"La odisea de los giles", dirigida por Sebastián Borensztein y que protagoniza Ricardo Darín, será el filme que Argentina enviará a la Academia de Hollywood, que aún debe dar la lista definitiva de nominados al Premio Óscar en la categoría de mejor película extranjera.
Así lo anunció este lunes la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de Argentina, que desveló la película elegida durante la XIII Ceremonia de los Premios Sur al cine argentino, celebrada en Buenos Aires.
En Argentina llaman gil a aquellas personas trabajadoras, buenas, ilusas y algo incautas. Ricardo Darín y su hijo Chino no tienen dudas. “Nosotros también tenemos algo de giles. La mayoría de los ciudadanos del mundo lo son, porque confiamos siempre”, explican casi a dúo los dos actores argentinos.
Miles de estos ciudadanos pardillos se vieron engañados y vapuleados por el corralito que asoló Argentina en 2001. Dirigida por Sebastián Borensztein, La odisea de los giles, adaptación del libro de Eduardo Sacheri La noche de la Usina (premio Alfaguara en 2016), es un tierno y divertido retrato de esos perdedores.
Ricardo (62 años) y Chino Darín (30), también productores de la película, encabezan un poderoso reparto, en el que destaca la presencia de Luis Brandoni. El filme se ha convertido en el último gran éxito de la taquilla en Argentina
La odisea de los giles te revuelca en el lodo para luego rescatarte. No te evita el dolor, pero te lo recuerda. Hay en el filme la intención de desacralizar, de luchar a favor de la memoria, de volver a recordar una situación trágica como la crisis económica. “Ya era hora de que alguna vez ganaran los buenos”, proclama Chino. “Lo mejor es cómo los espectadores han hecho suya esta historia. Creo que el factor preponderante en todo ello es que tiene que ver con algo de reparación emocional para todos aquellos que sufrieron aquel desastre o para los que lo vivieron de manera colateral. Tiene algo de bálsamo”, asegura Ricardo Darín. “Fue una época que, a pesar de la amargura y la sensación de injusticia permanente, disparó la imaginación de miles de ciudadanos frente a la impotencia”, añade Chino. Padre e hijo hablan, se interrumpen, dialogan, se miran. “Hay que hablar del dolor, sacarlo a relucir.