue lo que sucedió este martes en el hipódromo de La Plata, donde una rodada derivó en lesiones de consideración para Octavio Arias, de 29 años, y la suspensión provisional del brasileño Francisco Leandro Gonçalves, el amplio líder de la estadística argentina.
Sucedió en la recta final de la undécima prueba, cuando Leandrinho venía por detrás de una pared de rivales con Zenzational Dream, la número 3, y esperaba el momento de poder tener un espacio para atropellar. Esa oportunidad la vio a poco más de 300 metros para el disco del premio Hechizada (1200m), pero fue la misma idea que tuvo Arias, que corría casi a su lado junto a los palos con Agled, la número 6. Aunque había lugar sólo para uno.
Fue allí, entonces, donde se produjo el accidente. Gonçalves, identificado de chaquetilla roja, llevó hacia adentro a su conducida, con la intención de pasar entre la empalizada y la puntera Doña Tacaña. Y en esa determinación dejó sin espacio a Arias, de amarillo, que se vio atorado contra los palos y debió sujetar bruscamente, con el reflejo de evitar quedar presionado y caerse. Pero fue inevitable.
Lanzados a más de 60 km/h, no hubo lugar para ninguno de los dos ni tiempo de enmendar el error y en esa acción, con ambos conteniendo a sus caballos, Octavio se llevó la peor parte, porque su yegua trastabilló, no pudo mantenerse y jinete y caballo terminaron en el piso. El brasileño, el más ganador en el país desde 2018, logró sostenerse y luego de unos segundos de notar lo que había acontecido, la ambición deportiva lo llevó a seguir impulsando a su guiada hasta escalar al tercer puesto. Cerca de ellos se desempeñaba Daniel Arias, hermano del accidentado, que escuchó algunos gritos propios de la situación (que entre los jinetes funcionan de bocina para alertar el peligro) y giró su cabeza hacia ese lugar mientras perdía acción su montada Troyana del Sol, la número 8, y fue testigo muy cercano de la caída. En su caso, no siguió exigiendo y miraba hacia atrás.
De inmediato, las autoridades distanciaron al último puesto al infractor y este miércoles comunicaron el comienzo de una sanción que lo dejará afuera de las pistas no menos de 10 jornadas, aunque las especulaciones por el tipo de accidente podría extenderse algunas semanas. Para la Comisión de Carreras platense es una situación que seguramente evaluarán con el peso de saber que el sancionado es el jockey más requerido del país, aunque el reglamento debe ser igual para todos, y que no registra antecedentes de inconducta deportiva.
La encerrona de Gonçalves a AriasArias, que había regresado a la actividad en abril luego de una larga convalecencia en terapia intensiva por las lesiones sufridas el 24 de julio de 2022, tuvo esta vez pérdida de conocimiento, que recuperó de inmediato, y quedó internado en un sanatorio de esa ciudad con, al menos, una fractura de clavícula, mientras se le realizan otros estudios y se evalúa su evolución. Sobre su yegua no hubo detalles oficiales de cómo sobrellevó el revolcón.
A más de medio año para el final de la temporada, para Gonçalves, que regresó conmocionado por lo vivido al cuarto de jockeys, el golpe fue deportivo, ya que atraviesa una temporada récord, con 302 victorias, y tiene la ambición de batir la marca anual, en poder del carioca Jorge Ricardo, que consiguió 451 primeros puestos en la Argentina en 2012.
Ricardinho, de 61 años, es el jinete más ganador del mundo en toda la historia, está radicado en Río de Janeiro desde 2020 y este viernes volverá a competir en San Isidro, luego de varios intentos frustrados desde entonces.