La abeja es declarada el ser vivo más importante del planeta
Su aguijón duele mucho, pero si llegaran a desaparecer, nos dolería mucho más.
El término polinización hace referencia al desplazamiento del polen desde una flor que lo produce a otra flor de su misma especie que lo recibe. Este fenómeno que a primera vista parece sencillo, se asocia a consecuencias inmediatas y de gran trascendencia, como la formación del fruto, de una importancia vital en la agricultura y la formación de la semilla, que servirá al vegetal para perpetuar su especie y multiplicarse.
Existen tres tipos de transferencia de polen:
- Anemófila: el polen llega a las flores transportado por el viento
- Hidrófila: el transporte lo realiza el agua
- Zoófila: este caso es mucho más frecuente y eficaz, y se realiza a través de animales. Dentro de esta clasifiación la más importante es la entomófila, o sea, la polinización realizada por insectos polinizadores
Dentro de los insectos polinizadores, los más eficaces pertenecen al orden de los himenópteros. Las abejas son los insectos que por excelencia participan en esta labor, por lo que poseen una gran importancia económica y ecológica en los agroecosistemas; de hecho, una gran parte de los alimentos que hoy en día se consumen y comercializan masivamente dependen directa o indirectamente de la polinización realizada por abejas.
LAS ABEJAS EN LA POLINIZACIÓN
En cada ocasión en que una abeja recoge néctar de una flor y se desplaza a otra para hacer lo mismo, realiza uno de los actos más beneficiosos para las plantas: la polinización. Este mecanismo se produce cuando el insecto se deposita sobre la parte masculina de la flor (antera), se le adhieren los granos de polen a su cuerpo y luego los deposita inconscientemente en el estigma (parte femenina de la flor) para avanzar hasta la parte inferior del carpelo y que se produzca la fecundación.
Hoy en día, señalan como principal causa de la pérdida de polinizadores salvajes, a pérdidas de hábitat natural, cambios en el uso del suelo, mal uso de agroquímicos en la agricultura, desarrollo de la minería o urbano, entre otras.
En ese sentido, algunos estudios informan que esta problemática atenta contra la seguridad
alimentaria del mundo, ya que, sin los polinizadores, se producirían frutos de baja calidad nutricional y otros dejarían de existir.
Vea también: Cómo instalar refugios de biodiversidad para aumentar polinizadores
Haciendo un recuento, vemos que en una colonia de medianas dimensiones viven unos 60.000 individuos, de los que salen todos los días por néctar, con una frecuencia diaria de hasta 20 viajes, durante cada uno de los cuales visitan de 30 a 50 flores. Si hacemos los cálculos, para una sola colonia, en un día alcanzamos la magnitud de millones de flores visitadas diariamente. Si consideramos, por experimentos realizados, cada colmena se encargaría de 700 hectáreas de terreno. Este rápido repaso da una idea de la magnitud del fenómeno.
LAS ABEJAS EN LA AGRICULTURA ACTUAL
La agricultura es la primera beneficiaria de los servicios prestados por las abejas. Su contribución en términos económicos es realmente significativa, hasta tal punto que la renta directa de la apicultura (miel, cera, polen y otros productos) pasa a un segundo término.
Técnicos del Programa Nacional Apícola del INTA (PROAPI) expresaron que un tercio de los alimentos que se producen en el mundo dependen directa o indirectamente de la polinización por abejas. Además aseguran que “el servicio ambiental que presta la abeja multiplica por diez cada dólar que ingresa a la Argentina“.
Para finalizar, es importante destacar el lazo recíproco entre abejas, medioambiente, agricultura y ser humano, que debe ser protegido y fomentar entre los agricultores, planificadores urbanos, constructores y mineros, prácticas que permitan preservar y recuperar los hábitats naturales.