Larreta y Bullrich llevan su batalla campal a las listas de todo el país y en Juntos por el Cambio temen por el día después de las PASO
La batalla encarnizada que libran los precandidatos presidenciales Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta en la cúpula de Pro amenaza con replicarse a lo largo y ancho del país en todos l...
La batalla encarnizada que libran los precandidatos presidenciales Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta en la cúpula de Pro amenaza con replicarse a lo largo y ancho del país en todos los estamentos en los que competirán los demás candidatos de Juntos por el Cambio. En efecto, ambos precandidatos presidenciales, embarcados en una pulseada a todo o nada, llevarán listas propias a legisladores nacionales, legisladores provinciales, intendentes y hasta concejales, lo que anticipa una batalla campal en los territorios más disputados de aquí a las primarias.
“La pelea entre Patricia y Horacio ya permea en toda la dirigencia de Juntos por el Cambio. En la última sesión de Diputados se vio clarito, bullrichistas y larretistas mirándose de reojo, estábamos incómodos entre nosotros. En las provincias todo es un quilombo; donde antes había cierta unidad ahora se instaló la pelea. Córdoba y Santa Fe son ejemplos claros”, rezonga un legislador que intentó, en vano, convencer a los popes de la coalición de que alcance al menos un acuerdo a nivel legislativo, como fue el esquema de 2015.
El principal riesgo de competir “todos contra todos” en las distintas categorías es que, llevados por el resentimiento de una pelea interna tan descarnada, quienes resulten perdedores se muestren reacios a acompañar a los ganadores o jueguen de manera subrepticia para otras fuerzas. Hoy parece de ciencia ficción que Bullrich y sus “halcones” de Pro, promotores de un acercamiento en el Congreso con los libertarios de Javier Milei y sus proclamas “anticasta”, se acomoden grácilmente al estilo moderado y acuerdista de Larreta, proclive a un gobierno de coalición con integrantes del peronismo, como el cordobés Juan Schiaretti. Y viceversa.
¿Cómo podrán congraciarse dos dirigentes con visiones tan divergentes después de haberse esquilmado durante la carrera hacia las primarias? La preocupación de algunos dirigentes es que, como resabio de esta pelea, los bloques de Juntos por el Cambio que se conformen en el Congreso después del 10 de diciembre se resquebrajen ante la primera ley que deban votar si son oficialismo.
En las usinas de Bullrich y de Larreta intentan desdramatizar la situación y aseveran que, a esta altura, la confrontación en las primarias es irreversible.
“En las elecciones legislativas de 2021 hubo primarias entre Pro, el radicalismo y la Coalición Cívica en 17 de las 24 provincias. Después de las elecciones se mezclaron las listas y todos los candidatos tiraron para el mismo lado en las elecciones generales y se le ganó al oficialismo. ¿Por qué no podría suceder lo mismo esta vez?”, sostienen en el comando bullrichista, más preocupados por estas horas en engrosar su estructura en Buenos Aires y en los distritos del interior del país donde Larreta, junto a su aliado y jefe de la UCR Gerardo Morales, se sienten más confiados.
En el larretismo creen que tampoco hay lugar para listas de unidad. “Patricia y Horacio encarnan dos visiones en Juntos por el Cambio y eso se tiene que dirimir en las primarias. Patricia pretende una coalición inclinada hacia la derecha porque, dice, hay que avanzar con reformas de fondo aunque sea a los cachetazos; Horacio insiste con que hay que gobernar con el 70% de la gente adentro porque de lo contrario será imposible gobernar en esta crisis”, insisten.
“Efecto ordenador”Más allá de sus diferencias, en ambos comandos de campaña coinciden en que las primarias tendrán, como toda elección, un “efecto ordenador” en la dirigencia.
“Es muy probable que quien triunfe en la primaria, sea Horacio o Patricia, sea el próximo presidente. El ganador de la elección va a quedar automáticamente empoderado con capacidad de ‘ordenar hacia abajo’. Los que antes estaban en el bando contrario se van a sumar rápidamente al carro ganador, nadie va a querer quedarse afuera. Así es la política, sucede siempre”, aseveran unos y otros.
Ese “efecto ordenador”, sin embargo, podrá cristalizarse si Bullrich o Larreta, cualquiera que gane la primaria, deponen las armas después de la pelea y readecúan sus estrategias electorales para evitar la fuga de votos, coinciden viejos batalladores de internas.
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“Lo más probable es que Patricia, si gana, inicie un giro en su discurso hacia el centro más moderado para captar el voto de Larreta y marcar diferencia con Javier Milei, que va a ser su gran competidor en las generales si no sigue desmoronándose”, razonan. “Larreta, por el contrario, va a tener que mostrarse más duro para asegurarse el ‘voto halcón’ de Bullrich y competir con Milei”, agregan.