Son decididamente antiestéticos, bordeen una cintura de mujer o de hombre. Además de ser peligrosos para la salud, por el temido síndrome metabólico (la grasa a nivel del abdomen es una cantera de lípidos para el cercano corazón), constituyen unas de las primeras preocupaciones de hombres y mujeres cuando miran frente al espejo su figura distorsionada por esa masa de grasa que se extiende en 89 cm de cintura, en el caso de las mujeres; y en 101 cm en el caso de los hombres.
Según especialistas, el hombre suele acumular entre el 20 % y el 30 % de grasa en el abdomen. Cuando toman cartas en el asunto, es un tanto cuesta arriba desembarazarse de ese cinturón lipídico con exclusivos ejercicios, o solamente con una dieta moderada en azúcares y grasas. Lo recomendable en estos casos es una serie de hábitos saludables, que incluyan tanto la mesa como la actividad física sistemática.
Los consejos que ofrecen los médicos para hacer frente a los rollitos han sido muy difundidos, pero en el caso de un problema que afecta al 65 % de los venezolanos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es saludable insistir en adquirir los siguientes hábitos de vida para contrarrestarlos. La ganancia es que el espejo-espejito le devolverá una imagen más feliz de sí mismo:
• Modere la ingesta de azúcares, grasas y harinas procesadas.
• Sume en su despensa productos ricos en fibra, como pan o harinas integrales
• Que en su nevera nunca falten ni las frutas, ni la verduras frescas.
• Recuerde que el alcohol también contiene calorías, además de convertirnos en una especie de esponja que multiplica la retención de líquidos.
• Tome suficiente agua durante el día, para mantenerse hidratado.
• Es clave mantener una postura erguida, con el abdomen contraído y la espalda recta.
• Conjuntamente con estas previsiones, mantenga una sistemática rutina de ejercicios. Puede ser sencilla, basta con 30 minutos diarios.