En la sopera que era el estadio Gelora Bung Karno de Yakarta, con 30 grados y una humedad elevada, Leandro Paredes enfrió a los enfervorizados hinchas de Indonesia. El volante rompió el hormigón de la defensa local con una de las virtudes que se le conocieron desde que asomó en la primera división de Boca: el remate de media distancia, la pegada. Un misil de derecha, desde más de 30 metros, que se incrustó en un ángulo. Más exactamente: desde 31,4 metros, el de mayor distancia en la era de Lionel Scaloni.

Disparado casi con bronca porque al ininterrumpido dominio argentino le estaba faltando eso, contundencia, puntería, potencia. Lo festejó con un salto y un puño al aire, como un desahogo. A los 38 minutos del primer tiempo se llevaba al resultado la superioridad en el desarrollo. En el segundo tiempo aumentó de cabeza Cristian Romero para el 2-0 definitivo en el cierre de la gira por Asia.

Fue el quinto tanto de Paredes con la camiseta albiceleste. Había marcado en otros tres amistosos: ante Singapur (con Jorge Sampaoli), México y Ecuador. Tiene uno oficial, contra Colombia, en un 2-2 por las eliminatorias. El gol contra Indonesia seguramente reconforta el ánimo de Paredes, le supone un estímulo en un momento de su carrera en el que dejó de ser un titular fijo en el seleccionado, tampoco lo era en Juventus y su futuro como jugador de club es una incógnita, toda vez que tras el préstamo en Turín debe regresar a Paris Saint Germain, que lo negociará porque no lo tiene en cuenta para la próxima temporada.

Paredes es un histórico en el ciclo de Scaloni, que lo incluyó en la formación de su primer partido, un 3-0 a Guatemala, en septiembre de 2018, cuando se intuía que lo del entrenador de Pujato no iba a pasar de un interinato. Con 48 presencias, el volante central se ubica segundo entre los futbolistas más utilizados por Scaloni, por detrás de Rodrigo De Paul, con 52.

Su continuidad en el plan A tuvo un sacudón en el momento que menos lo hubiera deseado: en pleno Mundial. Fue titular en el debut con derrota ante Arabia Saudita y a partir de entonces fue una de las piezas que cayó en la recomposición que hizo Scaloni. Perdió el puesto con Enzo Fernández, a quien hasta tres meses antes costaba imaginarlo siquiera en el plantel de 26 jugadores. Con despliegue, agresividad e incidencia en los últimos 30 metros del campo, el actual futbolista de Chelsea se hizo indispensable desde el arranque.

¡GOLAAAAAAAAAAAZO DE PAREDES!

A los 38', el mediocampista sacó un gran remate de larga distancia y decretó el 1-0 ante #Indonesia. pic.twitter.com/uBZtzsVnP1

En el Mundial pasó a ser parte del recambio, un suplente para oxigenar al equipo en los segundos tiempos. Reemplazó dos veces a De Paul (ante Países Bajos y Francia) y una a Ángel Di María (contra Polonia). Solo volvió a ser titular en la semifinal frente a Croacia, cuando Di María quedó al margen por no estar en su mejor condición física. Ese día compartió el eje central con Enzo Fernández. En cinco partidos de la campaña del título mundial disputó un total de 224 minutos. Quedó 15° entre los jugadores con más participación. Un porcentaje bajo en comparación con todo lo anterior del ciclo Scaloni.

Lo que no resignó Paredes es su papel de referente dentro del grupo. Una jerarquía que comparte con Lionel Messi, Di María, Nicolás Otamendi y De Paul. Esos cinco componen la “mesa chica” que marca el espíritu y las normas de convivencia. Una imagen recordada de Paredes es junto a Messi, ambos sentados en los escalones del túnel del vestuario del Maracaná, en charla con Neymar, tras la final de la Copa América 2021. También se transformó en cábala su charla con De Paul una hora antes de cada encuentro, en el centro del campo, masticando golosinas.

Consciente de su peso dentro del grupo, Paredes no procesó su nueva condición de suplente con malestar o “mala vibra”. Apoyó y sumó desde afuera. Sin el más mínimo rencor, fue el primero en estrechar en un abrazo a Scaloni tras la definición por penales contra Francia. Sus palmadas en la cabeza del entrenador, que había roto en llanto, fueron una muestra del afecto y consideración que le tiene.

Menor fue su cercanía con Massimiliano Allegri en Juventus. En más de una oportunidad dejó trascender su disconformidad porque jugó menos de lo que deseaba. Debió esperar detrás de Adrien Rabiot y Manuel Locatelli. Paredes solo fue titular en ocho de los 25 cotejos en los que participó por la Serie A. Marcó un gol, ante Lecce.

Sin llegar a consolidarse, a lo que hay que añadir el reducido presupuesto de Juventus, que en la próxima temporada disputará la tercera copa europea (Conference League), la Vecchia Signora no hará efectiva la opción de compra por 27,8 millones de euros. Volverá a Paris Saint Germain, el dueño de su pase. El club francés, con un proyecto todavía muy incierto, no lo tendría en cuenta. O sea, Paredes pasa a ser parte del mercado de transferencias. Se supone que, a los 29 años que cumplirá dentro de 10 días, su futuro todavía está en Europa, en la que aterrizó en 2014, con la transferencia de Boca a Roma. Menos dudas hay de que sigue siendo un jugador de selección argentina.