La actriz británica Diana Rigg, quien se hizo famosa por la serie de televisión de culto de 1960 Los Vengadores y apareció recientemente en Juego de tronos, ha muerto a los 82 años.

Rigg, quien tuvo una larga carrera en el teatro además de aparecer en la película de James Bond Al servicio secreto de Su Majestad (donde su personaje se casa con el espía británico), ha fallecido en su casa y rodeada de los suyos.

"Mi amada madre ha muerto pacíficamente mientras dormía temprano este mañana, en casa, rodeada de la familia ", ha explicado en un comunicado su hija Rachael Stirling.

A la actriz se le diagnosticó un cáncer en marzo pasado y, según su hija, "Ha pasado estos últimos meses reflexionando con alegría sobre su extraordinaria vida, llena de amor, risa y un profundo orgullo por su profesión. La voy a extrañar más allá de las palabras".

Una de las pioneras del cine de acción

Rigg nació Doncaster, en el norte de Inglaterra, pero muy pronto se mudó con su familia a la India, donde pasó parte de su infancia. A su regreso a Londres estudió en la Royal Academy of Dramatic Art y debutó en la Royal Shakespeare Company en 1959, iniciando una larga y exitosa carrera teatral. 

Son muy recordadas sus interpretaciones de Medea en la obra de Eurípides y la de Madre Coraje y sus hijos, de Bertolt Brecht. Gracias a ambas funciones ganó numerosos premios.

Pero el gran público la recuerda por sus papeles de acción, en una época en la que a las mujeres prácticamente les estaba vedado ese tipo de películas. Así, saltó a la fama como la agente Emma Peel en la mítica serie Los Vengadores, junto con Patrick McNee (John Steed). Un papel realmente revolucionario para la época, porque su personaje (experta en kárate) era la que se encargaba de pelearse con los malos de cada episodio.

Diana Rigg en una imagen promocional de 'Los Vengadores'

Se hizo tan popular que fue elegida para ser la chica Bond de la película Al servicio secreto de Su Majestad, la única película que protagonizó el olvidado George Lazemby. 

Las generaciones más jóvenes la conocen por uno de sus últimos papeles, que le permitió recuperar su fama, el de Olenna Tyrell, la Reina de Espinas, en la serie Juego de Tronos.

"Durante la mitad de su vida, Diana fue la mujer más hermosa del mundo, pero ella iba a trabajar con las mangas arremangadas y una sonrisa para todos. Su talento era luminoso", dijo de ella el dramaturgo británico Tom Stoppard