CÓRDOBA.- Víctor Ignacio Suárez, un conocido estafador con más de 300 fraudes en Córdoba, La Pampa, Mendoza, Chaco y Santa Fe, fue recapturado durante un control vehicular en Oncativo, a una hora de la capital de esta provincia y a más de 200 kilómetros del punto más cercano a la frontera con Santa Fe, provincia en la que debería haber estado, ya que cumplía una condena bajo prisión domiciliaria.

Suárez es, además de delincuente consumado, un experto en fugas: es la cuarta fuga que protagoniza; las más resonante fue a comienzos de 2017 cuando huyó en una silla de ruedas de una cárcel de Mendoza. La velocidad con la que este ingeniero en sistemas de 49 años concreta sus evasiones le valió el mote de “Meteoro”.

Cuando fue detenido por la Policía de Córdoba en la ciudad que cada agosto celebra la Fiesta Nacional del salame casero, tenía 66.000 pesos, 2200 dólares, cinco Rolex, 361 tarjetas SIM, una netbook, una tablet, varios pendrives y 13 celulares, entre otros objetos.

Cuando los agentes corroboraron su identidad, certificaron que se había fugado. La Justicia de Santa Fe comunicó que Suárez, nacido en Rosario, había violado los términos de su arresto domiciliario, por lo que ordenó la revocación de ese beneficio y su retorno a prisión.

“La primera vez que me evadí estaba en una comisaría de Rosario. Llevaba dos meses y no soportaba más ese encierro animal. Las conversaciones de los presos tienen un denominador común: fugarse de una u otra manera”, contó “Meteoro” hace unos años al diario Los Andes, de Mendoza.

Esa historia es la del 4 de agosto de 2014, cuando, con un DNI falso, pudo pasar los controles de la cárcel de Boulogne Sur Mer y salió a la calle. A las dos semanas lo detuvieron en San Luis.

En octubre del mismo año ideó otro plan para volver a evadirse de la misma cárcel. En esa oportunidad intentó escaparse disfrazado de anciano, con una máscara de látex y ropa que había conseguido de una visita. Fue descubierto a metros de la calle por un guardia. Una vez detenido no dudó en decirles a los guardias: “Intentaré fugarme otra vez”.

Y esa “otra vez” llegó en 2017, con la que fue su huida más cinematográfica. Fue en Cacheuta, Mendoza. Salió del penal de Almafuerte en una silla de ruedas. Las imágenes de las cámaras de seguridad registraron el momento de la fuga.

El video revela que un hombre ingresó a las instalaciones del penal, transportado por otro, lleno de bolsos. Un rato después se lo vio salir pero a mayor altura: Suárez iba debajo, encorvado y acostado. No lo advirtieron en ninguno de los siete controles de seguridad que cruzó.

Por la insólita evasión, varios guardiacárceles fueron expulsados de sus funciones. Suárez fue recapturado un mes después, en Córdoba, en una playa de estacionamiento situada frente al Paseo del Buen Pastor, donde lo detuvieron por defraudación.

En 2019 la Justicia de Córdoba lo condenó a ocho años de prisión por estafar mediante llamadas telefónicas haciendo compras con tarjetas de crédito clonadas para adquirir agroquímicos e insumos.

Los hechos los cometía desde la cárcel de Mendoza y lo que adquiría era retirado por sus cómplices, que estaban en libertad y utilizaban falsas identidades. Luego revendían lo que compraban por medio de la estafa.

Suárez es ingeniero en sistemas, recibido en la Universidad Tecnológica Nacional de Rosario. “Yo salí del secundario con 16 años. Vengo de una familia inteligente: mi único hermano, dos años menor, también es ingeniero”, relató. Empezó a cometer estafas cuando tenía 20 años, con cheques. Ya no se detuvo.