La sorprendente y triste historia de la “niña camello” que abandonó los circos por amor
Bastó con que Ella Harper saliera del vientre de su madre para que todos notaran que...
Bastó con que Ella Harper saliera del vientre de su madre para que todos notaran que su destino sería diferente al del resto de niñas de la época. Las miradas incrédulas de sus médicos y familiares durante su nacimiento solo tenían una razón de ser: genu recurvatum congénito.
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Esta afección, que puede ser congénita, constitucional o adquirida, hizo que Harper naciera con una deformidad en las articulaciones. “Me llaman la niña camello porque mis rodillas se tuercen hacia atrás”, decía la tarjeta de presentación que era entregada a los espectadores antes de cualquier show.
Atracción circense para unos, milagro médico para otros y “niña camello” para unos cuantos más, Harper se convirtió en una sensación internacional. Lo que en algún momento de su vida se erigió como una debilidad, ella lo transformó en una rentable fuente de ingresos y en un arma para combatir las críticas, el rechazo y las miradas escrutadoras.
“La niña camello, el fenómeno natural más maravilloso desde la creación del mundo”Ella Harper nació el 5 de enero de 1870 en Hendersonville, Tennessee. Su llegada generó conmoción y desconcierto entre sus familiares. ¿Y cómo no hacerlo? De todos los hijos que tenían sus padres, William Harper y Minerva Ann Childress, solamente ella cargaba con una rara y particular condición que le impedía caminar en dos piernas.
Aparte de que su padre era granjero y su madre se encargaba del cuidado de los niños, muy poco se sabe de la infancia de Ella. La afección puso varios retos en su camino, pero ninguno que la joven no haya podido sortear. Como pudo, aprendió a caminar, ganarse la vida y anteponerse a las limitaciones propias de su condición.
Con tan solo 12 años, irrumpió en la escena circense, y lo hizo de la mano de un show de espectáculos de poca monta. Su debut estuvo cargado de éxito, tanto así que pronto comenzó a actuar lejos de su estado natal, en circos de St. Louis y Nueva Orleans.
El aspecto físico de Harper llamó la atención de decenas de espectadores en territorio estadounidense y, en medio de ese revuelo, el ambicioso showman WH Harris posó su mirada sobre ella. Aunque el Nickel Plate Circus ya contaba con domadores de leones en su elenco y acróbatas arriesgados, aún les faltaba una estrella: la “niña camello”. De acuerdo con el portal All That’s Interesting, Harris le ofreció a Harper un contrato para que actuara en el Nickel Plate Circus por la suma de 200 dólares semanales. Y, sin pensárselo dos veces, la joven aceptó.
Su inclusión en el circo le trajo aún más fama y reconocimiento: Harper no solo era el personaje más popular del elenco, sino que protagonizaba artículos y portadas de periódicos en cada ciudad que visitaba. “La peculiaridad más magnífica de la naturaleza desde el comienzo del planeta”, así es como fue descrita en alguna ocasión.
La fama, como era de esperarse, no estuvo exenta de desafíos y malos tragos. Los registros históricos apuntan a que siendo tan solo una niña, Harper era subida al escenario junto con un camello. ¿El objetivo? Que los espectadores encontraran las similitudes entre ambos y, de ser posible, hallaran gracia en la puesta en escena.
Los generosos pagos no fueron suficientes para que Ella siguiera consolidando un camino en la esfera circense. Después de un año de pagos mensuales de 200 dólares, finalmente decidió dejar el mundo del espectáculo, aquel que la espectacularizó y, en ocasiones, inhumanizó.
Una vida alejada del circoNo se tiene claridad del rumbo que tomó Ella después de dejar el show de espectáculos. Algunos dicen que, en busca de conseguir educación, regresó a su casa en Tennessee. La tragedia llegó a la vida de Harper hacia el año 1890, cuando su padre, William, falleció en un incendio. Cinco años después, uno de sus hermanos también partió del plano terrenal.
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Incluso con una extraña afección congénita, la joven logró llevar una vida plena. En junio de 1905 se casó con el maestro de escuela Robert Savely, con quien dio a luz a su primogénita: Mabel Evans Savely. A tan solo seis meses de su nacimiento, la bebé murió. Con una tristeza inconmesurable y un vacío imposible de llenar, adoptaron a Jewel, quien falleció tan solo tres meses después de haber llegado a sus vidas.
Ella Harper falleció el 19 de diciembre de 1921 a causa de cáncer colorrectal. Su paso por el circo fue tan corto como indeleble en la industria del espectáculo. Aunque fue ridiculizada, criticada y juzgada, la joven abrazó su rara condición y llevó en alto el apodo de “niña camello”, como era, es y seguirá siendo conocida a lo largo y ancho del mundo.
Los freak showsLos primeros circos eran sencillos: contaban con una pista de arena circular, un caballo y un jinete ágil. Sin embargo, a medida que pasaron los años, se le fueron agregando aún más ingredientes.
De acuerdo con National Geographic, hacia el siglo XVII, las presentaciones circenses ya incluían la exhibición de individuos con características extraordinarias, diferentes e incluso con deformidades. A esto se le conoció como freak shows o espectáculo de fenómenos.
”Uno de los casos más famosos es el del conocido como ‘hombre elefante’, cuya historia fue incluso llevada a la gran pantalla”, detalla el medio citado anteriormente. No obstante, tampoco se puede dejar de lado a Frank Lentini, quien brilló en el mundo del espectáculo por tener tres piernas, cuatro pies, dieciséis dedos y dos penes totalmente funcionales con sus correspondientes testículos.
Aunque al inicio su condición física se erigía como el motivo de burla de sus compañeros y allegados, poco a poco fue trazando una trayectoria profesional exitosa. Gran prueba de ello es que fue exhibido en numerosas ciudades en circos y espectáculos secundarios, incluidos Barnum and Bailey y Buffalo Bill ‘s Wild West Show.