River está encendido: ilumina con luces altas hacia el título de la Liga Profesional
Las dos terceras partes de un partido le alcanzaron a River para avanzar sobre otra porción importante del título de la Liga Profesional. En los 63 minutos que completaron el encuentro que había...
Las dos terceras partes de un partido le alcanzaron a River para avanzar sobre otra porción importante del título de la Liga Profesional. En los 63 minutos que completaron el encuentro que había sido suspendido por el hincha que falleció al caer desde una tribuna, el equipo millonario consiguió un triunfo que lo consolida como puntero. Con el calendario al día, sacó siete puntos de ventaja, cuando restan 21 por disputar.
No son sólo los números, los cálculos. River es el que más partidos ganó (15 de 20) y más goles anotó (35). Además, importan el fútbol, el rendimiento. Y en esos ítems, River también tiene buena pinta, saca una ventaja sobre el resto en imagen y sensaciones. Le ganó por 1-0 a Defensa y Justicia, que no sólo llegaba con una actualidad más que promisoria (una sola derrota en los 13 cotejos anteriores), sino que además la estadística histórica en el Monumental lo favorecía: había sacado más puntos (siete) que el rival (cuatro) en cuatro cotejos.
Este River va sumando nuevos preferidos entre los hinchas, que por primera vez corearon “Aliendro, Aliendro…”. Más que merecido para un volante que hace de todo. Y casi todo bien. “Fue algo único, inesperado. Superfeliz por el afecto de la gente”, expresó el volante que llegó de Colón. Y eso que aclaró que el de volante central no es su puesto natural –está reemplazando a Enzo Pérez–, que está aprendiendo. Lo hace de manera acelerada y aprobando los exámenes.
“Venimos con un envión importante en lo anímico”, comentó Pablo Solari tras el final. La acelerada fue gestándose durante el torneo, pero sin dudas River puso la quinta velocidad con el estímulo que representó el triunfo ante Fluminense por la Copa Libertadores.
Dos equipos diseñados para la búsqueda directa desde el arranque, sin espacio para la especulación. Pelota viva, de manera sostenida. Con poca lateralización en los pases. La verticalidad como premisa. En menos de 10 minutos ya se contabilizaban varias llegadas, incluida una definición de Nacho Fernández hacia un poste. Defensa y Justicia también exigía, con su movilidad y descargas rápidas. Es un equipo que juega sin complejos y tiene muy en claro su libreto. River no podía descuidarse. Franco Armani tuvo que esforzarse por un despeje apurado de Marcelo Herrera que poco no fue gol en contra. Ida y vuelta, sin pausas.
Lo más destacado de River 1 vs. Defensa y Justicia 0
Nacho Fernández se ubicaba como enganche, con dos funciones. La primera, obviamente, llegar desde zonas intermedias a posiciones de definición. Lo hizo en varias ocasiones, sin lograr ajustar el último remate. Y la otra misión del Nº 10 era tapar a Kevin Gutiérrez, el volante central visitante que suele ser salida y marca los tiempos.
River estaba ágil, fluía, sin desconocer que Defensa podía comprometerlo. Lucas Beltrán seguía en su estado de delantero agresivo, amenazante. Definió con clase ante la salida de Luis Unsain, pero el cierre de Alexis Soto evitó el gol. River atacaba por oleadas, por momentos parecía que iba a desbordar al Halcón. A partir de los 15 minutos, el dominio local se acentuó, el control de la pelota ya no se dividió. Unsain rechazó un remate a quemarropa de Esequiel Barco y Nacho Fernández no consiguió aprovechar el rebote. River carburaba bien, le faltaba afinación en el área.
Pero el conjunto dirigido por Julio Vaccari no plegó velas, confió en su fútbol. La ambición y la desenvoltura forman parte de su estilo. Un disparo combado a un ángulo provocó una atajada del mejor Armani. Si el primer tiempo de por sí ya era corto (32 minutos), el desarrollo entretenido lo convirtió en un suspiro. Se pasó volando entre la superioridad de River y los arrestos de Defensa. Dieron la clase de partido que se esperaba.
River, a diferencia de lo ocurrido contra Banfield en la semana, cuando tuvo una alta eficacia para aprovechar los avances, esta vez generó más que lo que concretó. Cuando no le faltó puntería, el rival salvó in extremis. El gol se le resistía. En unos pocos días, la situación se invertía. En realidad, esta versión de River es la más habitual: convierte en baja proporción respecto a lo que genera.
Por el lado defensivo, con integrantes que jugaban juntos por primera vez por la convocatoria de Robert Rojas a Paraguay, los sofocones no habían sido tantos, teniendo en cuenta que los intentos de Defensa no eran como para subestimar. Con Enzo Pérez y Enzo Díaz preservados para completar la recuperación de las lesiones, esta vez Martín Demichelis eligió un 4-3-1-2, con un rombo en el medio: Aliendro en el vértice bajo, De la Cruz y Barco más abiertos, y Nacho más cerca de Pablo Solari y Beltrán.
Fernández siguió peleado con el arco en el comienzo de la segunda etapa. En el área, sin marcas encima, remató demasiado alto. El encuentro siguió por los mismos carriles, con alguna estocada de Defensa que pudo ser más peligrosa de no mediar un oportuno cierre de Herrera.
Barco no se cansaba de gambetear; lo hacía hasta en espacios reducidos, rodeado por adversarios. River subía revoluciones, y hasta Paulo Díaz saltaba a campo ajeno para anticipar. El gol que más de una vez tuvo Nacho Fernández, fue hecho por De la Cruz, que con un zurdazo hizo bueno un centro atrás de Solari. Pudo aumentar River con Barco. Fue 1-0, ajustado; debió ser más amplio. En poco más de una hora de juego, River fue un líder puntual. Está encendido, ilumina con luces altas hacia el título.