Una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre
El precandidato presidencial por La Libertad Avanza, Javier Milei, envió a la redacción de LA NACION el texto que a continuación se transcribe completo.* * * * * *Estamos cada vez ...
El precandidato presidencial por La Libertad Avanza, Javier Milei, envió a la redacción de LA NACION el texto que a continuación se transcribe completo.
* * * * * *
Estamos cada vez más cerca de las PASO, elecciones que pueden dar forma al nuevo orden político que regirá en la Argentina de las próximas décadas. Nuevamente asistimos a un espectáculo decadente de la casta política. No han expresado una sola propuesta concreta, ni explicado qué pretenden hacer si fueran electos, ni hablar de un plan de gobierno serio. Solo especulan con acuerdos de casta para sumar votos y seguir manteniendo el poder, aunque implique juntar el agua con el aceite.
Pierden su tiempo en alquimias electorales para mantener el poder por el poder mismo. Sostienen que estamos solos y nos será imposible gobernar. No me interesa contestarles, solo queremos sorprenderlos con los votos y sacarles de sus manos a la Argentina que tienen secuestrada hace décadas.
A los argentinos que creen en la libertad les aseguro que no estamos solos, somos millones los que estamos convencidos que ésta es la oportunidad de comenzar un camino diferente. Estamos trabajando en todo el país para que el próximo 10 de diciembre empecemos a transformar la Argentina para siempre. Muchas de esas personas son conocidas y con prestigio internacional, otras están incursionando por primera vez en las cuestiones de Estado, pero les aseguro que todos están convencidos de dejar el alma por un cambio de raíz para nuestra Argentina.
Seguramente los experimentados negociadores de la casta dicen que estamos solos porque no hemos aceptado ningún “negocio político” y rechazamos cada una de las invitaciones que nos hicieron para sumarnos a sus espacios condenados al fracaso. “La Libertad Avanza” no aceptó a la casta no porque no tengamos capacidad de diálogo, sino porque estamos convencidos que esta vez, sí, el cambio tiene que ser de raíz. No tenemos margen para una nueva decepción.
No es momento de ahondar en el diagnóstico de nuestros problemas, lo venimos haciendo hace tiempo, pero sí es fundamental tomar conciencia que nuestra crisis no es solo coyuntural o económica. Hoy estamos viviendo las consecuencias de un modelo que todos sostuvieron los últimos cien años y que lo único que ha logrado es destruir nuestro país que era uno de los mas ricos del mundo.
Por eso no me canso de repetir, estamos trabajando en un proyecto de nación a 30 años, con medidas de gobierno que se implementarán el mismo 10 de diciembre de este año, otras medidas de segunda generación que deben tener su tiempo de gestación y otras acciones de tercera generación, para que Argentina en el plazo de 30 años vuelva a ser ese faro de luz que deslumbraba al mundo civilizado. Esta vez sí haremos las transformaciones de fondo a las que la casta se resiste.
Desde que estos últimos años comenzamos a canalizar en nuestro proyecto las frustraciones de los argentinos mostrando que hay un camino posible abrazando las ideas de la libertad, la corporación política me tildó de populista de derecha, de violento, de desquiciado, y otros calificativos despreciables. Nos descalifican porque le temen a nuestro planteo de terminar con la Argentina corporativa, la Argentina de los privilegios y las prebendas. Esta tierra de inmigrantes cuyo pueblo hoy se plantea la emigración como alternativa da bronca, da tristeza y nos rebela. No nos toleran por eso, porque nos rebelamos y convocamos a transitar el camino de la libertad.
La elección que tenemos por delante es la mas importante de las ultimas décadas. Pero la disyuntiva no es compleja. Lo que los argentinos debemos preguntarnos es si queremos seguir con los mismos de siempre que ya han fracasado o si queremos construir algo distinto. Yo creo que la mayoría de los argentinos queremos algo distinto.