Pumita Martínez venció a Jade Bornea y los intereses de la industria para seguir siendo campeón mundial
Nada fue casualidad: primó la lógica. Como obedeciendo a un sutil guiño del destino, el mismo día en que Lionel Messi cumplió 36 años y su ídolo Juan Román Riquelme, 45, el porteño Fernand...
Nada fue casualidad: primó la lógica. Como obedeciendo a un sutil guiño del destino, el mismo día en que Lionel Messi cumplió 36 años y su ídolo Juan Román Riquelme, 45, el porteño Fernando Martínez asestó un certero cross a los intereses de la industria y agregó otro capítulo de gloria a su incipiente historia de campeón mundial. En el estadio Armory, de Minneapolis, derrotó por knock-out técnico en el 11er round, al ascendente filipino Jade Bornea y retuvo por segunda ocasión la corona de los supermoscas de la Federación Internacional de Boxeo (FIB).
Más allá de las condiciones organizativas desfavorables y los buenos antecedentes de Bornea, el Puma Martínez salió a todo o nada para seguir haciendo historia y cumplir el objetivo de comprar una casa para su mamá. Así lo había hecho ante Jerwin Ancajas, cuando se quedó con el título de campeón, el año pasado. Poco le importaron las frágiles garantías de la entidad rectora y la presión para enfrentarse nuevamente con un rival promocionado por el ex múltiple campeón Manny Pacquiao y apetecible a los intereses económicos de la influyente promotora Premier Boxing Champions, encargada de la organización de la reunión boxística.
Compacto del knock-out de Martínez a BorneaLa pelea mantuvo la expectativa en los once rounds que duró y, por momentos, gozó de muy buen nivel técnico. Consciente de lo que exponía, Martínez mostró la cuota de carácter necesaria a sabiendas de que era un campeón poco valorado por la industria. En ese contexto, para él valían tanto los golpes como la personalidad para imponerse de la manera en que lo hizo. Dominó con mucha claridad en los primeros períodos, tuvo algunas intermitencias en las vueltas seis y siete y vapuleó en los rounds siguientes, cuando aprovechó los nervios y la desesperación de Bornea, que nunca hizo prevalecer su mayor envergadura. El campeón tomó protagonismo con certeras combinaciones al torso y la cabeza.
Fue así como, en la novena vuelta, con un tremendo cross de izquierda el argentino cortó la cortó la oreja derecha del asiático y logró el quiebre psicológico del match, paralizando por completo el avance de Bornea. Consciente de que las fuerzas del filipino habían mermado y los golpes estaban causándole daño, Martínez salió decidido a completar la faena en el round siguiente. Tras una combinación de golpes al torso y la cabeza, el árbitro Charlie Fitch decidió parar las acciones y decretar el KOT en el round 11.
En el momento del desenlace, los tres jurados tenían arriba en sus tarjetas al boxeador oriundo del barrio porteño de La Boca: 98-92, 97-93 y 97-93. Estas dos últimas coincidieron con la tarjeta de este cronista, que vio ganar al Huracán Bornea las vueltas 3, 6 y 7; al resto se lo llevó Martínez.
Con este triunfo, Martínez, de 31 años, estiró su invicto a 16 triunfos con 9 knock-outs en el ámbito plenamente profesional y aumenta la chance soñada de lograr la unificación con los cetros del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y la Organización Mundial de Boxeo (OMB). “Ya es suficiente. Quiero enfrentarme con los campeones. La diferencia de nivel con el número 1 del ranking fue más que evidente. Ahora quiero una pelea grande”, expresó eufórico el Puma tras el triunfo.
Justo el 24 de junio, el día del cumpleaños de Messi, Fernando Martínez ganó como lo hacen los grandes campeones, boxeando para que ese duende caprichoso y casquivano llamado “gloria” se alojara definitivamente en él y descansara en su conciencia, mientras el anhelo de obsequiarle la casa a su mamá está cada vez más cerca de cumplirse.