Leandro Barcos, sobre el cultivo de girasol: “Queda mucho por hacer y la integración de la cadena es clave”
En el contexto actual del mercado de girasol, marcado entre otros factores por el conflicto entre Rusia y Ucrania, dos productores de relevancia, la Argentina tiene delante de sí una oportunidad p...
En el contexto actual del mercado de girasol, marcado entre otros factores por el conflicto entre Rusia y Ucrania, dos productores de relevancia, la Argentina tiene delante de sí una oportunidad para crecer en el plano global. Además, de cara a la próxima campaña, también se presenta una chance para que el cultivo expanda su superficie. Estos conceptos, entre otros, dejó ante LA NACION Leandro Barcos, gerente de Portfolio de Girasol de Syngenta LAS.
-¿Cómo están viendo el cultivo de girasol para la Argentina en el marco de la guerra en Ucrania?
-Como es de público conocimiento, el conflicto entre Rusia y Ucrania afectó fuertemente a la dinámica del mercado de girasol dado que los países en conflicto son los mayores productores a nivel global con más del 60%. La Argentina se ubica actualmente en el cuarto lugar después de la Unión Europea. Hay fuentes que anticipan una caída de área sobre Rusia y Ucrania. Si eso se da, tendría impacto en los precios locales.
Durante la campaña 2022 la Argentina tuvo un importante crecimiento del área cultivada. Los precios de los commodities estuvieron alcistas impulsados por el conflicto, especialmente en el aceite de girasol. La Argentina por encontrarse en el hemisferio sur mantiene la oportunidad de crecer en el mercado global de aceite de girasol al estar alejada de los conflictos, por tener híbridos de alto potencial, productores de alto nivel tecnológico y una industria con capacidad para absorber dichas demandas.
El conflicto lamentablemente continúa, se está cerrando una nueva ventana de siembra en el hemisferio norte y pronto veremos reflejados los impactos, tanto de sequía de algunas regiones como la península ibérica, como una menor área sembrada en Rusia y Ucrania debido al conflicto. Esto debiera ajustar las proyecciones de stocks globales e impulsar un alza en el precio en el mercado.
Por todo lo mencionado vemos a la Argentina con posibilidades de continuar creciendo, para esto es clave que algunas señales de cambio en la tendencia de precios del aceite a nivel global lleguen a la Argentina antes de que los productores terminen de cerrar sus planteos agronómicos para la presente campaña.
-¿Qué posibilidades de crecimiento vislumbran, según zonas?
-En los últimos cinco años veíamos el girasol con fuerte presencia en el norte, Chaco, norte de Santa Fe, este de Santiago del Estero, y en el sur y oeste (oeste, sudeste y sudeste de Buenos Aires, La Pampa) pero esa tendencia en 2022 comenzó a cambiar, comenzamos a ver brotes amarillos en zona núcleo, en Córdoba, San Luis y Entre Ríos. El girasol volvió de a poco a zonas no tradicionales del cultivo en los últimos años. La experiencia del cultivo en dichas zonas fue muy buena en comparación con otros cultivos tradicionales debido a la fuerte sequía. Creemos que muchos productores vieron las ventajas de diversificar cultivos para minimizar riesgos.
Resumiendo, vemos con posibilidad de mantener o leve incremento en zonas no tradicionales apuntando a la diversificación de riesgos e incremento de rotación. Al norte con los pronósticos de año niño lo vemos con posibilidades de crecer y el sudeste manteniendo el área.
-¿A qué tipo de tecnologías se está apuntando hoy y por qué?
-Una de las principales preocupaciones del productor es el manejo de malezas, es por esto que más del 85% del girasol sembrado es resistente a las imidazolinonas. Si bien ya existen algunas malezas que han desarrollado resistencia, continúa siendo una herramienta por la rotación de cultivos e ingredientes activos.
-¿Cuál creen que es hoy el valor diferenciado y por qué de este aceite frente a otros?
-En la Argentina, el aceite de girasol es el más utilizado en alimentación y representa el 80 % del consumo total de aceites vegetales según datos del Indec y la Secretaría de Agricultura. El aceite de girasol es rico en ácidos grasos poliinsaturados, el cual es de suma importancia en el correcto funcionamiento de nuestro corazón. El aceite de girasol es bajo en grasas saturadas y contiene fito esteroles, un componente que bloquea la absorción de colesterol en los intestinos a la vez que protege al corazón. De este modo, ayuda a reducir los niveles de colesterol total y triglicéridos en la sangre.
A nivel global no es tan así, y existen importantes consumos de otros aceites como el de palma, canola, soja, entre otros. Estos aceites son desfavorables para la salud con grasas más saturadas; el cuerpo es incapaz de descomponer dicha sustancia durante la digestión y la absorción de nutrientes. Por ello, esa grasa es transportada a diferentes partes del cuerpo y se depositan generando el conocido como colesterol LDL o “colesterol malo”. También el sabor es diferente y la durabilidad de los mismos es inferior, por eso es que a medida que países como China, India entre otros van mejorando su alimentación van cambiando de aceites incrementando los consumos de aceite de girasol.
-¿Qué se está haciendo para mejorar el cultivo?
-La investigación y desarrollo está en constante avance gracias a la inversión en el cultivo lideradas por empresas como Syngenta. Gracias a esa inversión la ganancia genética ha sido constante en los últimos 20 años. Por otro lado, el mejoramiento ha permitido al girasol, por ejemplo, tener una estrategia defensiva contra el ataque de pájaros por medio de la selección de híbridos con el capítulo decumbente. Otra muestra de esto es la mejora genética de los híbridos en los últimos años con un mejor comportamiento a enfermedades como la phomopsis, sclerotinia, downy mildew, roya y verticillium. Por último, es importante mencionar la mejora en materia grasa que permiten una mayor extracción de aceite por hectárea cultivada y estabilidad de los rindes en la producción.
Sin dudas queda mucho por hacer, para esto la integración de la cadena entre semilleros, productores, industria y exportadores es clave; hoy es el octavo complejo exportador argentino. Las exportaciones del complejo girasol fueron de 1891 millones de dólares en 2022, el 2,1% del total exportado por la Argentina, con un incremento interanual de 41,8%.