A lo largo de los años, cientos de intelectuales de todo el mundo se convirtieron en una fuente de inspiración al tener el don de vaticinar qué será del mundo en los próximos años. Uno de los tantos que revolucionaron con su forma de pensar fue Nostradamus, un reconocido vidente francés que con sus predicciones cautivó al público debido a su gran cantidad de aciertos en la materia.

Reconocidos desde el Siglo XVI, Nostradamus marcó un camino para las siguientes generaciones que aprendieron de sus sapiencias y empezaron a reconocer los indicios de los grandes cambios que experimentó el mundo, entre ellos las guerras mundiales, un detonante peligroso para los países damnificados que se debieron reconstruir para seguir adelante.

Con el pasar de los años, quienes siguieron su legado empezaron a ser considerados popularmente como “nuevos Nostradamus” al tener una similitud en su pensamiento con el reconocido francés. Una de ellas es María Simma, una austríaca que tomó parte de sus sapiencias para empezar a elaborar teorías que van más allá de la realidad y evocan a los dioses.

Considerada una persona religiosa y mística católica, Simma comenzó a conectar con el “más allá” para poder tener noción de las almas del Purgatorio, un lugar conectado con la fe divina y la salvación eterna. Tras varios días de análisis de la situación, la austríaca llegó a la conclusión de que el fin del mundo esté cada vez más cerca y llegaría de una manera terrorífica, causando un mal a la humanidad.

Con este don y facilidad de conectarse con las almas del Purgatorio, Simma tuvo un panorama más amplio y claro a la hora de dar un vaticinio en 2004, el año donde se produjo su fallecimiento. “Se acerca una intervención de Dios para corregir el mundo”, explicó sobre cómo sería el juicio final.

A partir de ese momento, hasta la fecha, María despertó cierto recelo por parte de la comunidad cristiana por la similitud del proceso con los esoteristas y la polémica quedó instaurada, provocando que otros fieles sigan esa teoría para buscar más pruebas fehacientes que den con una fecha determinada para el desenlace final.

Michel de Notre-Dame, conocido como Nostradamus, fue un faro para quienes se aventuraron a elaborar profecías acerca de la evolución de la humanidad. Por otra parte, al ser más específicos, hay varios pensadores que continúan con las predicciones acerca de cómo el tiempo puede cambiar la vida de los máximos exponentes de la Realeza.

En el caso del Rey Carlos III, una profecía se expresó acerca de la muerte de Isabel y cómo cambiaría el mando real: “La muerte repentina del primer personaje, será cambiado y pondrán a otro en su reino”, aseguraron en un conocido libro llamado Las Profecías que data de hace 450 años.

Por otra parte, según el medio español Sport, los herederos pondrán en jaque la corona británica: “Al final de la guerra (que podría ser la de Ucrania), las grandes potencias cambian. Cerca de la costa, nacen tres hermosos niños. Arruinarán al pueblo cuando sean mayores de edad. Cambiarán el reino y no lo verán crecer más”.