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Así es "Vilas", el documental de Netflix que repasa la carrera del extenista

El mejor tenista argentino de la historia, se siente víctima de una injusticia que 40 años después, aún lo carcome

Guillermo Vilas, el mejor tenista argentino de la historia, se siente víctima de una injusticia que 40 años después, aún lo carcome. Él dejó todo, absolutamente todas sus energías, dentro de una cancha de tenis y durante el periodo que va de 1975 a 1977 ganó más torneos que nadie en el mundo. 

Pero por la manera en que la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) computaba los rankings mundiales, nunca fue reconocido oficialmente como el número 1: secundó de cerca a Björn Born y Jimmy Connors desde el segundo y tercer puesto del escalafón. 

Quien también hizo propia esa herida fue el periodista deportivo especializado en tenis Eduardo Puppo, emprendiendo la titánica tarea de realizar una investigación para probar ante la ATP su error histórico, pidiendo por su reparación. 

Esos son los dos grandes engranajes del simple pero emotivo documental Vilas, serás lo que debas ser o no serás nada, recientemente estrenado en Netflix. La película recrea la asombrosa carrera del tenista marplatense con un archivo delicioso, que nos sumerge en otra era y muestra además la profundidad tridimensional que tenía un personaje como Vilas.

Obsesivo al extremo, entregado por completo a su misión y competidor absoluto, Guillermo tenía además intereses artísticos y filosóficos que le daban un vuelo distinto a su aura. 

Prácticamente las mismas características le cabrían con justicia a Eduardo Puppo, un periodista “de raza” que comparte esa cuota de locura con Vilas por su pasión. 

El derrotero que emprendió con su investigación, sumando hasta a un matemático rumano para resolver el laberinto en torno a los porcentajes de los rankings, le llevó gran parte de su vida profesional y familiar (marche un monumento para su mujer). 

La película refleja de manera conmovedora la relación entre estos dos personajes, Vilas y Puppo, y cómo pasó de ser un contacto meramente profesional a una amistad entrañable. 

El llanto del campeón

Hay un momento providencial, fortuito y de una contundencia abrumadora en el documental. Es cuando una cámara quedó prendida sin que Vilas lo supiera, y lo muestra en lágrimas ante la impotencia por otra negativa de la ATP de reconocer su logro, a darle por ganado el partido de su vida.

Queda un cierto sabor agridulce sobre el final, con el ídolo visiblemente afectado por la enfermedad neurodegenerativa con la que está batallando en la actualidad, y la sensación de que, lamentablemente, el tiempo se acaba. 

Esta película, sin embargo, puede tener ciertamente un efecto de reparación histórica para el tenista (radicado en Mónaco desde 2016 junto a su mujer y sus cuatro hijos). Y es que el coro de la realeza del tenis mundial integrado por Roger Federer, Rafael Nadal, Rod Laver, Born y Boris Becker le hace un reconocimiento público a Vilas como un par, como un verdadero número 1 de su deporte.

Game, set, match. 

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