El partido del miércoles ante Botafogo era una ocasión histórica para Patronato. Su histórico triunfo sobre el final como visitante contra Atlético Nacional de Medellín en la última fecha de la etapa de grupos de la Copa Libertadores le permitió seguir en carrera en las competencias continentales, más allá de la mudanza a la Copa Sudamericana. Por si fuera poco, se le presentó la oportunidad de recibir nada menos que al actual puntero del Brasileirao en su estadio, el Presbítero Bartolomé Grella.

Sin embargo, cuando llegó el momento, la ocasión estuvo afectada por las intensas lluvias que cayeron sobre Paraná durante todo el día, que dejaron el campo de juego en un pobre estado. Aún así, antes del inicio del partido, las autoridades de la Conmebol y el árbitro Gery Vargas dieron el visto bueno para que se juegue sin inconvenientes. Pero la determinación no duró: con apenas siete minutos sobre el reloj, Nicolás Domingo y el arquero Matías Budiño se hicieron eco de los abundantes y profundos pozos que habían sobre el área local, que forzaron la detención del juego; el volante podía meter la mitad de su pie en uno de ellos.

-Segurinho que el estadio do patronato está para jogar llave eliminatoria da Sudamericana?
+Sí loco, ya te dije que sí, no te persigá' pic.twitter.com/K5PDV61bpB

Dos minutos pasaron mientras el árbitro y los jugadores decidían qué hacer hasta que finalmente, a los 9 minutos, llegó el rescate: un hombre con un balde corrió al campo de juego para llenar los pozos de arena, y así asegurar que el partido pueda continuar. Una imagen insólita para una copa internacional.

Tiempo después, el Patrón protagonizó varias polémicas a lo largo del primer tiempo. Primero, a los 31 minutos, Leonel di Plácido recibió un fuerte codazo de Jorge Valdez Chamorro mientras disputaban una pelota en el aire, para lo cual el jugador rojinegro recibió solo una tarjeta amarilla, a pesar de que todo Botafogo pedía la expulsión. Cinco minutos después, los jugadores visitantes exigieron que se cobre un penal sobre Carlos Alberto por una supuesta falta de Joel Ghirardello, pero Vargas volvió a hacer caso omiso a las protestas, y Patronato mantuvo el empate sin goles.

Pero todo cambió en la segunda etapa, porque apenas iban siete minutos cuando Carlos Alberto sacó provecho de una distracción defensiva de Joel Ghirardello -falló en un despeje tras un centro frontal-, y con un toque suave por arriba ante la salida del portero Matías Budiño anotó el primer gol para el líder del Brasileirao.

Pudo haberlo igualado poco después el local, con un cabezazo de Ghirardello que salió muy cerca del poste izquierdo. En cambio, cuando tuvo su chance, Botafogo no falló y liquidó el partido. El equipo brasileño tomó mal parado a un Patronato jugado en ataque y diseñó un contragolpe perfecto, que incluyó la habilitación de Diego Hernández para el desborde de Leonel Di Plácido, que se hizo espacio y tiempo sobre la derecha, y mandó un centro perfecto para que Janderson conectara de cabeza.

Patronato, de todos modos, fue en busca del descuento. Podría haberlo festejado en una gran jugada de Juan Cruz Esquivel, que definió con un perfecto remate cruzado, pero luego de la revisión en el VAR quedó en evidencia que estaba en posición adelantada al partir el pase, y así se frustró el último intento de los dirigidos por Rodolfo De Paoli.

Así, Botafogo volvió a Río de Janeiro con más de medio pasaje a los octavos de final en el bolsillo; el equipo carioca buscará sentenciar la serie el miércoles próximo, cuando reciba al Patronato en el Estadio Olímpico Nilton Santos.