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"Los patriotas del silencio" Por Sergio Miranda

En el siguiente editorial, se intenta reflexionar a cerca de la importancia de ser, no sólo mejores, sino de identificar a los verdaderos patriotas de nuestro tiempo, describiendo la realidad humana.

Por Sergio Miranda

Desde muy pequeño luché por sobrevivir en una sociedad cambiante, intentando abrirme camino solo, esforzándome por ser mejor persona cada día, luché por difundir el mensaje del respeto a los demás, a la dignidad humana, hablo del deber, de la responsabilidad de cada uno para buscar su bien y por ende el de los demás.

Durante toda mi existencia, escuché a muchos políticos y hoy me pregunto ¿Existen los patriotas? ¿Esos que ofrecen abusando de la ignorancia del pueblo, son patriotas? ¿Esos que tratan de diferenciarse de los otros por no ser igual, son patriotas? ¿Esos que hablan de Independencia, son libres de su ideal? ¿Son patriotas? Esconden una realidad al vender una idea supuestamente pragmática dentro de la contradicción existencial.

Es decir, ofrecen un poco de dinero, un par de casas casa baratas y comida vencida al pueblo, mientras, en realidad viven en sus castillos opulentos. No conocen al pueblo, no tienen valentía, porque no son patriotas. 

Patriota no es amar la tierra, hablar un idioma, cerrarnos al mundo, el verdadero patriota es aquel que siembra la tierra, que vive la realidad pragmática, que tiene los ojos abiertos con cinco hijos que mantener. Aquel, que aunque quisiera tiene que estar a la merced del de arriba y de todos los que gritan patriotismo.

Cuándo escuchamos a un PATRIOTA, decir: "le ayudo en algo?" mientras levantabas tu casa, buscas trabajo, criaste a tus hijos, o sostenías la pala. Sólo se los escucha decir "yo te voy a solucionar la vida con plata, la plata de los demás" le voy a dar trabajo, más trabajo, si me vota, le voy a ayudar con alimento, ese alimento que otros jamás van a comer, que sobra. Y todo desde sus escritorios, pulcros con un cartelito que indica su cargo acomodado.

El verdadero PATRIOTA es aquel que anda con callos en las manos, con zapatos de trabajo, con olor a sudor de tantas horas de esfuerzo!, este es el verdadero patriota, no aquel que se esconde bajo las leyes creadas por ellos mismos para vivir del gobierno. 

No le creo a ningún movimiento patriota, porque esos no son los verdaderos patriotas. 

Quieren que sus seguidores estudien en la escuela pública, pero ellos vienen de colegios elitistas. 

Instan a la violencia, al paro, a gritar y denostar al otro, hacen discursos llorando por el pueblo pobre, le echan la culpa a sus adversarios de los problemas que ellos mismos ocasionaron y no se hacen cargo de nada, pero tienen sus trabajos, sus autos caros, su ropa importada, sus teléfonos de última generación, se muestran educados o hablan un lenguaje coloquial para caer bien y seguir engañando a los menos aprendidos, tienen sus corporaciones, negocios oscuros o empleados a los que les pagan con monedas para tenerlos a su merced, pero no son PATRIOTAS, son ricos inescrupulosos que dividen y gobiernan.

Patriota es el sufre trabajando todo el día al rayo del sol, en pleno invierno al aire libre, el que no tiene agua, comida o comodidad  suficiente, el que cría una gallina para comerla, el que siembra una semilla con la esperanza de llenar una olla y alimentar a la familia, el que camina kilómetros para ir a estudiar o hacer una changa, el que vieja apretado como ganado para el matadero dos o tres horas para volver a su pequeña casa humilde con cuatro monedas de las que apenas van a alcanzar para medio día, y puedo seguir, pero ya conocen como sigue. Ahí está la verdadera Patria. Los demás, que vayan y vivan igual por un día, a ver si se animan a conocer desde adentro al verdadero patriota.

Algunos llamados patriotas utilizan el lenguaje, la demagogia o como decimos acá, “la labia” y con eso convencen a muchos que no tienen la posibilidad o capacidad de discernir rápidamente y se aprovechan de sus necesidades para seguir escalando y dominando a su antojo.

El elitismo político y el nepotismo, son enfermedades padecidas por todos. 

La falacia del lenguaje es un arma muy peligrosa en manos de un oportunista sin escrúpulos.

Declaración de virtud

El amor a la patria se llama patriotismo. Pero este sentimiento, tan natural y espontáneo como el amor filial, debe manifestarse dentro de límites racionales, impuestos por la moral y el respeto a los derechos individuales y a las demás naciones. Su desviación, que por lo común responde a propósitos mezquinos, constituye el falso patriotismo, llamado también patrioterismo o chauvinismo, sentimiento malsano y repudiable que conduce a extremos inconciliables con los fundamentos del verdadero patriotismo y es tan peligroso como la ausencia total de éste.

El amor a la patria no es un sentimiento ciego ni irreflexivo. Tampoco elimina la crítica; por el contrario, el verdadero patriota debe afrontarla con decisión y valentía, cuando haya lugar a ella, indicando el remedio para los males que señala y aplicándolos en la medida de sus medios, aun a costa de sus intereses y de su vida si fuera necesario. No cumple los deberes de buen padre de familia quien silencia y no enmienda los defectos de sus hijos. Tampoco cumple los suyos, el ciudadano que procede en forma semejante con relación a su país.

La acción del verdadero patriota se manifiesta en todos los escenarios: en el hogar, inculcando a los hijos las virtudes necesarias para hacer de ellos buenos padres y buenos ciudadanos; en la escuela, sirviendo de ejemplo a los alumnos y cumpliendo el apostolado que la docencia significa; en el gobierno, mediante el celoso y eficaz cumplimiento a sus obligaciones y el pensamiento puesto en el bienestar del país; en el ejercicio de las profesiones liberales, cuando se la desempeña con sujeción a las normas impuestas por la ética de cada una de ellas; en el banco de la escuela, del colegio o la universidad, aprovechando las enseñanzas que recibe; en los actos comiciales, votando por los ciudadanos mejores y más capacitados; en todo momento, cumpliendo la ley, respetando a las autoridades, procurando el engrandecimiento del país y el progreso de sus instituciones. El tipo del buen hijo, equivale en el seno del hogar, al del buen ciudadano dentro de su respectivo país.

Hablo de esos patriotas que hacen la patria grande en silencio.

Sergio Miranda - Mayo 2023

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