Los chicos están de vacaciones de verano y, por eso, William y Kate –como otros tantos padres del mundo cuando se trata de receso escolar– procuraron hacerles un programa divertido. Los príncipes de Gales llevaron a sus hijos George, Charlotte y Louis a la feria dedicada a la aviación más grande del planeta. Se trata de la Royal International Air Tattoo que se celebra en Glouceser (Reino Unido). A su llegada, la familia real fue recibida por el comandante Will Essex y otros altos mandos de la Royal Air Force que se encargaron de guiarlos para que descubrieran los tesoros más preciados de la aviación.

Para George esta no fue su primera visita a la exposición, ya que en 2016 la recorrió junto a su padre y con apenas 3 años se había mostrado tan fascinado como ahora. Esta vez, con 9 años, estuvo más atento a las explicaciones y hasta se ocupó de desplegar una de las rampas de la aeronave C-17, la misma que fue usada para transportar el féretro de Isabel II desde Edimburgo (Escocia) hasta Londres. Obviamente sus hermanos menores, Charlotte y Louis, también se dejaron ver muy entusiasmados con la salida familiar de alto vuelo.