Tiempo de revancha: tres grandes remakes cinematográficas que superaron a sus versiones originales
Las remakes son una práctica muy habitual en Hollywood. Un film que vuelve a contar una historia que ya se mostró tiempo atrás permite aggiornarla y, en caso de que la primera versión haya sido...
Las remakes son una práctica muy habitual en Hollywood. Un film que vuelve a contar una historia que ya se mostró tiempo atrás permite aggiornarla y, en caso de que la primera versión haya sido un fracaso, hasta funciona como una posibilidad de revancha para convertir un título olvidado en un hit de taquilla.
A continuación, tres historias que fallaron en su primera incursión en el cine, pero que en su segunda encarnación se consolidaron como éxitos en materia de ventas de entrada.
Las peligrosas arenas de DunaDuna, de David Lynch (1984)
Durante años, el libro de Frank de Herbert fue observado con temor por directores que querían llevarlo a la pantalla, e incluso Alejandro Jodorowsky llegó a avanzar con una posible adaptación que no quedó más que en una expresión de deseo. Pero a comienzos de los ochenta, David Lynch dio un paso al frente. Cuenta la leyenda que George Lucas le ofreció al creador de Twin Peaks hacer El retorno del Jedi pero que el realizador se negó, tentado por la oferta de dirigir una adaptación de Duna. Producida por Dino de Laurentiis, una eminencia del sector, Lynch sabía que esa novela presentaba no solo el tradicional esquema del camino del héroe, sino también un mundo onírico de esos que tanto disfruta.
Lynch consideraba que la saga de Paul Atreides (Kyle MacLachlan) era un inmejorable timón para presentar un relato de diseños surrealistas, villanos extravagantes y batallas que coqueteaban con la filosofía. Pero la bestia que es Duna no se dejó domar, y pronto Lynch descubrió que los límites de presupuesto iban a impactar en su cosmovisión: el libro era mucho más ambicioso de lo que podía compactar una película de poco más de dos horas, y el film fue un fracaso inevitable. Esta no solo es la pieza menos personal de Lynch (un autor fascinante, aun en su día menos inspirado), sino que es evidente que Duna es un largometraje a medio hacer, en parte gracias a un productor que se metió más de lo debido, sin permitirle a director concretar su verdadera visión. Aunque el tiempo le otorgó una tímida reivindicación, la Duna de Lynch estuvo trágicamente lejos de hacerle justicia a la novela.
Duna, de David Lynch, está disponible en Lionsgate+ y en Apple TV+.
Duna, de Dennis Villeneuve (2021)
Tras el fracaso de Duna, muchos realizadores se vieron tentados a buscar revancha, pero terminaron dándose por vencido ante la posibilidad de caer en la misma trampa que Lynch. Pero en 2016, Dennis Villeneuve anunció que tenía entre manos una nueva versión de Duna, a la que denominó como una “Star Wars para adultos” (y que, atento a no repetir errores, la propuso como una saga en dos entregas).
Las expectativas no eran muy altas, y muchos consideraban que era imposible triunfar allí donde el mismísimo Lynch había fallado. Sin embargo, la segunda Duna fue un éxito de taquilla y de crítica. La visión del director era reposada, no ponía el acento en la acción sino en hacer fascinante ese mundo árido: Villeneuve no se perdía en el imponente despliegue audiovisual, sino que lo aprovechaba para enmarcar el complejo universo emocional de Paul Atreides (Timothée Chalamet) y su épica personal. Sin lugar a dudas, una de las revanchas más importantes en materia de remakes, cuyo esperada secuela llegará a los cines el próximo octubre.
Duna, de Dennis Villeneuve, está disponible en Prime Video, HBO Max y Movistar Play.
Pennywise eternoIT, de Tommy Lee Wallace (1990)
Stephen King siempre dio buenos resultados en Hollywood. Cada una de sus novelas que llegaba a la pantalla grande o chica, encendía inmediatamente el interés del público. Por ese motivo, la escalofriante historia de una criatura de pesadilla que amenaza a un grupo de niños en un pueblo estadounidense era la materia prima para una gran pieza de terror.
Producida originalmente como una miniserie de dos episodios (que internacionalmente se distribuyó como un título directo a video), IT retrataba la batalla de un grupo de jóvenes contra una pesadilla en forma de payaso, que los atemorizaba durante su infancia y luego en su adultez. Pero las limitaciones que exigía la televisión y un ínfimo presupuesto, fueron dos grandes obstáculos para el director Tommy Lee Wallace. La pantalla chica exigía mostrar muy poca violencia, casi nada de sangre y ninguna situación en la que se viera a niños amenazados (un detalle no menor, teniendo en cuenta que media película era un payaso intentando matarlos). Y aunque film no era malo y Tim Curry en la piel del payaso Pennywise entregó una actuación memorable, era evidente que esa adaptación estaba muy lejos del tono de pesadilla de la obra original. Por estos motivos, es que el resultado final se reveló como un “ni fu ni fa”, que no llegó a conformar en un cien por ciento.
IT, de Tommy Lee Wallace, está disponible en alquiler en Google Play y Apple TV+.
It, de Andy Muschietti (2017)
La idea de hacer en cine una nueva versión de IT fue una constante durante varios años, y en 2009 Warner finalmente anunció la puesta en marcha de una segunda adaptación. Dirigida por Andy Muschietti, esta nueva IT debía mostrar todo lo que no se había visto en la primera versión, y hacer foco en cómo el grupo de chicos -denominado “El club de los perdedores”- sufría las indecibles agresiones psicológicas (y físicas) ejercidas por Pennywise. De ese modo, el film se convierte en un paseo tortuoso por el pueblo de Derry, y el monstruoso payaso, esta vez sí, hace gala de un sadismo que corta el aliento.
La versión de IT de Muschietti fue un verdadero triunfo no solo por su calidad, sino también porque se limitó a narrar solo una parte del relato (la dedicada a los chicos, luego llegaría la secuela con los adultos). Por último, el Pennywise interpretado por Bill Skarsgard, que tomó distancia del propuesto por Curry, fue otro de los rasgos que hizo de este segundo IT un gran largometraje de terror.
IT, de Andy Muschietti, está disponible en HBO Max y Movistar Play.
La batalla de (y por) los hobbitsEl señor de los anillos, de Ralph Bakshi (1979)
Luego de revolucionar el cine de animación (y levantar no pocas polémicas) con El gato Fritz, el director Ralph Bakshi se animó a cumplir el sueño de muchos realizadores: llevar a la pantalla grande una adaptación de El señor de los anillos. Sin embargo, los resultados no fueron los mejores. Estrenada en 1978, esa película basada en la clásica trilogía de J.R.R. Tolkien, no alcanzaba el clima de épica que contenían las páginas del libro homónimo. El largometraje de dos horas, adapta el primer libro y la mitad del segundo, en un proceso que condensa excesivamente la trama original y deja afuera numerosos pasajes de gran importancia. Para colmo, la mezcla de distintos tipos de animación, daba por resultado una combinación que no siempre fluía con armonía.
Bakshi hizo un esfuerzo notable por darle movimiento a una historia anclada en la literatura, pero las limitaciones técnicas de la época y las ataduras propias de contar con solo un film, hicieron imposible el trasladar con fidelidad los impresionantes pasajes y las feroces batallas de Aragorn, Frodo y toda la comunidad del anillo.
El señor de los anillos, de Ralph Bakshi, no se encuentra disponible en streaming.
El señor de los anillos: la comunidad del anillo, de Peter Jackson (2001)
Muchos años le tomó a Peter Jackson recibir luz verde por parte de alguna productora que se animara a arriesgar una inversión de cientos de millones para convertir El señor de los anillos en una trilogía para el cine. Pero el neozelandés logró su objetivo, y en 2001 llegó a las pantallas la primera parte de esa épica cinematográfica que dejó huella en el cine de aventuras. Jackson, un gran entusiasta del film de Bakshi, tomó nota de los puntos fuertes y débiles de esa primera adaptación y triunfó en mostrar en todo su esplendor a la fascinante Tierra Media. El director contó con varias ventajas con respecto a la versión animada, y eso fue clave para concretar su obra maestra.
Por un lado, Jackson pudo hacer tres películas (una por cada libro), y eso le significó desarrollar con tiempo la curva narrativa de cada uno de los muchísimos personajes que integran la trama; por otra parte, los avanzados efectos especiales e ingeniosos trucos visuales le permitieron trasladar al cine el riquísimo mundo de Tolkien. A más de veinte años de su estreno, El señor de los anillos: la comunidad del anillo no pierde vigencia, y fue el primer gran proyecto que plasmó el encanto de los Hobbits en la pantalla.
El señor de los anillos: la comunidad del anillo, de Peter Jackson, está disponible en Prime Video, HBO Max y Movistar Play.
De yapa: Operación Cupido, de David Swift (1961) versus Juego de gemelas, de Nancy Meyers (1998)Tomando como punto de partida la novela Las dos Carlotas, aquí la historia gira alrededor de las gemelas Sharon y Susan (Hayley Mills) y cómo, luego de ser separadas durante años, se reencuentran de manera fortuita. Operación Cupido es una comedia correcta, que no asume riesgos y se mantiene muy pegada a un esquema de generar risas a partir de toda clase de equívocos. Y aunque esa versión no es un título que haya quedado en el imaginario del público, algo muy distinto sucedió con la remake de 1998.
Protagonizada por partida doble por Lindsay Lohan, la historia gira alrededor de dos hermanas a las que separan de muy pequeñas y qué sucede cuando la mamá cría a una de ellas en Inglaterra, mientras la otra queda en Estados Unidos a cargo de su papá. Esta tercera Sopa de gemelas (la segunda se estrenó en 1995, con el protagónico de las gemelas Olsen) es una comedia aceitada, veloz en sus pasos de comedia, y con una Lohan que, con poco más de diez años, demostró un carisma todoterreno que le jugó de igual a igual a una estrella del nivel de Dennis Quaid. Poco tiempo después, esa actriz iba camino a consagrarse con Un viernes de locos y Chicas pesadas, dos títulos que, junto a Sopa de gemelas, conforman una enorme trilogía protagonizada por Lindsay Lohan.