'Proyecto Power': una película de superhéroes para Netflix que no acierta a exprimir su potente premisa
Los superhéroes empezaron dominando el mundo del cine y poco a poco se van haciendo un hueco privilegiado entre las series de televisión.
Los superhéroes empezaron dominando el mundo del cine y poco a poco se van haciendo un hueco privilegiado entre las series de televisión. Sin embargo, en el caso de Netflix fue al revés, ya que la plataforma apostó primero por títulos como ‘Daredevil’, ‘Jessica Jones’, ‘The Umbrella Academy’ o ‘El vecino’ antes de empezar a apostar por largometrajes como ‘La vieja guardia’ o ‘Proyecto Power’, la cual se estrena hoy 14 de agosto.
Con el gancho adicional de tener a Jamie Foxx y Joseph Gordon-Levitt como protagonistas, ‘Proyecto Power’ se desvía del camino habitual en el cine de superhéroes para plantear la existencia de una droga que te permite obtener poderes especiales durante cinco minutos. Una premisa suculenta que invitaba a tener esperanzas en encontrar un buen pasatiempo, pero a la hora de la verdad es una propuesta fallida que nunca logra dar en la diana en los temas que aborda.
A medio gas
‘Proyecto Power’ es en realidad la historia de un hombre desesperado por rescatar a su hija (Foxx), un agente de policía dispuesto a hacer lo que sea para detener la distribución de esa droga (Gordon-Levitt) y una adolescente con tanto talento para el rap como desinterés hacia sus clases de instituto (Dominique Fisback). A partir de ahí, el libreto de Mattson Tomlin, quien también ha coescrito ‘The Batman’ junto a Matt Reeves, propone una especie de thriller de ciencia-ficción que transita por caminos demasiado conocidos por el público.
A fin de cuentas, el hecho de que una droga te otorgue un superpoder al azar se prestaba a multitud de cosas, pero a la hora de la verdad todo deriva por un lado en una investigación más o menos rutinaria y con todas las trabas que uno podría esperar en algo en lo que puede haber detrás grandes cantidades de dinero y por otro en la aparición de una especie de justiciero urbano que en lugar de estar vengando la muerte de un ser querido quiere hacer lo posible por evitarla.
La droga en cuestión es convierte así en el hilo conductor que une ambas vertientes narrativas de ‘Proyecto Power’ en lugar de ser algo que Tomlin realmente muestre gran interés en explorar. Hay algún apunte aquí y allá sobre el hecho de que no sabes qué poder te va a tocar que da pie a instantes más inspirados que el resto de la función, pero acaban resultando meras gotas en el océano. Aquí lo que interesa es su función como amenaza y excusa para potenciar el lado más espectacular del relato en ocasiones contadas, sensación que va resultado más evidente a medida que avanza su metraje.
Indiferencia
De esta forma, la auténtica clave para saber si vas a disfrutar o no con ‘Proyecto Power’ está en su trío protagonista, ya que son Foxx, Gordon-Levitt y Tomlin los que nos dan mayores alegrías en escenas puntuales. No es que ninguna de ellas sea memorable o nada fuera de lo común, pero sí que dotan a la película de esa energía que por sí misma no termina de conseguir y que los directores Ariel Schulman y Henry Joost tampoco logran inyectarle.
A su favor conviene destacar que ‘Proyecto Power’ no cae en el error de convertirse en un cansino correcalles y ahí Schulman y Joost sí logran dar con el ritmo adecuado para que uno no se aburra mucho antes de llegar a la meta. Es cierto que no logran trascender las limitaciones del material que tienen a su disposición, pero al menos algo aportan para poder tenerles en cuenta de cara a otra gran producción de estas características.
Por lo demás, la película tampoco destaca en lo visual, es como si tuviese miedo de ir más allá en todo lo que plantea por si eso puede echar para atrás a algún segmento del público. Eso la lleva a acabar resultando descafeinada en todos los frentes (lo cual acaba restando mucha fuerza a ese tramo final en el que parece querer darlo todo), pero sin que haya nada que digas que eso falla tanto que hace que no merezca la pena. Ni siquiera se puede hablar de oportunidad perdida cuando ni siquiera llegas a intentarlo realmente.