Nidera Semillas reunió a un centenar de productores y asesores en el oeste de Buenos Aires. Más precisamente en Trenque Lauquen, donde la variabilidad de ambientes pone en juego las habilidades de los productores en cada momento. Allí, especialistas en maíz y soja compartieron conocimientos y experiencias sin perder de vista un tema clave: la genética avanza y con ella la necesidad de adaptar el manejo agronómico para aprovechar el potencial de cada semilla.
Uno de los oradores fue el investigador de INTA Balcarce Aníbal Cerrudo. Su responsabilidad fue explicitar desde el punto de vista ecofisiológico las bases para la toma de decisiones en manejo de maíz. “Hoy el maíz se comporta cada vez más parecido a la soja”, dijo. “Se incrementó notoriamente la eficiencia con la que el maíz responde al agua. Y no hay que olvidarse de incorporar nitrógeno porque vamos a seguir obteniendo los mismos rindes que hace 20 años”, disparó.
“Si producimos en base al conocimiento, podemos aumentar la productividad y hacer más sustentable la producción. Eso es lo que los productores nos están pidiendo y es el desafío que tenemos por delante”, expresó Cerrudo para especificar que la fecha de siembra es una herramienta muy potente. “Al atrasarla exponemos a los cultivos a una menor oferta de radiación y energía, que redunda en menor rinde. En Balcarce se pierde un quintal por cada día que se atrasa la fecha de siembra, y en Trenque Lauquen puede ser un poco menos, medio quintal”, sentenció el especialista.
Sin embargo, esa visión preliminar no descarta que los maíces tardíos puedan ser una opción viable. “Es que la producción se puede llegar a elevar en algunos ambientes porque se escapa de la fecha de estrés y la floración cae en un clima más favorable. Aunque la rentabilidad puede ser menor, puede también ser más segura”, agregó.
Por otro lado, Cerrudo destacó el mejoramiento genético que han desarrollado los semilleros en los últimos años, con híbridos que poseen mayor tolerancia al stress y soportan mayores densidades.
A su turno, Fernando Ross, de la Chacra Experimental Integrada Barrow, describió lo que ocurre en ambientes restrictivos. “En escenarios con mayores limitaciones debemos preparar manejos defensivos, con menor densidad de plantas con el fin de soportar el stress aunque se resigne rendimiento”, señaló. “Hay que ser inteligentes y leer el ambiente”, añadió.
El doctor en Ciencias Agropecuarias y profesor de Producción de Cereales de la Universidad Nacional de Río Cuarto, Gabriel Espósito, se refirió al manejo de la nutrición en maíz. “Hay que pensar en los nutrientes duros, que son los que van a responder a los análisis de suelos. Cuando empiezan a faltar nutrientes, nos quedamos sin raíces. Sobre todo cuando no tenemos fósforo. Y cuando perdemos eso, se traduce en una menor eficiencia en el uso del agua y por supuesto en un menor rinde”, puntualizó.
“En Córdoba en general nos falta agua, y cuando tenemos deficiencia hídrica no nos puede faltar fósforo”, apuntó. Según Espósito hay un preconcepto de que el maíz tardío responde poco a la fertilización de fósforo. “La estrategia ideal es sembrar el maíz para que le llueva en floración. Y eso no se garantiza con ninguna fecha de siembra. Es cierto que febrero tiene mayor balance hídrico históricamente que enero, pero nada es seguro”, expresó.
El profesor de Río Cuarto recordó que el fósforo se acabó en casi toda la República Argentina. “Si agrego fósforo ocasiono deficiencia de zinc. Y el zinc es algo que también falta en todos los suelos de Argentina. Por eso la fertilización de fósforo junto a zinc maximiza la respuesta en el cultivo”, recomendó.
Sobre el nitrógeno, Espósito detalló que el 90% de los productores fertilizan con nitrógeno a la siembra. “No se debería poner todo el nitrógeno a la siembra. La genética está cambiando mucho y nos está obligando a cambiar el manejo. Ahora es importante fertilizar con nitrógeno en posfloración. Hay que cuidar la nutrición en estadíos avanzados de maíz, sobre todo en híbridos modernos”, dijo y agregó que es impensado recomendar densidad sino se piensa en el nitrógeno porque es una decisión que se debe tomar en conjunto ya que una depende de la otra.
Qué sembrar en la región
Ricardo Ollúa, integrante del equipo de Desarrollo de Productos de Nidera Semillas, presentó las variedades de soja y su posicionamiento para el oeste y el sur de Buenos Aires, recomendando grupos de madurez que van de 2 medio hasta 5 cortos.
“El cultivo tiene que estar crecido en el período crítico. Ese es nuestro objetivo: un manejo que sortee las restricciones ambientales como déficit hídrico o altas temperaturas. Independientemente del genotipo, cada vez que demoramos la fecha de siembra podemos tener menor cantidad de días de período crítico”, dijo.
En el Oeste, el técnico recomendó capitalizar máximos rendimientos con la NS 4309 (con fecha de siembra del 20 de octubre al 20 de noviembre), la mejor variedad del segmento IV Medio con alto potencial de rinde, estabilidad y sanidad; y luego con la NS 3220 STS (que se puede sembrar hasta el 25 de noviembre). Para la región sur, a la inversa. La primera opción es NS 3220 STS (sembrada en noviembre), una variedad sureña de excelente adaptación a siembras de segunda e ideal para lotes con napas altas, con el plus tecnológico STS; y luego la NS 4309 (de fines de octubre hasta el 30 de noviembre).
Ollúa se refirió al lanzamiento de la NS 5028 STS, el reemplazo de la 5009. “Tiene una plasticidad muy buena, cuenta con tecnología RR y STS y excelente comportamiento sanitario. Supera en rendimiento a la 5009 en cualquier ambiente. Para la zona, la fecha de siembra es del 20 octubre al 20 de noviembre”, especificó y mencionó otras dos variedades aptas para la zona: la NS 4619 IPRO STS, para ambientes un poco más restrictivos, y la NS 2632, sureña, muy corta, ideal para buenos ambientes.
Fue Javier “Chiqui” Latorre, también de Desarrollo de Productos de Nidera Semillas, quien presentó las opciones en maíz. “Hoy el conocimiento es un insumo gratuito”, increpó a los presentes y se refirió al trabajo de asesoramiento que viene llevando a cabo la RED.IN de Nidera de la mano de su Asistente Dinámico Nidera, una herramienta tecnológica basada en una enorme cantidad de datos que permiten hacer la mejor recomendación de producto y manejo, incluida, desde esta campaña, la densidad de siembra.
‘Nidera es el único semillero con disponibilidad de producto top con tecnología VIPTERA”, aclaró Latorre haciendo referencia al último lanzamiento de la compañía: el NS 7818 Viptera 3, un material que ofrece la mejor biotecnología para las principales plagas que atentan al cultivo de maíz. Además, describió el AX 7761, un híbrido de alto potencial con excelente performance en todos los ambientes, ideal para planteos ofensivos de alta densidad. También se refirió al AX 7784, adaptable a distintos ambientes y versátil para distintas fechas de siembra. El técnico también mencionó al NS 7917, para fechas de siembra tardías, y el AX 7822, único hibrido con tecnología VT3PRO y Clearfield del mercado.
Trabajar en equipo siempre es la clave
El cierre del encuentro en Trenque Lauquen estuvo a cargo de Coco Oderigo, el abogado penalista que creó Los Espartanos, un club de rugby que busca reinsertar a los presos a la sociedad gracias al deporte. La idea surgió cuando acompañó a un amigo suyo que quería visitar una cárcel y vio a un grupo de presos sin hacer nada. El proyecto surgió en 2004.
La importancia de pertenecer, de hacer equipo y mirar más allá, fue el eje de la experiencia compartida por Oderigo. “Hoy el rugby les da sentido de pertenencia. Ellos no pertenecían a nada. Ahora pertenecen a Los Espartanos. Se tatúan el escudo. Están orgullosos. Con este espíritu de equipo se rompió toda la dinámica carcelaria. Vuelven a la cárcel para entrenar”, dijo el entrenador.