Fueron de luna de miel y una particular regla del hotel les arruinó la ilusión
Magdalena Brylinska-Beaton y Andrew Beaton fueron una de las tantas parejas del mundo que vieron sus planes de boda interrumpidos a raíz de la pandemia de coronavirus, que en 2020 obligó a tomar ...
Magdalena Brylinska-Beaton y Andrew Beaton fueron una de las tantas parejas del mundo que vieron sus planes de boda interrumpidos a raíz de la pandemia de coronavirus, que en 2020 obligó a tomar medidas de distanciamiento social y largos aislamientos. En este contexto, los recién casados no pudieron realizar su viaje de luna de miel en 2021 y dos años más tarde retomaron la idea para festejar su amor. Viajaron desde su Escocia natal hacia España pero nunca imaginaron que la espera concluiría en un viaje digno de olvidar por la mala elección del hotel.
El Sun Club El Dorado en Mallorca fue el sitio elegido por la pareja para cumplir sus deseos de vivir días a puro relax, lejos de las responsabilidades de la rutina y llenos de amor. A la hora de hacer la reserva para hospedarse, Magdalena leyó reseñas y analizó que había un equilibrio entre las buenas y las malas, y se inclinó por creer que las negativas no eran tal cual como se describían.
A poco de llegar al hotel, supo que todo lo leído era real. “Fuimos al mostrador para el traslado y el conductor preguntó dónde nos alojábamos. Dije: ‘El Sun Club El dorado’. Y se empezó a reír. Eso fue lo primero en lo que debería haberme fijado”, contó la mujer en redes sociales, como el primer momento en el que se podría haber imagino que el calvario estaba a punto de llegar.
Encontraron un tesoro con un valor inimaginable en el sótano de su casa y quedaron en shock
“Teníamos muchas ganas de hacer el viaje, pero fue una pesadilla. Básicamente, hemos tirado nuestro dinero por el inodoro. En total, pagamos alrededor de £ 860 (1000 euros), incluido el traslado y el equipaje adicional”, agregó a su relato.
Pero ¿qué pasó en el interior de ese hotel? Puntualmente, lo que convirtió un viaje soñado en una pesadilla fueron las reglas que regían en el hospedaje. Al momento de hacer el check-in para el ingreso al lugar le entregaron dos vasos a la pareja, los cuales debían usarse para tomar cualquier bebida durante su estadía. En un primer momento, pensaron que era raro eso pero creyeron que podían sortearlo.
“La primera noche fui al bar y pedí una sangría y el tipo dijo: ‘¿Dónde está tu taza? Deben haberle dado tazas al llegar’. Yo pensé que estaban bromeando. Esperaban que usáramos las mismas tazas para el café a la mañana siguiente; eso fue lo más extraño. Se suponía que íbamos a usarlo para nuestro alcohol, nuestro té, jugo, gaseosas, lo que sea... todo se vertió en la misma taza. Ni siquiera se lavaron correctamente, tuve que lavarlos yo mismo con mi propio gel de ducha”, detalló la joven novia.
Respecto a la limpieza, fue en el baño donde debió lavar aquellos vasos pero no fue antes que se tuvo que ocupar de la higiene del lugar. La mugre que había en el sitio era de larga data. La pareja hizo el reclamo a las autoridades del hotel, pero no fueron escuchados, por lo que decidieron ir a un supermercado a comprar productos para ellos mismos encargarse.
“Limpié la ducha y las manchas negras en el baño, pero dejé el piso, porque realmente no es mi trabajo. Cuando alguien finalmente vino, sacó un puñado de cabello negro de la ducha y lo tiró a la papelera de mi baño”, reveló la huésped. Eso fue el punto cúlmine por el que decidieron adelantar su vuelta a Escocia, pero los vuelos eran muy caros así que optaron por cambiar de hotel.
Compró un sillón pero no conocía la verdad que ocultaba: “1700 veces”
Al abandonar el hospedaje, la pareja pidió el rembolso por las cinco noches que restaban y no estarían, pero solo recibieron 11 euros por impuestos turísticos. Sus días de luna de miel terminaron satisfactoriamente en el establecimiento nuevo y la mujer aseguró que tuvo un gran aprendizaje: “Si reservás barato es un desastre”.