Por qué la candidatura de Robert Kennedy Jr. para 2024 es un dolor de cabeza para Biden
WASHINGTON.— El presidente Joe Biden podría parecer estar en velocidad crucero hasta que tome temperatura la campaña para las elecciones generales de 2024. Casi todos los principales demócrata...
WASHINGTON.— El presidente Joe Biden podría parecer estar en velocidad crucero hasta que tome temperatura la campaña para las elecciones generales de 2024. Casi todos los principales demócratas del país se han alineado detrás de él, y la lucha por la nominación republicana parece girar en torno a los problemas legales del expresidente Donald Trump.
Sin embargo, se enfrenta a su propia versión de una primaria: una campaña para apuntalar el apoyo entre los votantes demócratas escépticos.
Por mucho que el presidente diga que está ansioso por una revancha con Trump, sus aliados demócratas advierten que tiene un trabajo importante que hacer con los votantes de su propio partido. Todavía tiene que encontrar formas de promover sus logros, tranquilizar a los votantes desconfiados de su edad y dejas atrás a los retadores demócratas que tiene sin hacer ningún drama.
Esos rivales advenedizos incluyen a Robert F. Kennedy Jr., el activista antivacunas con un célebre linaje demócrata que ha surgido con una fuerza inesperada en las primeras encuestas, incluso cuando difunde teorías de conspiración y se asocia con figuras de derecha y donantes multimillonarios. El apoyo de los demócratas a Kennedy, que llega al 20% en algunas encuestas, sirve como un recordatorio del apetito de los votantes progresistas por una alternativa a Biden, y como un símbolo evidente de las debilidades del presidente.
“Está claro que hay una debilidad que tal vez nace de la preocupación por la elegibilidad en 2024″, dijo Julián Castro, el exsecretario de Vivienda que se postuló para presidente contra Biden en 2020. “Si bien ha logrado mucho, ha habido áreas en las que creo que la gente siente que no ha cumplido del todo lo que prometió sobre el derecho al voto, la reforma migratoria, la reforma policial y algún aspecto del clima”.
La Casa Blanca está tomando medidas para fortalecer políticamente a Biden, y para eso planeó una temporada de eventos que promuevan sus logros legislativos. Esta semana, hará su primer viaje de campaña de una noche desde que anunció su candidatura a la reelección, una gira de recaudación de fondos por el norte de California. La semana pasada, aceptó el respaldo de las organizaciones ambientales y sindicales más grandes del país, que según su campaña lo ayudarán a unir el apoyo demócrata.
Este mes, su campaña comenzó a publicar anuncios en línea que destacaban su historial. El equipo de Biden incluso pagó un camión publicitario para rodear el Capitolio y estacionar frente a la sede del Comité Nacional Republicano.
Sin embargo, algunos de los aliados de Biden dicen que les preocupa que la campaña aún incipiente del presidente no comprenda completamente la profundidad de sus problemas con los votantes demócratas, que han dicho constantemente a los encuestadores que preferirían que Biden no busque la reelección. Los votantes siguen preocupados por la inflación y su administración de la economía.
Algunos aliados incluso han decidido no esperar al equipo del presidente, iniciando campañas independientes de divulgación de votantes destinadas a aumentar su apoyo en lugares clave.
Este mes, la alcaldesa Paige Cognetti de Scranton, Pensilvania, y otros tres alcaldes de Pensilvania se subieron a una camioneta alquilada para realizar un viaje a través del estado para promover proyectos financiados por la administración de Biden porque les preocupaba que los votantes no los conocieran.
Se reunieron en Harrisburg con el gobernador Austin Davis, un demócrata que ganó el cargo el año pasado. Davis dijo que Biden había hecho “algunas cosas tremendas”, pero le preocupaba que los votantes no lo supieran. Recordó haber hecho campaña en las barberías negras en Filadelfia y haber escuchado que los votantes sentían que el país estaba mejor con Trump.
“Han hecho un trabajo bastante malo cuando intentaron decirles al pueblo estadounidense y a los habitantes de Pensilvania lo que han hecho”, dijo Davis.
La popularidad de Kennedy en las encuestas se debe en gran parte a su familia, que incluye a tres senadores demócratas, un presidente y una serie de otras figuras de alto perfil. Una encuesta de CNN a fines del mes pasado que mostró a Kennedy con un 20% de apoyo en contra de Biden, encontró que la razón principal por la que a los votantes les agradaba era por el nombre de Kennedy.
Las encuestas han sugerido que un gran número de votantes demócratas están dispuestos a decirles a los encuestadores que preferirían a cualquiera por encima de Biden. Una encuesta de una estación de televisión de Baltimore la semana pasada encontró que el 41% de los demócratas de Maryland preferían a su gobernador, Wes Moore, sobre Biden, a pesar de que Moore respalda la reelección del presidente.
Sin embargo, si Kennedy logra mantener este nivel de apoyo, podría avergonzar a Biden en las primarias.
¿Podría Bobby Kennedy encender una chispa? Tal vez”, dijo Michael Novogratz, un donante demócrata multimillonario que apoyó a Biden en 2020 pero se comprometió a no respaldar a ningún candidato mayor de 72 años. “Se ha alienado debido a algunas de las posiciones antivacunas, pero es un hombre brillante, articulado, elocuente, conectado, tiene el nombre de Kennedy y atraería a muchos de los votantes de Trump”.
Un abogado que saltó a la fama en la década de 1990 como activista ambiental en Nueva York, Kennedy, de 69 años, recibió el impulso de figuras conservadoras como Elon Musk, el dueño de Twitter que recientemente lo recibió en un chat de audio en línea de dos horas, y David Sacks, un capitalista de riesgo y partidario del gobernador Ron DeSantis de Florida, que realizó una recaudación de fondos para Kennedy la semana pasada en California.
Kennedy ha adoptado posiciones que lo colocan en la vereda de enfrente de prácticamente todos los votantes demócratas. Se ha opuesto a la prohibición de las armas de asalto, ha difundido puntos de vista prorrusos sobre la guerra en Ucrania y ha sugerido que las campañas presidenciales estadounidenses están manipuladas. También se dedicó durante mucho tiempo a difundir teorías de conspiración sobre vacunas.
La campaña de Kennedy está dirigida por Dennis Kucinich, el excongresista de izquierda y alcalde de Cleveland, que presentó a la serie de puntos de vista de derecha de Kennedy como evidencia de que está mejor posicionado para ganar una elección general que Biden, quien ganó en 2020 con significativas apoyo de los republicanos moderados escépticos de Trump.
“Kennedy es la única persona que tiene las cualidades que pueden generar la unidad que la mayoría de los estadounidenses anhelan”, dijo Kucinich. “Habla un lenguaje de conciliación y compasión”.
La Casa Blanca, el Comité Nacional Demócrata y la campaña de reelección de Biden se han negado a hablar sobre Kennedy oficialmente, un esfuerzo coordinado para evitar darle oxígeno.
Los aliados de Biden son menos reticentes.
“Esa campaña es una broma”, dijo el representante Robert García, demócrata por California, a quien Biden nombró miembro de la junta asesora nacional de su campaña el mes pasado. “Se está postulando en la primaria equivocada y no tiene ninguna posibilidad de obtener algún tipo de apoyo”.
García agregó: “Sus puntos de vista y cosmovisión son peligrosos”.
Por Reid Epstein