Czinger 21C: El primer hipercoche fabricado con inteligencia artificial e impresión 3D
Un diseño modular y ultra-eficiente que podría cambiar a la industria
Cuando pensamos en la fabricación de un coche, automáticamente vienen a nuestras mentes instalaciones gigantescas con largas líneas de producción y un complejo ballet de robots realizando movimientos precisos, sin embargo, la esencia del proceso no ha cambiado en un siglo. La idea de una construcción más eficiente, flexible y dinámica equivale a un desafío gigantesco, pero la gente de Czinger Vehicles parece haber dado en el blanco con su Czinger 21C, un hipercoche diseñado con inteligencia artificial, y construido usando piezas de aluminio y titanio impresas en 3D.
Imprimir un coche en 3D no es algo nuevo que digamos. Algunos de nuestros seguidores probablemente recuerden a Strati, fabricado con un total de 40 piezas, pero un poco más cercano en el tiempo aparece el proyecto Blade, prototipo diseñado por Divergent Microfactories (luego Divergent 3D) y su CEO, Kevin Czinger. El Blade utilizaba una combinación de nodos de aluminio impresos en 3D con tubos de fibra de carbono para sus conexiones generales, dando como resultado un coche extremadamente liviano, y de construcción muy eficiente.
La buena noticia es que Czinger jamás abandonó la línea del Blade, y fundó Czinger Vehicles para profundizar y optimizar ese método de construcción. Las automotrices actuales son gigantescas, demandando impresionantes superficies para sus líneas de producción. La propuesta de Czinger Vehicles es combinar un diseño basado en inteligencia artificial con lo último en impresión 3D, y aplicar un sistema autónomo de montaje vertical que ocupa apenas 15 por 15 metros. ¿La mejor parte? Ya construyeron un coche de ese modo: El Czinger 21C.
2.88 litros, V8 Twin Turbo, 1.250 caballos híbridos con la ayuda de dos motores eléctricos, 0 a 100 en 1.9 segundos, y una velocidad máxima teórica de 434.5 kilómetros por hora en su versión de pista. El Czinger 21C sin dudas tiene la potencia y la apariencia para calificar como hipercoche. La cabina en línea se inspira tanto en la experiencia de Czinger con motocicletas, como en el famoso Lockheed SR-71 Blackbird. En la compañía sugieren que esta configuración es óptima en lo aerodinámico y en «lo emocional» para el piloto.
Pero aún más interesante es el combo de inteligencia artificial e impresión 3D. En primer lugar, los ingenieros especifican parámetros fundamentales como puntos de conexión, tolerancias y propiedades mecánicas, y la inteligencia artificial se encarga de diseñar la pieza, optimizando el uso de material. Sus creaciones son muy inusuales para un automóvil, y con un aspecto definitivamente «orgánico», pero no sacrifican durabilidad ni resistencia en ningún momento. Y en segundo lugar llegamos a la fabricación aditiva de cada componente, impresión 3D de metales como aluminio y titanio. Aunque en lo personal he visto a algunas personas hacer maravillas con metal, desde un punto de vista práctico, sólo un ordenador y una impresora 3D pueden fabricar las partes que requiere el Czinger 21C.
Nuestro último párrafo está dedicado a la «Unidad Automatizada» que Czinger creó para el montaje del 21C. Se trata de una serie de brazos robóticos que ocupan una superficie de 15 por 15 metros, y trabajan en absoluta sincronización. Algunos brazos pueden elevar y rotar al chasis, mientras que el resto instala las partes. El proceso completo de montaje demora unas 3.000 horas, pero la estructura básica del 21C queda armada en menos de una hora. Otra ventaja es que las unidades automatizadas se reprograman con relativa facilidad, pasando de un modelo de coche al siguiente sin sobresaltos.
El Czinger 21C fue presentado oficialmente en Londres a principios de marzo (COVID-19 obligó a cambiar los planes originales), y la compañía confirmó que la producción total será de 80 unidades divididas en dos versiones: Una «legal», y la otra destinada a pistas de carrera. ¿Precio? 1.7 millones de dólares.